30 septiembre 2008

Superpoblación de héroes

ALERTA SPOILERS: Con un poco de retraso, veremos si los villanos de la tercera temporada de "Héroes" de verdad pueden reflotar el barco. Como dicen en USAmerica, 'the jury is still out', o lo que es lo mismo, aún no lo he decidido.

¿Gaius Petrelli? No pude evitarlo, en cuanto Nathan empezó a hablar de su misión divina y comenzó a ver a Linderman, la asociación fue inmediata. La diferencia es que él no ve a una supermodelo en un ajustado vestido rojo, sino a un viejo poco sexy, así que, por ahí, Baltar tiene ventaja. No ha sido el único dejà vú del estreno doble de la tercera temporada de "Héroes", porque el Nivel 5 de la Compañía parecía el psiquiátrico de Arkham, pero sin Enigma ni el Joker. Y ese brevísimo momento Weevil-Verónica... Ay, lo que hizo que echara de menos Neptune.

Poco hay que hacer para que este nuevo volumen mejore el segundo, pero empiezo a tener un serio problema con esta serie, y es que todos sus personajes me caen mal. Desde Mohinder "Kim Bauer" Suresh (como bien apuntaba Alx) a Claire y Peter "Caracartón" Petrelli, no sé qué pintan ahí la mitad del tiempo, y comienzo a tener poco interés en averiguarlo. Sí, parece que esta vez tenemos una misión más o menos clara para nuestros héroes (esa fórmula que dividirá el mundo en dos), y Hiro y su némesis, "Flash" Daphne, apuntan a ser entretenidos, pero no puedo desprenderme de la sensación de que aquí todo el mundo tiene poderes (¿y ahora Claire se nos convierte en Jack Harkness?) y de que el reparto necesita una poda. Encima, nos ponen los dientes largos con tramas sobre el futuro que pintan mucho mejor que lo que nos cuentan en realidad y que los protagonistas deben impedir, por supuesto.

No todo van a ser palos, porque los malos poco tienen que hacer para ser medianamente entretenidos, el asunto de Claire y su repentina incapacidad para sentir dolor es interesante (aunque su explicación era muy obvia) y el remedo del pintor Isaac en el desierto africano puede derivar en algo curioso. Parece que, en lugar de empezar una tercera temporada, los responsables de "Héroes" hayan querido re-comenzar la serie de nuevo, volver a la casilla de salida de alguna forma en su búsqueda por recuperar lo que perdieron al final de la primera temporada. Nada que objetar, a pesar de que podamos pensar que todo eso ya lo hemos visto antes, si de verdad lo que nos cuentan después está bien. De momento, los únicos que me interesan son la señora Petrelli (ser la abuela paterna de Rory Gilmore da un plus) y, por supuesto, Noah Bennett. Y, por favor, si no saben qué hacer con Sylar, que lo maten. Un supervillano sin un plan de vida (y al que llevan de un lado para otro sin más) es un supervillano muy aburrido.

29 septiembre 2008

Funny bones

El otro día, merced a esta entrada de "¡Vaya Tele!" sobre "Fringe", surgieron algunos comentarios bastante interesantes sobre el legado de "Expediente X" en la televisión actual y, naturalmente, cómo Seely Booth y Temperance Brennan son los "hijos" más claros de Mulder y Scully. No sólo mantienen esa tensión sexual no resuelta animada por discusiones sobre sus diferentes formas de ver el mundo, el respeto mutuo y el convencimiento de que ninguno dejará nunca tirado al otro, sino que también presentan un giro de 180º en la asignación habitual de ciertas características a los personajes masculinos y femeninos. Si en "Expediente X" Mulder era el creyente y Scully, la escéptica, en "Bones" Brennan es la racional y Booth, el emocional (más o menos, vosotros me entendéis). Ángela explicó perfectamente esos dos "bandos" en el reparto de la serie al resolver un malentendido con el nuevo ayudante de Brennan (fugaz, claro), al que la doctora pregunta si alguna vez se ha acostado con mujeres mayores que él: "Puedes contestar su pregunta, como Zack o yo, o decirle que está siendo inapropiada, como Cam o Booth."

En la cuarta temporada, hay algunos detallitos que indican pequeños cambios en algunos de los personajes. La sombra de Zack es alargada, y a Hodgins, por ejemplo, le ha generado una rabia que no sabe manejar. Todos acuden más a Sweets, aunque muchas veces terminen tomándole el pelo, y entre Brennan y Booth se ha desarrollado, desde el principio, algo que no sé definir muy bien, pero que indica una mayor comodidad entre ellos, algo así como una mayor intimidad, sin que haya llegado a pasar nada. Pero se suceden las alusiones a parejas en cualquiera de sus aspectos (algo parecido a lo que hizo "CSI" en su sexta temporada, antes de desvelar que Sara y Grissom estaban juntos), y las frasecitas entre ellos que buscan reconfortar al otro y que, en cualquier otra circunstancia, serían descritas como un flirteo descarado (la de la semana pasada fue genial: "No quiero ser la científica sexy - Bueno, eso es como si yo dijera que no soy un agente del FBI sexy"). Además de que, desde aquel famoso beso de la "flotilla de barcos de vapor" (echo de menos a la fiscal Caroline, qué grande) ahora se dedican a los chistes sobre las relaciones de Huesos con los hombres, lo que llevó a otra asignación no convencional (en los términos de Hollywood) de papeles marcados por el género cuando descubrimos que ella no tiene ningún problema en mantener relaciones apoyadas en el sexo sólo por el sexo, algo que con lo que Booth no se muestra de acuerdo.

Están jugando más con la cercanía entre Brennan y Booth (el viejo truco de "déjame arreglarte la espalda") y llevándolos más al territorio donde se movieron Mulder y Scully desde la tercera temporada y hasta que, en la séptima, las cosas se salieron de madre (la inmaculada concepción, y todo eso). La ventaja es que siguen igual de divertidos, ella sigue metiendo la pata en los momentos más insospechados y, aunque los episodios no siempre están a la altura, mantienen el sentido del humor.

28 septiembre 2008

Las calles de Baltimore

A finales del siglo XIX, los escritores estaban cansados del romanticismo, su naturaleza que se amoldaba al carácter de los personajes (siempre torturados e incomprendidos por el mundo) y sus historias ambientadas en siglos pasados, por lo general presentados bajo cierta idealización. Así, autores como Honoré de Balzac y Benito Pérez Galdós empezaron, por reacción, a escribir otro tipo de historias, ambientadas en su época contemporánea e intentando dar una visión lo más ajustada a la realidad posible.

No es de extrañar que muchos críticos hayan comparado "The Wire" con estas obras literarias por su afán en mostrarnos un pedazo de las vidas de unas personas que, muchas veces, se mueven por ellas sin tener un mapa ni un plan trazado de antemano, sólo dejándose llevar por lo que saben que no quieren hacer, o en lo que no quieren convertirse. También hay vidas que parecen predestinadas a no poder romper nunca el círculo vicioso en el que se vieron metidas desde su mismo nacimiento, un círculo que sólo puede romperse con la muerte. "Es lo que hay" sería la frase que mejor define a los narcotracifcantes de Avon Barksdale y a los policías que los persiguen. Esto es lo que hay, así es la partida y a tí te toca jugarla lo mejor posible con las cartas que te han tocado.

En la primera temporada apenas nos presentan a Omar, el que será después uno de los grandes hallazgos de la serie, pero tenemos una visión bastante clara de McNulty y Bunk, de la detective Gregg y el teniente Daniels y del gran Lester Freamon, ese hombre armado con un sentido común a prueba de corrupciones, ingeniosas (por su sencillez) tramas delictivas y cualquier tropezón que le pongan por el camino. Y es gracias a su paciente tirar del hilo como se pone de relieve la otra frase que resume la serie: todo está podrido.

Música de la semana: Ariel DuBois va haciéndose mayor en "Medium" y, según ocurre eso, sus sueños se hacen más frecuentes, y algunos están interconectados con los de su madre, que sigue luchando porque la tomen en serio. En el capítulo de esta semana sonó, de fondo, una canción que iba muy bien con esa lucha, "The pretender", de Foo Fighters.

25 septiembre 2008

¡Mutantes! ¡Mutantes! ¡Mutantes!

