30 julio 2009

La paciencia es la madre de la ciencia

¿Qué pasa si sufres "pilotitis" aguda y abandonas una serie sólo con ver el piloto, o dos capítulos más? No vale que digáis que, si es muy mala, son horas de tu vida que recuperas (como dijo Lorelai Gilmore después de ver "Magnolia", devolvedme estas tres horas de mi vida. Disiento, pero es bueno). La paciencia (y la curiosidad, pero de eso ya hablaremos otro día) debería ser inherente a todo teligioso de pro. Si algo no nos horroriza desde el principio, no hay manera de saber si se convertirá en nuestra nueva serie favorita si no continuamos con ella durante varios episodios. Para algunas hace falta mucha paciencia (como cuando te dicen que necesitas dos temporadas para pillarle el truco a "The Office", aunque las primeras sean cortas) y otras te enganchan desde la parrilla de salida. Pero ésas son las menos. Si yo hubiera abandonado "Galáctica" después del cuarto capítulo (por entonces no me enganchaba demasiado), me habría perdido una de las mejores experiencias televisivas de los últimos años. Pero cuatro episodios fueron mi límite en "Journeyman", y mucho me temo que en "Southland" (no porque me parezca mala, que no lo es, pero curiosamente la encuentro vacía, para mí le falta algo, no sé bien qué).

Si dejas "Doctor Who" tras esos maniquíes asesinos con los que se presenta el Noveno Doctor, te pierdes una montaña rusa de diversión, de un personaje principal simplemente sensacional (¡fantástico!, que diría Nueve) y de algunos estupendos capítulos de ciencia ficción, fijos en la lista de premiados de los Hugo. Veo que "Bones" se ha convertido en otra de las series del verano para algunos blogueros, y ésta es otra que recompensa tu paciencia, pasando de una primera temporada más "procedimental", si queréis, a otras mucho más centrada en la comedia y los personajes. La importancia de los casos es inversamente proporcional a lo divertida que se vuelve la serie. Su compañera de los jueves por la noche en la parrilla de Fox, "Fringe", compensa que aguantes con ella hasta el octavo o noveno episodio, cuando de repente la historia se vuelve interesante y Walter no es lo único personaje que merece la pena (al final, hasta me hice fan de la sufrida Astrid).

No todas pertenecen a ese reducto de los most improved players. Conforme ves capítulos de "The Closer" o "Medium", empiezas a pillar detallitos y pequeñas cosas entre sus personajes que te van haciendo volver cada semana, y esas dos llevan un nivel bastante consistente desde sus inicios. Aunque la NBC acabó cancelándola, mantenerse fiel a "Life" durante la primera temporada te regalaba luego una segunda mucho mejor, y aguantar algunos de los primeros episodios de "Cómo conocí a vuestra madre" sirve para que entres después en un sitio del que no quieres salir. Hay un montón de casos en los que tener paciencia con una serie luego tiene su recompensa ("Babylon 5" es otra. Hay que seguir hasta la mitad de la primera temporada para empezar a detectar que esto puede ser algo más). Y cuando no, siempre podrás despotricar de ella con conocimiento de causa.

P.D.: ¿Que por qué está ahí esa foto de "Bones"? Porque Stephen Fry es grande y el doctor Gordon Wyatt mola. Punto.

29 julio 2009

Pizarras sin borrar

ALERTA SPOILERS: Hace tiempo que terminó la primera temporada de "Dollhouse" pero, por si acaso, debo avisar de que os dejéis esta entrada para otro momento si no sabéis aún quién es Alfa y qué pinta el White Label en todo esto.

Es curioso que, en apenas un año, vayan a coincidir varias series con conflictos de identidad en el centro de sus personajes y de sus tramas. A los cylones de "Galáctica" y la realidad virtual de "Caprica" se les unen las muñecas de "Dollhouse" y su lento despertar a la propia identidad, al descubrimiento de que son un individuo único y diferente de todos los demás (lo que nos diferencia a los humanos de otras especies animales). Incluso con la treintena de personalidades implantadas a la vez, Echo sabe que sólo ella es Echo. El proceso de descubrimiento de los activos, que ocurre a pesar de los esfuerzos de Topher por mantenerlos como tabulas rasas, no es demasiado diferente de la manera en que las copias genéricas de un determinado modelo cylon iban diferenciándose unas de otras por sus experiencias.

El último episodio de la primera temporada (sin contar "Epitaph One", rodado para el lanzamiento en DVD y que yo aún no he podido ver) daría para sesudas discusiones filosóficas, y no sólo sobre el Übermensch de Nietzsche que Alfa trae a colación durante su discusión con Echo. También se podría discutir sobre si la personalidad es innata o se desarrolla con el tiempo, aprovechando la afirmación de Ballard de que, por mucho que les borren, los muñecos siempre guardarán "residuos" de lo que eran originalmente. Carl Craft era un psicópata, así que esas tendencias estaban latentes en Alfa. Pero tampoco vamos a sacarnos una nueva versión de "El mundo de Sofía". Lo interesante de este final de temporada son las posibilidades que abre para la segunda.