1.- A riesgo de que me tachéis aún más de friki, tengo que dejar aquí el diálogo que no pude evitar recordar anoche mientras veía "Plutón BRB Nero": "¿Qué érais cuando os encontre? - ¡Éramos basura, desecho de hospital! - ¿Quién os sacó del arroyo y os hizo lo que sois? - ¡Tú, Ramón! - ¿Qué sois ahora? - ¡¡Mutantes, mutantes, mutantes!!". Y sólo por atreverse a mezclar "Acción mutante" con "Star Trek", la serie ya merece una oportunidad. Qué grandes fueron las dos menciones a la serie de Gene Roddenberry al principio de la serie, con ese "éstos son los viajes de la nave Plutón BRB Nero" y el capitán Valladares pensando eso de "cuaderno de bitácora". Tuvo sus puntos y presentó a los personajes, pero también tuvo sus fallos. Veremos por dónde discurre la serie, pero estemos preparados para una división de opiniones yo diría que radical. Y sólo se ha emitido el piloto.


2.- El Robingate tiene pinta de que va a ser de lo más divertido de ver en la cuarta temporada de "Cómo conocí a vuestra madre". (Creo que debería añadir un AVISO DE SPOILERS). La cena entre Barney y Robin fue un perfecto compendio del dilema que presenta el desarrollo del personaje de Barney al enamorarse de Robin. ¿Lo vuelves más convencional, más parecido a Ted, o lo dejas como está, ignorando sus sentimientos? Promete. El visionado de Stella de "La guerra de las galaxias" fue de lo más divertido, sobre todo por tener a Marshall y Ted espiando sus reacciones. Por cierto, a los hijos del Ted del futuro los he visto últimamente en otros sitios. Ella, Lyndsy Fonseca, era la hija de Katherine Mayfair en "Mujeres desesperadas", y él, David Henrie, sale en una serie de Disney Channel llamada "Los magos de Waverly Place".

3.- ¿Por qué en "House" no se han dado cuenta de que, para hacer lo que hace Trece, ya tenían a Cameron? El momento "terapia de pareja" de Cuddy con House y Wilson en el primer capítulo pedía a gritos la presencia del doctor Sweets (ya tienen el crossover "Bones"-"House" que querían hacer la temporada pasada). Y sí, Brennan y Booth han entrado en la zona de confianza, me divierten y, además, hace unas semanas tuvieron como nuevo, y fugaz, ayudante de Brennan a Michael Badalucco, o lo que es lo mismo, el pobre Jimmy Berlutti en "El abogado".

4.- Hasta el domingo, os dejaré descansar de macguffinadas varias porque, además, voy a cambiar la sobredosis de televisión por la sobredosis de baloncesto que va a haber este fin de semana en Zaragoza. Para amenizar este impasse, una cancioncita de The White Stripes dedicada a nuestro amigo Barney, "Fell in love with a girl".

24 septiembre 2008

La tormenta antes de la calma

ALERTA SPOILERS: Sé que algunos aún no habéis llegado a este punto de la cuarta temporada de "Galáctica", así que dejad de leer si no queréis enteraros de cosas que... Mejor no sigo.

En estas semanas de regresos y estrenos, hay una serie a la que se echa de menos especialmente porque, otra vez, no vamos a ver capítulos nuevos hasta enero. No, no me refiero a "Perdidos", sino a "Galáctica". Al contrario que el año pasado, cuando en noviembre tuvimos un pequeño entremés llamado "Razor" para ayudarnos a pasar el mono hasta el principio de la cuarta temporada, este año no hay nada de nada. Si acaso, unos rumoreados webisodios de los que apenas se sabe nada (ni siquiera sé si siguen en pie), porque la película que Edward James Olmos ha empezado a dirigir hace poco se verá después del final de la serie, allá por junio de 2009.

¿Qué nos queda, entonces? Ver otra vez el estupendo plano secuencia que cerraba los primeros 10 episodios de esta última temporada y, por supuesto, especular como posesos. No ya sobre si ese puente y esa ciudad en ruinas pertenecen a Nueva York, sino sobre qué pasó en la Tierra entre la visita de Kara Thrace, meses atrás, y la llegada del resto de la flota (sé que hay teorías de que, en realidad, no llegan a la Tierra, pero es mucho más interesante si nuestro punto azul pálido en el cielo es su lugar de aterrizaje). Hay quien cree que Starbuck tuvo algo que ver en ese holocausto nuclear que deja cielos grises y suelos radiactivos, y también están los que piensan que, como al viajar por el espacio uno se desplaza ineludiblemente por el tiempo, puede haber pasado mucho más tiempo desde la visita de Kara y, por tanto, los terrícolas podemos habernos enzarzado en la Tercera Guerra Mundial definitiva, ésa con la que se coqueteaba durante la Guerra Fría, la que lo arrasa todo.

Es probable, también, que el Quinto Cylon esté en la Tierra y tenga parte de culpa en su destrucción, pero no me extrañaría que, inadvertidamente, la capitán Thrace anduviera detrás. El Híbrido le dice que es el "heraldo de la muerte", "the harbinger of death", expresión que se utiliza en "El planeta de los simios" para referirse al Hombre. Si bien es posible que ella ya haya cummplido esa parte de la profecía al facilitar que los cylones pierdan la capacidad de descargarse en otro cuerpo, volviéndose completamente mortales y, en ese aspecto, iguales a los humanos. De algún modo, su misión en los episodios que faltan no va a ser bonita.

Es probable que los personajes involucrados en la visión de la ópera (Sharon, Baltar, Seis, Hera y Roslin) tengan la llave del final, y tampoco descartemos que, teniendo en cuenta que los Cinco Últimos Cylones viajaron con la decimotercera tribu (también lo dice el Híbrido) que ellosd tengan algo que decir al respecto de su destrucción. Pero con "Galáctica" me pasa algo muy curioso, y es que no tengo ni la más remota idea de por dónde se encaminará en cuanto regrese en 2009. No leo spoilers, aunque sí he visto los títulos de esos episodios finales, y hay dos que me llaman la atención. Uno, simplemente porque es el mismo que un conocidísimo standard de jazz, "Someone to watch over me", y el otro porque que el último capítulo se llame "Daybreak" anticipa una noche bastante cerrada antes de que salga el Sol de la redención final.

P.D. 1: Los actores de "Galáctica" siguen apareciendo por todas partes. Las últimas en conseguir nuevos trabajos han sido Katee Sackhoff, que se apunta a los procedimentales con "Lost and found", y Mary McDonnell, que seguramente dará un buen repaso a los médicos del Seattle Grace cuando asome su presencia por la nueva temporada de "Anatomía de Grey". Y Mark Verheiden, guionista de muchos episodios, trabaja ahora en "Héroes".

P.D. 2: Los de "Camera Café" me alucinan cada día más con los homenajes y referencias que cuelan en sus sketches. La de "Bartleby, el escribiente" fue de premio, pero esta semana se han superado con dos todavía mejores. Dedicaron todo un gag a homenajear "El ángel de exterminador", de Luis Buñuel (con oveja y todo), y luego se marcaron otro a "La cabina" al final de una historia sobre los teléfonos de empresa. ¿Ya os dije que debíais verla?

23 septiembre 2008

El hilo musical de Bond

Entre las costumbres hollywoodienses más famosas, sin duda la canción de los títulos de crédito de las películas de James Bond debe ser de las más esperadas por los fans. En cuanto se sabe que está rodándose una, empiezan las especulaciones sobre quién cantará el tema, siempre barajando nombres de intérpretes en la cresta de la ola en ese momento. "Quantum of solace", la segunda con Daniel Craig como el célebre espía, no iba a ser menos, y ya puede escucharse "Another way to die", a cargo de Jack White y Alicia Keys (una unión peculiar, desde luego). Ahora empezarán las discusiones sobre si es una buena canción Bond o no y si no habría sido mejor que Amy Winehouse fuera la elegida final.

Desde la conocidísima "Goldfinger", cantada por Shirley Bassey, parece que los temas de las películas de James Bond tienen que seguir todos no ya un patrón similar, sino tener una atmósfera parecida como de intriga, sofisticación y atracción ("Goldeneye", que Bono y The Edge escribieron para que Tina Turner la cantara en la película del mismo nombre, es un claro homenaje por ese camino). Se ha desarrollado algo así como un "sonido registrado" que permite identificar al segundo a las canciones de Bond, y que favorece que temas que nunca han sonado en sus películas se etiqueten como "de película de James Bond" (ejemplo: "Human", de Goldfrapp).

Sin embargo, lo mejor del asunto es que una gran parte de los temas de los filmes de 007 no siguen ese esquema, o su seguimiento no es tan claro. El "Live and let die" de Paul McCartney y The Wings, además, consiguió ser la primera canción de Bond nominada al Oscar, y Madonna, por su parte, se salió por la tangente con "Die another day" (hay fans que opinan que es el peor tema de Bond de todos). Y luego hay cosas curiosas, como la aportación de Garbage con "The world is not enough", la de Duran Duran ("A view to a kill") o que "We have all the time in the world", de Louis Armstrong, que suena al final de "Al servicio secreto de Su Majestad", se hiciera más famosa que el tema principal.

22 septiembre 2008

Cigarrillos y alcohol

¿Habrán celebrado los chicos de "Mad Men" sus Emmys con un buen whisky con hielo y unos cuantos habanos (aunque estén prohibidos en EE.UU.)? Estaba muy claro que esa mirada a una época como los principios de los 60, con una cuidadísima ambientación y unas tramas y unos personajes complejos, iba a ser una de las triunfadoras de la 60ª edición de los premios Emmy. Los Globos de Oro se rindieron a ella el año pasado y los críticos han diseccionado cada capítulo hasta el punto de que sólo les falta averiguar la marca de las máquinas de escribir de Sterling & Cooper. El premio a mejor drama fue para esta serie, haciendo que la cadena AMC se estrenara por todo lo alto en estas lides. Tampoco hubo sorpresa en el apartado de las comedias, y "30 Rock" se llevó por delante a todo el que se interpuso en su camino.

Fue la noche de Tina Fey, como muy bien se ha apuntado, porque ganó además los premios a mejor guión de comedia y a la mejor actriz, otro de los Emmy cantados a priori. No vi la ceremonia, pero no creo que Fey sacara a la Sarah Palin que lleva dentro para aceptar ninguna de las estatuillas (lástima). Su partenaire, Alec Baldwin, ganó por fin como mejor actor de comedia, y se reconoce así a la columna vertebral de "30 Rock", el verdadero motor de todas sus absurdeces y sus locuras: la pareja Liz Lemon-Jack Donaghy. Lo que sí que clama al cielo es que Jeremy Piven repitiera premio al mejor secundario cómico ("Entourage"), llevando el camino de convertirse en el nuevo Tony Shalhoub, cuyas nominaciones por "Monk" eran triunfos seguros hasta hace unos pocos años. La secundaria de comedia acabó en manos de la veterana Jean Smart ("Samantha Qué?"), a la que la academia compensa de algún modo haberla ninguneado por ser la malísima mujer del presidente en la sexta temporada de "24".

En los dramas fue donde saltaron las escasas sorpresas. Porque "Mad Men" se llevó el premio gordo y también cazó el de mejor guión, pero sus actores se quedaron compuestos y sin victoria alada. Bryan Cranston lució peinado radical al aceptar su premio al mejor actor de drama por "Breaking Bad" (otro punto a favor de AMC), y seguro que debió acordarse de todas las veces que, cuando llegaban los Emmys, su gran trabajo en "Malcolm" pasaba sin pena ni gloria. Por supuesto, a Glenn Close no le iba a levantar la victoria por "Daños y perjuicios" ni todos los Dioses de Kobol desencadenando las más devastadoras plagas bíblicas. Y uno de sus "rivales" en la serie, Zeljko Ivanek, fue reconocido como mejor secundario (debe ser, además, uno de los que más apariciones especiales ha hecho en los últimos años. Y pensar que yo siempre lo recuerdo como el pobre Roland). Dianne Wiest venció como mejor secundaria dramática por psicoanalizar al psiquiatra Gabriel Byrne en "In treatment". Los de HBO, aunque tengan que lamerse las heridas de no haber rascado casi nada en esas categorías, sí que arrasaron en el apartado de miniseries, donde "John Adams" no tuvo rival y se lo llevó prácticamente todo, y sólo otra miniserie de época, basada en un libro de Elisabeth Gaskell, "Cranford", se coló en su fiesta y ganó el Emmy a la mejor secundaria (Eileen Atkins).

Y en el apartado frívolo (es decir, el momento en el que aprovechamos para despellejar a todo quisqui por los pelos estilo he-metido-el-dedo-en-el-enchufe y los vestidos de rebajas de Bloomingdale's), poco puedo aportar, porque he visto muy pocas fotos de la gala. Así, a bote pronto, impacta el cardado-flequillo de Los Pecos de Kathy Griffin; el collar estilo "Titanic" de Lisa Edelstein (por la que yo confieso que tengo debilidad, más desde que supe que, de adolescente, la conocían como Lisa E en los clubes de Nueva York); el extraño corte de pelo de Alan Cumming (aunque muy en su línea); a David Boreanaz le quedan mejor las geniales corbatas del agente Booth que esa pajarita; Catherine Keener, rockera, pero elegante; Laurence Fishburne, destacando (y presentando un premio junto a William Petersen; eso es tomar la alternativa) y Glenn Close y sus habituales gafas de sol cool de las alfombras rojas.

21 septiembre 2008

Barcelona, Luisiana, Los Ángeles

1.- La "liturgia alleniana" de todos los años se ha vuelto a cumplir (aunque me la salté con "El sueño de Cassandra"), y ya cayó "Vicky Cristina Barcelona". Como comedia, "Scoop" hace reír más a menudo, pero en ésta hay que reconocer que Penélope Cruz está muy divertida y completamente pasada de rosca. Sus peleas con Javier Bardem intercalando inglés y español son lo mejor de la película, una cinta que, en realidad, tiene como personaje central a Vicky (Rebecca Hall, verdadero descubrimiento del filme) y que presenta una mirada bastante descreída sobre las relaciones de pareja, similar a la de "Maridos y mujeres", pero menos dura. Hay que ir avisado de que, dado que las protagonistas son dos turistas americanas, la Barcelona que se ve es totalmente turística, igual que lo que vemos de Oviedo (y el faro de Avilés, nada menos), del mismo modo que el único plano filmado en Nueva York es en otro sitio muy turístico, el puerto situado al lado del puente de Brooklyn. A las dos personas que la vieron conmigo no les gustó nada, y supongo que "Vicky Cristina Barcelona" va a crear división de opiniones, pero es una película de Woody Allen en toda regla, con sus aciertos y sus fallos. Y si en sus películas londinenses se decantó por la ópera para la banda sonora, aquí opta por piezas de guitarra muy conocidas (como ése "Entre dos aguas" de Paco de Lucía) y una canción tan peculiar como "Barcelona", de Giulia y los Tellarini, como tema principal.

2.- Los títulos de crédito de "True blood" son bastante inquietantes, a todo esto. Mezclan imágenes de pueblos de Luisiana y de animales muertos, con sexo, religión y la lucha por los derechos civiles, con Ku Klux Klan incluido. Y me reafirmo en que me divierto mucho con Tara.

3.- En Neox emiten, todas las tardes, "Aquellos maravillos 70", y reconozco que, últimamente, la encuentro divertida, a su manera. La parte de copia-parodia-homenaje de los sitcom familiares de los 70 es simpática, y las conversaciones de todo el grupo en el sótano, con unos porros y unas cervezas de más, dan para auténticos diálogos de besugos. No la veo muy de seguido, así que tampoco da tiempo a que me canse de ella.

4.-Esta noche se entregan los Emmy, de cuyas nominaciones ya desvaríamos un poco por aquí. Hace una semana, más o menos, tuvimos el aperitivo de los Creative Emmys, donde hubo alguna cosa curiosa, sin salirse de lo esperado, como que "I'm f****ng Matt Damon" ganara como mejor canción o que los chicos de "Galáctica" repitieran victoria en el apartado de efectos especiales y como mejor especial para Internet por el cuarto minisodio de "Razor", o que "John Adams" arrasara en casi todos los demás.

Música de la semana: Uno de los primeros capítulos de la segunda temporada de "Las crónicas de Sarah Connor" (que no sigo, por cierto) se llamaba "Automatic for the people", como un disco de REM. "Lotus" no estaba incluida en él (estaba en "Up"), pero con ella nos quedamos.

20 septiembre 2008

Los expedientes X del siglo XXI

Desde que se estrenó, la semana pasada, parece que uno de los principales entretenimientos en la blogosfera teléfila es discernir si "Fringe" es la más firme heredera (o plagiadora) de "Expediente X", o si es una entidad independiente. Ya sabéis hacia dónde me alineo yo. Incluso los títulos de crédito se parecen a los de la serie de Chris Carter y, de remate, tienen de productor asociado a Darin Morgan, responsable de algunos de los mejores capítulos de las aventuras de Mulder y Scully, como el del gran Clyde Bruckman. También tienen sus correspondientes rótulos indicando dónde se sitúa la acción en cada momento, y por ahora tienen incluso los mismos cielos nublados y los mismos almacenes y escenarios industriales abandonados (muy de "El silencio de los corderos", por otra parte). Hasta se permiten uno de esos asesinos en serie que mata para sobrevivir, y experimentos pagados por el gobierno que tienen consecuencias no muy agradables.

Es verdad que se toman demasiado en serio todo, desde el Patrón a Massive Dynamics y su enorme poder, al papel de Olivia Dunham, que no es suficiente para soportar toda la serie. Decían por ahí que Kirk Acevedo (el agente Francis) y Lance Reddick (Broyles) deberían ganar más protagonismo, con lo que no puedo estar más de acuerdo, y así se supliría que a Anna Torv, por ahora, le falta la presencia que a ésos les sobra (a Reddick especialmente). También es de esperar que no todo se arregle con un aparatejo casi de ciencia ficción que Massive Dynamics debe prestarles, recordándonos otra vez que anda metida en el Patrón casi con total seguridad.

Sin embargo, sigo pensando que Walter Bishop (y John Noble, también conocido como el senescal de Gondor en "El retorno del rey") es un hallazgo. Antes de ser internado debía ser un cerebro del Mal a sueldo del gobierno federal, y tras pasar 17 años en un hospital psiquiátrico ha quedado en un estado bastante precario, recitando números primos para poder dormir (pero en orden aparentemente aleatorio. ¿Será una pista?). Claro que tiene margen de mejora y que no ha aprovechado su potencial, pero compañeros teléfilos, "Expediente X" tardó una temporada y media en empezar a deszarrollarlo, y no fue hasta la tercera cuando lo expuso en todo su esplendor.

Y si traigo otra vez esa serie a colación es porque los extraterrestres no eran su único tema. Hubo experimentos genéticos, intentos de clonación, pruebas para crear soldados que nunca durmieran, técnicas de engorde de ganado muy poco claras (ríete de las "vacas locas"), experimentos de control mental, tácticas de desinformación... Cosas muy terrestres, vamos. A "Fringe" le faltan Mulder y Scully (Peter Bishop parece el escéptico y Dunham la creyente, a su manera), pero hay que darle tiempo. Sólo esperemos que no acabe como "Bionic Woman".

19 septiembre 2008

Los sueños de Casandra

En la mitología griega, Casandra era una bella princesa de Troya a la que el dios Apolo, como muestra de su amor, otorgó el don de adivinar el futuro. Sin embargo, el amor de Casandra no era recíproco, por lo que Apolo, enfadado, la castigó haciendo que nadie creyera sus profecías. A Allison DuBois le pasa de algún modo algo parecido al castigo de Casandra en el principio de la cuarta temporada de "Medium". Tras el final de la tercera, en el que pierde su trabajo y su credibilidad (y que se recuerda de un modo bastante original, pidiendo a transeúntes en Los Ángeles que lo resuman), Allison es algo así como una paria para el nuevo fiscal de Phoenix y para la policía, pero no puede evitar seguir teniendo sus sueños, y sintiéndose mal por no poder ayudar a las personas que ve en ellos.

Una trama de por sí bastante inquietante (la manera en que encuentran al niño desaparecido...) se entrecruza hábilmente con las dificultades que atraviesa la familia DuBois. Joe no tiene trabajo y no es que naden en la abundancia, y el apellido puede resultar una losa con la reputación de Allison. La detective a la que encarna Anjelica Huston parece una solución a parte de sus problemas, pero sospecho que no es trigo del todo limpio. La familia de Allison siempre ha sido lo más importante, y esta vez parece que sí va a estar en peligro, y no porque un loco asesino se obsesione con ella, precisamente.

La otra serie de "videntes" de Cuatro, "Entre fantasmas", nunca va a poder llegar al nivel de "Medium" no sólo porque sus personajes sean bastante abofeteables, sino porque sus tramas no consiguen transmitir no ya miedo, sino esa inquietud, ese temor que proviene de cosas cotidianas que, de pronto, adoptan un cariz que nos es desconocido. El "New York Times" publicó hace tiempo un artículo sobre la serie que ponía el acento precisamente en esa capacidad para extraer el miedo de lo que nos rodea, de las cosas que vemos, y hacemos, todos los días. Algo que las ghost stories victorianas inglesas perfeccionaron (M.R. James era el maestro en esto), y para lo que no hace falta más que insinuar. El periódico pone como ejemplo la escena en la que vemos al niño secuestrado observando, con una sonrisa y detrás de unos barrotes, a un joven del que sólo vemos sus piernas de la rodilla para abajo, un joven que baila al son de "Rapper's delight" mientras se quita las zapatillas y los pantalones. No hace falta que nos muestren más para que nosotros atemos cabos (también fue marca de la casa el montaje paralelo final, mostrando a la vez cómo atrapan al asesino y cómo Ariel lleva a una compañera de clase a la audición para que le den el papel de María en "Sonrisas y lágrimas", empleando de banda sonora una versión de "My favourite things").

18 septiembre 2008

La tribu

La deformación profesional, es lo que tiene. Película ambientada en el mundillo periodístico, película que veo casi con seguridad. Incluso aunque las redacciones no se parezcan a ésas ni en la pintura de las paredes (y mucho menos en la rapidez y eficacia de los ordenadores, que nunca se cuelgan), y aunque luego prometan más de lo que en realidad dan. Una de las razones por las que "State of Play" me pareció tan interesante fue, precisamente, por contarlo todo desde el punto de vista de los reporteros que investigan la historia, si bien reconozco que eso puede ser cosa mía. Y algo tendrá que ver el tema reporteril para que "Todos los hombres del presidente" esté en mi lista de favoritas.

Las películas de periodistas dan para un amplio abanico de temáticas. Pueden abordarse como cintas corales que cuentan un día en la vida no sólo del periódico (o de la televisión, o de la radio) sino de sus trabajadores, con sus líos, sus problemas y sus conspiraciones. Al fin y al cabo, son muchas horas las que se pasan viendo todos los días las caras de las mismas personas, con lo que hay material para marcarse un "Anatomía de Grey" en "The Seattle Times", en lugar de en el hospital Seattle Grace (algo así hizo "The paper" en los 90). También se pueden hacer thrillers, por supuesto, o cintas que reflexionan sobre el grado de implicación que un periodista puede tener con la historia que sigue o cómo debe relacionarse con sus fuentes, tema que se trata bastante bien en "Ausencia de malicia", con Sally Field y Paul Newman.

Sin embargo, de toda la pléyade de títulos con esta temática, mis favoritos son dos que adaptan una obra de teatro de Ben Hecht y Charles McArthur, dos ex periodistas que después se dedicarían a escribir guiones con Billy Wilder, por ejemplo, y que cuentan las peripecias de un reportero y el editor de su periódico en la cobertura de la ejecución de un condenado a muerte. Por orden cronólogico, el primero es "Luna nueva", que Howard Hawks dirigió en 1940, y que llevó los diálogos veloces e ingeniosos de la comedias de la época dorada de Hollywood a nuevas cotas. Todo ese ingenio se transformaba en "Primera plana", de Billy Wilder, en una mala uva marca de la casa e igualmente desternillante.

17 septiembre 2008

Muñeca rota

ALERTA SPOILERS: Por si acaso, aviso de que, a partir de este punto, se va a hablar sobre el final de la séptima temporada de "CSI", y de algunas cosas que pasan también más adelante.

Saber de antemano el final siempre resta emoción y elimina el factor sorpresa pero, incluso así, he disfrutado viendo al Asesino de las Miniaturas de "CSI". Hace algún tiempo, Casciari decía en su blog que esa trama serializada, que implica más directamente a Grissom, había sido un soplo de aire fresco en una serie muy veterana y con una fórmula bastante definida que mueve todos los capítulos. Sin embargo, al incluir a ese extraño criminal, cuyas obras obsesionan tanto a Grissom, la fórmula se subvierte y se permiten cosas como ese divertido capítulo protagonizado por las "ratas de laboratorio", y un regreso de Lady Heather algo atípico, y parece que definitivamente el último.

Lo que sí es cierto es que, con el cliffhanger final, se pusieron en movimiento todas los cambios que ha sufrido el reparto y las rumores, cada vez más insistentes, de que el laboratorio forense de Las Vegas puede tener fecha de cierre en la 10ª temporada. Que Sara sea la última víctima elegida por el Asesino de las Miniaturas (o la asesina, mejor) prepara su salida al principio de la 8ª temporada y, a la vez, allana el camino para la marcha de Grissom en esta novena a punto de estrenarse en Estados Unidos, marcha espoleada por la muerte de otro miembro del equipo. Gil ya no puede seguir tomándose su trabajo con la distancia con la que solía hacerlo, y parece que, de algún modo, vuelve a la situación en que lo vemos en el piloto, cuando la nueva chica es asesinada en su primer día de trabajo.

Ya apunté, antes de que Telecinco nos dejara en el limbo veraniego los tres últimos episodios, que yo estaba disfrutando mucho esta séptima temporada y, en parte, es precisamente gracias al retrato indirecto que tenemos de Grissom. Su obsesión con las maquetas de la asesina, sus "vacaciones" del laboratorio para dar unas clases en la universidad, su relación con Sara y el golpe que recibe precisamente por ella... Parece que, en realidad, el muñeco roto del final de la séptima campaña no es la asesina, evidentemente trastornada, o Sara, sino el propio Grissom. Y esas grietas son las que lo llevarán a dejarlo.

15 septiembre 2008

Por qué no vemos lo que no vemos

Todo el mundo se engancha, como placer culpable, a "Gossip Girl" o "90210", pero a mí no me llaman la atención lo más mínimo. Ni siquiera seguí en su momento "Sensación de vivir" (además de que a mi pueblo llegaron las privadas cuando las Mama Chicho casi se habían jubilado), pero confieso que el otro día estuve a un solo paso de quedarme pegada a la tele viendo en la TDT "El gran reto" (el antecesor de "Pekín Express"), y últimamente hasta le he encontrado cierto punto a la Supernanny canina británica que Cuatro tiene sustituyendo al único e inimitable César Millán. Pero las series de adolescentes ricos cuya única preocupación es si dan o no esta noche una fiesta en su casa, y lo que harán en ella, apenas me dicen nada.

Sí, las que utilizan esas premisas básicas para subvertirlas y, en realidad, hacer otra serie diferente son un hallazgo, pero son pocas. Angela Chase, Buffy Summers y Verónica Mars rompieron el molde en los últimos años, y no es fácil conseguirlo. Me llama la atención que sean chicas las protagonistas absolutas de las series de teenagers más interesantes (¿de verdad seremos más complicadas?), aunque confieso que sigo teniendo pendiente "Skins" (vale, luego me trago "Stargate Atlantis", pero cada uno tiene sus vicios).

Pero a lo que iba. Generalmente, los protagonistas de los culebrones adolescentes me caen mal, directamente. De lo poco que vi de "The OC", el único medianamente potable era Seth Cohen, y porque era un friki. Que las tramas sean plausibles o no tampoco es que importe demasiado (si nos tragamos que los de "Sensación de vivir" eran menores de edad, nos tragamos lo que sea), porque la gracia está, precisamente, en que nadie se las crea. Sólo así tenemos ese personaje tan mítico y grande cuando se hace bien, el de la mala de culebrón. Ése sí es un buen tema, el de las herederas televisivas de las "lobas" cinematográficas de Bette Davis.

14 septiembre 2008

En la frontera

1.- La expresión fringe science es utilizada en inglés para designar algo situado entre la ciencia y la pseudociencia, o las paparruchas, como decían en una crítica, y ése es el terreno por el que J.J. Abrams no ha dejado de repetir que se moverá su nueva criatura, "Fringe". Habrá que esperar hasta el segundo o tercer capítulo para ver si de verdad puede ser una serie entretenida con menos delirios de grandeza, porque el piloto está bien pero, como digo, se toma a sí mismo demasiado en serio en algunos momentos. El Patrón es demasiado grandilocuente para ser el primer capítulo, pero al menos Walter Bishop puede ser un verdadero hallazgo; brillante, un poco loco, quizás con ideas peligrosas, pero frágil y deseoso de volver a ser útil. Y Broyles es una mezcla entre Walter Skinner y Garganta Profunda, porque sí, por mucho que Abrams y compañía se queden afónicos de repetir que no es lo mismo, "Fringe" podría ser el "Expediente X" del siglo XXI. Lo cual, dicho sea de paso, a mí no me importa lo más mínimo. Primero, que sea entretenida y un poco interesante, y lo demás ya vendrá solo. Y sólo por ver a Lance Reddick haciendo de lo que mejor se le da (de jefe estricto, pero justo, un poco más misterioso que su Daniels de "The Wire"), ahí voy a estar esperando pasar un buen rato. No le pido más, por ahora. Bueno, ya sabéis lo que me gusta buscar comparaciones, así que ahí va la fórmula para hacer "Fringe": "Expediente X" + "Torchwood"+ "Perdidos" + "La celda" (en el piloto, al menos, y referido al "sueño" de Olivia Dunham).

2.- Esto sí que no me lo pierdo. César Millán, el encantador de perros más new age y adictivo (lo es, reconozcámoslo) de la televisión se pasará el próximo miércoles por "Bones". Me lo estoy pasando mejor que nunca con estos trastornados, así que no va a estar nada mal oír como Millán le dice a Booth eso de "disciplina, ejercicio y cariño. Por ese orden".

3.- Si estáis un poco al tanto de lo que se cuece en la campaña electoral estadounidense, sabréis que la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, es la candidata a vicepresidenta que el republicano John McCain ha elegido. Aparte de sus "peculiares" (seamos generosos) opiniones sobre el aborto o lo que habría que hacer con Rusia, lo que más ruido ha levantado entre los blogs teléfilos es su enorme parecido con Tina Fey. Así que no es de extrañar que, después de aquel mítico "Bitches get stuff done! Bitch is the new black!", Fey haya vuelto a "Saturday Night Live" para hacer, precisamente, de Palin. Sé que no hay subtítulos, perdón de antemano.



4.-Creación friki del mes: los créditos de "Star Trek: La nueva generación" pasados por "Vacaciones en el mar". Sensacional. Y no os perdáis los de la "Star Trek" original como "El equipo A". Grande ese Fénix Spock.



Música de la semana: "El intermedio" ha vuelto a La Sexta con unos cuantos cambios en el plató y entre los colaboradores. También han cambiado la sintonía inicial, si mis oídos no me engañaron, y se han decantado por "Rock 'n' roll is dead", de Lenny Kravitz. Lo que me ha llevado a pensar en "Corazón, corazón" y su uso de "Peach", de Prince, curioso, cuanto menos.

13 septiembre 2008

La sangre no desaparece nunca

Antes de que "CSI" nos hiciera a todos "expertos" en ciencia forense, y un poco antes de que Scully se dedicara a hacer autopsias a supuestos entes extraterrestres, pululaba por ahí una forense de Miami, de ancestros italianos, que trabajaba en Richmond (Virginia) y que se dedicaba a resolver los asesinatos más truculentos y enrevesados a través de la reunión y análisis de las pruebas dejadas por el asesino, desde restos biológicos a tejidos, cualquier cosa. El primer libro de la serie de Kay Scarpetta, "Post mortem", escrito por Patricia Cornwell, se publicó en 1990, y entonces fue toda una novedad. Se adelantó más de un lustro a esa célebre frase de Grissom de que "las pruebas nunca mienten", y gracias a ella aprendimos lo que eran una incisión en Y o el Luminol.

Para una fan de la novela policíaca, aquéllos primeros títulos de Scarpetta eran una adicción. Ella era metódica, pero con un caracter que la llevaba a enfrentarse con casi todo el mundo, y su principal colaborador es el policía Pete Marino, un poco desastroso, pero muy eficiente. Los dos formaban una pareja que funcionaba muy bien, y muchas veces, viendo "CSI" o cualquiera de los procedimentales que se llevan ahora, no puedo evitar acordarme de ella. Era muy entretenida (mucho) y no dejaba de ser original, para la época, que los casos se solucionaran más que entrevistando a testigos y pateando las calles, con los ojos pegados al microscopio del laboratorio.

En mi casa muchas veces, cuando los chicos de Grissom desenfundan el Luminol, decimos que "la sangre no se va nunca", una frase de un libro de Scarpetta, "Cruel y extraño", en el que con esa sustancia reconstruyen un sangriento asesinato ocurrido en un apartamento normal y corriente bastantes años atrás. La forense tuvo un enorme éxito en Estados Unidos, y no dudo de que la aparición de otros personajes como la doctora Temperance Brennan, creada por Kathy Reichs, le deba mucho a Scarpetta.

También he de decir que, a partir de "La granja de cuerpos", la serie perdió interés para mí. Ya no tenía el gancho del principio y, francamente, Temple Gault no era un asesino en serie que me interesara demasiado, además de que Lucy, la sobrina de Scarpetta, se convierte en una chica insoportable. Lo que me sorprende es que nadie se haya atrevido a llevarla nunca al cine, o a la televisión. Ahora, seguramente, se ha pasado su época, pero si vemos a los "cerebritos" de "Bones" analizar al detalle todo tipo de cadáveres putrefactos, y Grissom utiliza el método científico para cazar a los criminales, no estaría mal que su predecesora traspasara las fronteras del papel. Si se viera algo tan entretenido como "La jota de corazones", ya sería mejor que "CSI: Miami" y "CSI: NY" juntas, lo que tampoco es tan difícil.

P.D.: Hablando de Scully, no recordaba yo a Donnie Pfaster, aquel fetichista muy inquietante al que los agentes del FBI persiguen en la segunda temporada de "Expediente X". En aquel capítulo no había nada de paranormal, más que un hombre en camino de convertirse en un asesino despiadado y sádico. He visto a ese actor más tarde haciendo de otras cosas (policía sobre todo), pero no puedo evitar verlo al lado de una bañera rebosante de espuma, y con una mirada muy poco inocente. De rebote, con todos los análisis de muestras que se ven en el episodio, me he acordado de un técnico de laboratorio (¿se llamaba Pendrell?) al que le gustaba Scully. Pobre tipo.

12 septiembre 2008

El año del vampiro

Las modas son cíclicas, de eso no hay duda. Los pantalones de campana y las chorreras se ponen de moda y se pasan del mismo modo que la economía entra y sale de las crisis. Un año se llevan los extraterrestres, al otro los superhéroes, al otro las historias serializadas con mucha intriga y culebroneo entre sus personajes y, al siguiente, tenemos un revival de los vampiros en toda regla. Desde que Anne Rice les dio un repasito y los modernizó un poco en la saga de Lestat, los no-muertos no han dejado de aparecer por aquí y por allá, pero desde el final de "Ángel" y la última película de "Blade" no estaban tan presentes en nuestras pantallas.

Ya dijimos que la CBS se adelantó un año a la moda con "Moonlight" (de ahí tal vez su prematura muerte, aparte de no pasar, con suerte, de la categoría de placer culpable), porque ésta se está empezando a desatar ahora. De lo primero en estrenarse ha sido "True blood", la nueva serie de Alan Ball para HBO, que adapta la saga de Sookie Stackhouse de Charlaine Harris (está editándola en España La Factoría de Ideas, creo). Tiene una premisa que puede cuajar en algo interesante, con su protagonista que puede leer el pensamiento y los vampiros saliendo del ataúd gracias a una sangre sintética fabricada en Japón. Hay posibilidad de tener una curiosa historia de amor (un poquito demasiado... de novela romántica en el piloto) y una historia social (otra metáfora más del trato a las minorías en EE.UU.), pero el primer episodio se queda en tierra de nade.

Habrá que tener paciencia para ver por dónde sale Ball, y quien espere ver otra "A dos metros bajo tierra", que se vaya olvidando. No tiene sentido comparar una con otra (aquí hay menos intelectualismo, pero se tiene menos claro el camino a seguir). Creo que un crítico llevaba razón al culpar a la HBO de no intentar buscar que "True blood" sea algo más que un mero entretenimiento, que es a lo que aspira por ahora, pero es muy pronto para lanzar semejantes juicios. Ball a veces peca de gafapasta, y aquí intenta no serlo, sin que el asunto consiga despegar. Aunque he de confesar que, como una es así, me lo pasé bien con Tara, esa chica negra con nombre de plantación (como ella misma se define) con menos cintura que un muñeco de madera y un genio como una estera. Es tan borde, malencarada y bruta, que por lo menos tiene personalidad, lo que la serie aún tiene que encontrar.

P.D.: De remate, entre los grupos indies que más llaman la atención en EE.UU. está uno que se llama Vampire Weekend.

10 septiembre 2008

Casi famosos (XII)

Hay tanto donde rascar en esta sección, que la numeración ya está haciendo que se parezca a las misiones Apolo a la Luna (espero que no se cancele también por falta de presupuesto... Es broma).

Haciendo zapping el otro día por la TDT me topé en Disney Channel con "Flash Forward", una serie de mediados de los 90 que seguía a dos vecinos de toda la vida, Becca y Tuck, en el instituto. Lo mejor es que Becca era una muy joven Jewel Staite (más tarde conocida por "Firefly" y "Stargate Atlantis") y Tuck era Ben Foster, el Ángel de "X-Men 3". Los títulos de crédito son clásicos de la época.

Ésta ha sido un verdadero descubrmiento, que hay que agradecer a Internet Movie Database. El fotograma pertenece a "Cold Mountain", ese intento fallido de Anthony Minghella de reeditar el éxito de "El paciente inglés". Si mi memoria, y Google, no fallan, la escena pertenece casi al principio de la película, cuando Inman (Jude Law) está convaleciente en un hospital. La mujer que le lee una carta es la señora Morgan, o lo que es lo mismo, Emily Deschanel. Ese look no es como el de la doctora Brennan.

Sé que la foto es mala pero, aprovechando el reciente estreno de "Fringe", viene bien recordar que Joshua Jackson no debutó en "Dawson crece", no. Mucho antes, siendo un chavalín, sufrió a Emilio Estévez en "Somos los mejores", aquella típica historia deportiva de superación en el instituto (o el colegio, no me acuerdo), aplicada al hockey sobre hielo.

Y como cada vez hay más fans de "Doctor Who", he aquí Freema Agyeman, más tarde Martha Jones, en una de sus primeras apariciones en televisión. Bueno, la primera fue en el culebrón "Crossroads", pero ésta es más divertida porque es en "The bill", una veteranísima serie policial del canal ITV que en el Reino Unido describen como su "Ley y orden" propia. Será hasta que la adaptación británica de la franquicia se estrene, con la propia Freema asomando por ahí, y encima en el mismo canal.

08 septiembre 2008

Las leyes de la robótica

En la década de 1940, Isaac Asimov empezó a idear sus famosas Tres Leyes de la Robótica como una herramienta que le ayudara a establecer el comportamiento de los robots de sus relatos. Más o menos, esas leyes vienen a decir lo siguiente:

1.- Un robot no hará daño a un humano o, mediante la inacción, permitirá que
un humano sufra algún daño.
2.- Un robot debe obedecer las órdenes que le den los humanos, excepto si esas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
3.- Un robot debe proteger su propia existencia mientras esa protección no entre conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

Esas leyes tuvieron un gran éxito y calaron hondo en la ciencia ficción que lidiaba con androides, robots y cualquier otra entidad mecánica con una elevada inteligencia artificial. Por supuesto, lo realmente interesante de esas leyes es lo que dejaban implícito; la posibilidad de que los robots tomaran conciencia de su propia identidad, de su individualidad, y decidieran salir de la sombra de sus creadores humanos. O como dicen siempre al principio de "Galáctica", que se rebelaran y evolucionaran.

Al principio, las películas del género que incluían robots no explotaban esa posibilidad. Podía apuntarse alguna agenda oculta, intereses un poco ambiguos o que tuvieran un dueño que los empleara para realizar acciones destructivas (Robbie, en "Planeta prohibido", o Gort en "Ultimátum a la Tierra"). Me da la sensación que HAL-9000 y los replicantes de "Blade Runner" lo cambiaron todo. Gracias a ellos tuvimos a Terminator, los cylones, los ordenadores que adoptan su propia identidad y empiezan a actuar por su cuenta (como el de "Juegos de guerra") y robots menos siniestros pero con gran carga emocional, del que el último descendiente es WALL-E.

Los androides, lógicamente, siempre resultan muy interesantes porque tienen aspecto humano y, en muchas ocasiones, su programación incluye realizar actividades muy humanas. Si desarrollan de repente esa conciencia de sí mismos, empiezan a preguntarse en qué se diferencian de los humanos, y la búsqueda de una respuesta a esa pregunta puede dar para mucho. Otro de los grandes aciertos de la nueva versión de "Galáctica" fue adaptar la historia de la creación de los cylones de la serie original y aplicársela directamente a los humanos. En la serie de 1978 se cuenta que los cylones, en realidad, eran los habitantes de un lejano planeta, que empezaron a crear a los robots para que les ayudaran en sus tareas. Sus creaciones terminaron haciéndose con el control del planeta, hasta el punto que ya no había cylones originales, sólo mecánicos.

07 septiembre 2008

Sintonías para la semana

1.- Parece que ya tenemos nueva canción candidata a estar hasta en la sopa. Se trata de "Viva la vida", de Coldplay, que ya ha sonado en el piloto de "90210" y, por lo que tengo entendido, en las promociones de la nueva temporada de los informativos de alguna cadena española, no recuerdo cuál. Adiós, por ahora, a Snow Patrol, The Fray y Peter, Bjorn & John.

2.- Esto es realmente curioso. En un capítulo de la segunda temporada de "Expediente X", Mulder y Scully se desplazan a un pueblo creo que de Wisconsin a investigar un caso en el que, por casualidad, se topan con una secta de anti-carnívoros llamada el Museo Rojo, o Red Museum. Pues bien, hay un grupo estadounidense que se llama, precisamente, Church of the Red Museum. Y existe otra banda cuyo nombre es, directamente, The Red Museum. Mucha coincidencia me parece a mí.

3
.- A pesar de que no ha causado la suficiente buena impresión como para tener a todos los blogueros hablando sobre ella, "True blood" es uno de los estrenos más esperados de este año. Su sintonía de inicio es un tema de un tipo que, al principio de la canción, a mí me ha recordado un poco a Chris Isaak. Se llama Jace Everett, y el tema es "Bad things".

4.- Ya que hemos estado hablando un poco sobre "Life", es interesante añadir que es otra serie con unas curiosas elecciones musicales. Han tenido tiempo de incluir cosas como "All I need", de Radiohead, y "John, 2:14", de Shivaree, y eso que no tiene títulos de crédito ni sintonía inicial.

5.- En uno de los canales de TDT, SET, están reemitiendo "El guardián", la serie que hizo conocido a Simon Baker, protagonista de la nueva "The mentalist". En las promociones de dicha serie se utiliza como música de fondo "Do you want to", de Franz Ferdinand.

Música de la semana: La nueva temporada de series está a punto de empezar y mis problemas técnicos se han solucionado. Así que vamos a ser optimistas y nos quedamos con una canción que da muy buen rollo, "Why do you let me stay here", de She & Him.

05 septiembre 2008

Charlie tiene una segunda oportunidad

El primer año siempre es difícil. Aunque lo empieces con aspiraciones a terminar como "Rookie del Año", lo más probable es que tu rendimiento te sitúe entre los jugadores de equipo interesantes y con potencial, pero no entre las futuras estrellas. De todos los estrenos de la temporada pasada que vuelven este año, ya sabéis que uno de los que despierta más mi curiosidad, y que parece tenerlo más difícil para sobrevivir, es "Life". Del destino de esta serie policíaca se habla mucho últimamente en la blogosfera teléfila española porque Telecinco ha vuelto a hacer de las suyas con esa programación creativa tan querida para ellos, y porque unos cuantos teleaficionados la han descubierto en estas noches veraniegas de los miércoles.

Ha pasado tanto tiempo desde el final de la primera temporada (en diciembre, nada menos), que las peripecias de Charlie Crews y su investigación de la conspiración que lo llevó injustamente a la cárcel parecen una neblina difusa. Es cierto que los primeros 11 episodios se cerraron de una forma más o menos conclusiva, aunque la conspiración tiene pinta de tener tantas ramificaciones como la de "Expediente X" (esperemos que tenga más sentido y no haya virus extraterrestres) o como la que dio con los huesos de Lincoln en la cárcel en "Prison Break". Se dejaron, eso sí, dos puertas abiertas; una, referente al dinero del famoso atraco al Banco de Los Ángeles, y la otra concerciendo directamente a Dani Reese, la compañera de Crews. Si él la pone al día de su investigación, el tema va a ponerse muy, muy interesante, y muy complicado, para ella.

Como pasa últimamente con la NBC, en verano parece que sólo existe "Héroes", porque las informaciones que se dan sobre las nuevas temporadas prácticamente se centran exclusivamente en ella. Este año, "Chuck" ha disfrutado también de un poquito de los focos, pero "Life" ha estado volando bajo el radar y pasando desapercibida. Lo poco que se ha sabido es que Crews y Reese tendrán nuevo jefe (me gustaba Robin Weigert, pero Donal Logue puede ser divertido) y que los responsables de la serie han decidido aprovechar un poquito más el lado "chica de calendario" de Sarah Shahi, o eso parece por las promociones. No me parece mal, siempre que no se pierdan ese aspecto autodestructivo y esos demonios que llevaron a Reese a las drogas, y que no se resolvieron en la primera temporada por mucho que ella utilice su dedicación exclusiva al trabajo para controlarlos.

Como las series de policías casi son un seguro para mí, tengo mucha curiosidad por ver el derrotero que toma "Life" ante un segundo año decisivo, en el que su audiencia debe mejorar bastante si quiere aspirar a una tercera temporada. Por lo que parece, la dinámica entre Crews y Reese se va a explorar un poco más, y yo creo que deberían ir anclando la serie más en ellos. No terminan de entenderse ni de caerse del todo bien, pero trabajan bien juntos y, por lo menos, empieza a desarrollarse ese lazo entre compañeros que garantiza que uno siempre estará ahí para el otro. Es una relación que a mí me resulta curiosa de ver, y más aún porque se basa en sutilezas y pequeños detalles. Sin embargo, habrá que hacer un poco de malabarismo para seguir su debut. Aunque su horario habitual será en la noche de los viernes, lo que es un arma de doble filo, el primer capítulo se emitirá el lunes 29 de septiembre, después de "Héroes", y los siguientes tres episodios se verán los días 3 y 6 de octubre antes de instalarse definitivamente en su nicho el día 10.

Confío en que "Life" sobreviva a las cuitas del año sophomore. Me entretiene ver como los diferentes caracteres de Crews y Reese se van complementando poco a poco, y tengo suficiente curiosidad por ver cómo va a desarrollarse la conspiración para verla también por eso. Es verdad que no aporta nada nuevo ni destaca por tener un subtexto muy crítico, o revolucionario, pero también es satisfactorio ver cosas bien hechas cuyo principal objetivo es entretener sin tomarte el pelo. Y acabo de tener una asociación a lo magdalena con Proust con esta serie y esta canción de R.E.M. Así nos distraemos de cara al fin de semana.

03 septiembre 2008

Genios y asociales

Por pura casualidad, la semana pasada cacé en Neox un par de capítulos de "The Big Bang theory", una serie que me han recomendado mucho este verano y de la que yo no había visto ni cinco minutos. Lo poco que vi en medio del zapping me pareció curioso, con algún punto logrado, aunque sin llamarme del todo la atención, y sí que se notó que Sheldon es uno de los pilares de la serie con sus peculiaridades y su incapacidad manifiesta no ya para socializarse, sino para comprender las acciones y las motivaciones de la gente que le rodea.

En ese aspecto, el bloguero del "The Star Ledger" de Nueva Jersey, Alan Sepinwall, hizo hace bastante tiempo una curiosa comparación entre Sheldon y otro personaje con una mente brillante, pero una capacidad de socialización escasa, como es Temperance Brennan. Sepinwall es de la teoría (que yo también comparto) de que los guionistas de "Bones" se dedican a colocar a Brennan en todo tipo de situaciones extrañas sólo para ver cómo reacciona (y sacar unos cuantos chistes a su costa), y en no pocos capítulos les ha servido a la perfección para anclar aún más la serie en ella y Booth (no será una comedia romántica, como decía alguien por ahí, pero está claro que ellos dos son el centro de todo). Una parte importante del humor de "Bones" viene de la tendencia de Brennan a tomarse las cosas literalmente y a su fracaso en sus intentos de acercarse a la gente de una manera más informal, más en el estilo de Booth (grande, e intraducible, ese "As serious as a gas attack - Heart attack, Bones, as serious as a heart attack").

Sin embargo, el personaje de "Bones" que creo que se parece a más a Sheldon no es Brennan, sino Zack Addy. Él sí que tiene serios hándicaps emocionales y sociales, se lo toma todo muy en serio, también es incapaz de entender a la primera las frases con dobles sentidos y es un verdadero cerebrito. No puedo profundizar en Sheldon porque lo poco que vi de él no es suficiente, pero él y los antropólogos forenses de "Bones" no son los únicos personajes cuyas dotes sociales son inversamente proporcionales a su inteligencia. Gil Grissom, por ejemplo, siempre se presenta como un "CSI" como alguien con un agudo intelecto, y un peculiar sentido del humor, pero que tiende a observar a la gente como a los insectos de su despacho (menos a Sarah, por supuesto).

Más que asocial, Gregory House es directamente antisocial, y no es lo suficientemente peculiar como para entrar en este grupo de genios solitarios. Sus miembros son una mezcla entre el intelecto de, por ejemplo, Gaius Baltar y las carencias socializadoras de Moss, de "The IT Crowd". Si Faraday ("Perdidos") empieza a mostrar un lado más Moss, ya tenemos nuevo miembro del club.

P.D.: Hablando del blog de Sepinwall, me encantan los títulos que pone en las reseñas de capítulos de muchas series. Gran parte de ellos son versos de canciones, como uno de "Love shack", de B'52s, para un episodio de "Galáctica", parte de "Reflections", de Diana Ross y The Supremes, para uno de "Mad Men", o la obvia referencia a la canción de "Los cazafantasmas" para el capítulo de "Perdidos" en el que conocemos más a Miles. Aparte de incluir títulos de libros, películas, juegos de palabras, lo que se le ocurre. Es muy recomendable.

02 septiembre 2008

La vida aquí empezó allá afuera

En septiembre de 1978, algo más de un año después del exitoso estreno de "La guerra de las galaxias", la cadena ABC emitía el piloto de "Galáctica", entonces el episodio más caro producido nunca en EE.UU. La serie, que obviamente intentaba subirse a la ola del fenómeno de George Lucas, empezaba con una narración muy a lo "Star Trek" y se desmarcaba con un punto de partida ciertamente inquietante: una raza extraterrestre, los cylones, aniquilan por sorpresa las 12 Colonias de la humanidad, y los escasos supervivientes de ese genocidio huyen buscando un lugar para ellos mítico, la Tierra, protegidos por la Estrella de Combate Galáctica. La nueva versión de 2003 comparte ese mismo arranque, pero el desarrollo de la idea no puede ser más diferente (ya comentamos por aquí algunos de los cambios que se hicieron).

Los pilotos de ambas series están muy marcados por la época en que se rodaron. La "Galáctica" original no puede negar que a pesar de su, a priori, oscura trama, el escapismo de finales de los 70 iba a adueñarse de la función, mientras el remake de Ron Moore y David Eick está claramente influenciado por los atentados del 11-S (al fin y al cabo, la serie empezó a desarrollarse en diciembre de 2001). Esta versión, además, apuesta más por el realismo en la fotografía, los escenarios y en el retrato de la vida de los tripulantes de Galáctica (comparada por Moore y Eick con un portaaviones), y aboga por un estilo cámara en mano que la aleje de la limpieza de líneas y las tomas claras de la serie original, con unos decorados que a veces parecen plagiados directamente del interior de los cruceros imperiales de "La guerra de las galaxias".

Lo más sorprendente es cómo la miniserie de 2003 toma el piloto de 1978 y le da una vuelta de tuerca manteniendo algunas de sus ideas. La cobertura por televisión del ataque a Cáprica es un buen ejemplo. También se mantiene el aterrizaje de una nave de Galáctica en el planeta y su encuentro con los supervivientes, sólo que en el original son Adama y Apolo los que viajan en esa nave, y en la nueva son Boomer y Helo, viviendo además un encuentro más dramático con los capricanos que quieren huir. Por supuesto, la modificación más notable es la que sufre Starbuck, una modificación que, según Moore, fue la clave para dar con el tono y la manera en que tenía que hacerse la reimaginación.

Que ese diestro y pendenciero piloto pasara a ser una mujer, abrió todo un mundo de posibilidades. Para empezar, el sentimiento de culpa por la muerte de Zac, el hermano de Apolo, es mucho más doloroso; en 1978, Starbuck le cede su puesto en una patrulla con su hermano. En 2003, ella le aprueba un examen de vuelo que Zac no sabe hacer porque está enamorada de él y, como consecuencia, Zac muere en un accidente. Además, la amistad entre Starbuck y Apolo adquiere en la nueva versión una capa más, la de una evidente atracción que va más allá del compañerismo entre soldados.

El papel del gobierno civil es uno de los mejores logros de una versión sobre la otra. Para la "Galáctica" original, los miembros del Consejo de los Doce son unos diletantes que se dejan engañar fácilmente por cualquiera (Sire Uri, interpretado por Ray Milland, es el ejemplo más claro), y el presidente de las Colonias es un débil al que Baltar manipula como quiere. El retrato de Laura Roslin no puede estar más alejado, y su relación con el comandante Adama es mucho más interesante, y no sólo por los dilemas políticos y sociales a los que se enfrentan al principio. Podríamos seguir y seguir, porque la trama del "planeta casino" del piloto de 1978 me dio la sensación de ser el germen de la historia de Nueva Caprica que abrió la tercera temporada.

Por mucho que algunos fans de la serie de 1978 sigan enrocados en su disgusto de la nueva versión (buscad "Galactica in name only" en Google y veréis), hay que reconocer que el peaje de la época es demasiado elevado como para que se pueda tomar en serio. Las interpretaciones engoladas de algunos actores (Lorne Greene es demasiado "patriarca amable", y a Baltar es difícil tomárselo en serio), los extraterrestres a lo Max Factor, el vestuario pseudo-egipcio, las endebles tramas románticas de sus héroes (para lo único que servían las mujeres en esa serie, por cierto)... En su momento, los niños debieron disfrutarla mucho, pero es difícil hacerlo 30 años después.

01 septiembre 2008

Las dos caras del héroe

Batman siempre ha sido un superhéroe con un gran potencial dramático, o a mí me lo parece. Simplemente el hecho de que no tenga unos superpoderes que, de algún modo, lo empujen a convertirse en un justiciero, sino que él tome conscientemente la decisión de entrenarse y transformarse en Batman, permite que se exploren más a fondo los recovecos oscuros que acechan detrás de estos personajes, personajes que se erigen unilateralmente en "salvadores" de ciudades azotadas por el Mal (tome la forma que tome), en vigilantes de un orden que intentan mantener frente a delincuentes y villanos de los más diversos pelajes. Esa circunstancia (que "Watchmen" explotará más cuando se estrene, si los litigios entre Fox y Warner lo permiten) queda claramente establecida en "El caballero oscuro" a través de la esperanza de Batman de que el nuevo fiscal del distrito, Harvey Dent, sea el héroe a cara descubierta, y elegido democráticamente por los ciudadanos, que lo releve en su lucha contra el crimen en Gotham.

En realidad, casi podríamos decir que es Dent el protagonista principal de la película, porque ésta se vertebra alrededor de una vuelta de tuerca a las clásicas historias de ascenso y caída. Los intentos por encumbrar a Dent y, al mismo tiempo, por acabar con él van haciendo avanzar la trama y nos presentan el dilema de Bruce Wayne, consciente de que Batman, por su propia naturaleza, no puede existir para siempre. Sin embargo, y como bien nos recuerda Joker, su mera aparición lo cambia todo, no puede pretender desaparecer y que todo vuelva a la normalidad porque, de algún modo, su lucha contra el crimen crea, a su vez, criminales que desean demostrar que pueden vencerlo. En ese aspecto, Joker es mucho más siniestro y peligroso porque, además, no hay ninguna explicación ni justificación a sus acciones. Es un psicópata homicida, y la interpretación de Heath Ledger todavía lo hace más patente.

Ledger se adueña de la función desde el primer momento y, aunque a veces se ven trazas del Joker que Jack Nicholson hizo para Tim Burton, el suyo es, como decimos, mucho más peligroso porque no tiene ninguna justificación, ninguna relación de causa-efecto, y su locura no parece tener origen. Está loco (con su propia y retorcida lógica) y es un asesino, y punto. Él le da un toque extra a una película que hace un buen trabajo en diseccionar a Batman (no olvidemos que Bruce Wayne se convierte en él para vengar la muerte de sus padres, o eso se explica en la primera película de Burton) y el peaje que Wayne debe pagar por seguir siendo el hombre murciélago.

Sin embargo, creo que todo lo que rodea a "El caballero oscuro" se ha salido de madre. Sí, es una buena cinta, con un ritmo trepidante (estupendo el atraco al banco que la abre), sus dos o tres "fantasmadas" inevitables en toda película de superhéroes y sus dilemas no sólo en la psicología de los personajes, sino también sociales y políticos. Y sí, Heath Ledger está muy bien (aunque creo que, como mucho, puede aspirar a estar nominado al Oscar, pero nada más, como le pasó a Brad Pitt con "Doce monos"), pero sólo el paso del tiempo dirá si estamos ante un clásico contemporáneo. El tiempo ha puesto en su lugar a "Titanic", cuyo récord de taquilla peligra por el fenómeno de "El caballero oscuro", que fue saludada en su estreno como un clásico y una década más tarde se ha asentado como lo que es, una historia de las de siempre correcta y bien hecha, y ya. A ver qué se saca de la manga Christopher Nolan para la tercera entrega, si se dedicen a hacerla.

Música de la semana: Este fin de semana también he hecho esa sesión doble comparativa de los pilotos de "Galáctica" que tenía pendiente (y que tendrá su correspondiente entrada), y como todos los críticos califican el remake de 2003 de "político", la elección musical va a ser "Yes, it's fucking political", de Skunk Anansie.