En Alfa, que sigue libre, se personifican todas las maldades que se podrían hacer con la tecnología de las muñecas, desde crear esos seres superiores con los que él está obsesionado a verdaderos ejércitos de soldados esclavos con unas habilidades increíbles. Sus propósitos no son sólo destruir Dollhouse, sino que su psicopatía lo lleva más allá, en camino de convertirse en un archienemigo megalómano de cómic. Por otro lado, tenemos oportunidad de descubrir que, efectivamente, los muñecos tienen oportunidad de salir de allí una vez cumplan su contrato, y que los que tienen algún problema pueden reutilizarse, como ocurrió con Whiskey tras el incidente con Alfa. Lo que lleva a preguntarse por qué Whiskey fue implantada con la personalidad del doctor Saunders, en lugar de ser liberada. ¿Quién era ella en un principio? ¿Y qué pasó con el doctor Saunders original?

Aún tiene que recorrer camino hasta ser la serie que nos vendieron en un principio, o que tiene potencial para ser, pero la mejora que se evidenció desde la mitad de la temporada invita a ser optimista de cara a esa segunda entrega que Fox le concedió en uno de los movimientos más inesperados de la primavera televisiva. Me intriga el papel qué va a desarrollar Ballard en todo esto, y qué va a hacer Echo ahora que, por fin, se acuerda de Caroline. Como se dice al principio de la serie, una pizarra nunca puede borrarse completamente.

28 julio 2009

Un consejo: no des consejos

Es inevitable. Alguien tiene siempre que hacer esa temida pregunta: ¿Qué serie me recomiendas que vea ahora que he terminado "Los Soprano", o que me he puesto al día con "Perdidos", por ejemplo? O ésta otra, que a mí casi me da más pánico: ¿Me recomiendas que vea "Dollhouse", o cualquier otra serie muy comentada en la blogosfera que se os ocurra? Últimamente, los temblores entran en cuanto alguien quiere saber si "Torchwood" merece la pena. ¿Cómo convencerlo de que le puede gustar si tiene paciencia con una primera temporada que "The Guardian" apodó "Torch Ed Wood", no sin razón? El episodio de la Cibermujer es, desde luego, su punto más bajo, pero otros como "Small worlds" y sus hadas (y Jack y Gwen en el mejor estilo Mulder y Scully), o "Ghost machine" y esa máquina que permite "ver" fantasmas, o "Random shoes" y cómo lo vemos todo desde el punto de vista del muerto, permiten ser un poco optimistas y aguantar hasta la segunda temporada, en la que el asunto mejora bastante (y llegar a la tercera, que es la que de verdad ha dado el salto de lo que "Torchwood" puede ser).

Seguramente, que te digan que tengas paciencia con una serie puede ser el prolegómeno de un aburrimiento total. O no. Al fin y al cabo, con todas las series hay que aguantar unos cuantos capítulos para decidir si nos convence. Flechazos como el del piloto de "Perdidos" o de "Verónica Mars" se dan muy de cuando en cuando. Con esa última serie, por ejemplo, era habitual que los fans nos preguntáramos cómo podíamos convencer a la gente de que la viera. La definición más acertada era compararla con un Philip Marlowe adolescente y en femenino, o ése era el lado de la serie que a mí más me gustaba, porque incluía las chandlerianas réplicas sarcásticas que eran la marca de la casa de Verónica.

Aconsejar ver cualquier serie tiene el riesgo de que la recomendación se vuelva contra tí, y te echen en cara que se han tragado un bodrio sólo porque tú has dicho que estaba bien. Ahí no se puede hacer nada. "Galáctica" está, para mí, por encima de "Perdidos", pero comprendo que hay quien no le ve ningún interés. Yo no le pillo el punto a "The Big Bang theory", por mucho que todos la recomendeis, y yo puedo pensar que "Burn notice" es divertida y muy entretenida, pero a otros les puede espantar. De todo tiene que haber bajo la sombra de la estatua, ¿no?

27 julio 2009

Críticos salvajes, comiqueros tranquilos

Cada año, las quejas sobre la Comic-Con de San Diego son siempre las mismas: se ha perdido el interés original en los comics, se ha convertido en el Sundance de la cultura popular, es una mera arma promocional para que los grandes estudios presenten sus taquillazos del próximo verano, hay demasiada gente, yada, yada, yada... Antes, los críticos se quejaban de que todos los grandes anuncios de la siguiente temporada televisiva se hacían en Comic-Con, con lo que la ronda de encuentros de la TCA (la asociación de críticos de televisión), que se celebra con una semana de diferencia, se quedaba descafeinada. Este año, sin embargo, la queja es otra, y es que ha sido una convención sorprendentemente muy light en grandes anuncios (la gira de la TCA empieza mañana, por cierto).

En TV Squad, el bloguero que ha cubierto el evento resume esa sensación diciendo que ni se confirmó la película de "Doctor Who", ni el reparto de "El hobbit" (Peter Jackson sí dijo que la película aún no tiene luz verde, supongo que del estudio), ni hubo gran presencia de "Star Trek" ni ningún tipo de adelanto sobre posible secuela ni, en general, ninguna gran revelación sorprendente como las que solía haber (el regreso de Michael a "Perdidos" en la cuarta temporada se desveló en Comic-Con, por ejemplo). Es cierto que se ha ido a lo seguro en muchos paneles (aunque los fans de "Sobrenatural" que no quieran leer spoilers deberían evitar ver nada sobre su panel porque, un poco más, y cuentan la trama de todos los capítulos de la quinta temporada) y que el principal interés en unos cuantos era, simplemente, ver a las estrellas de cerca, como ocurrió con el de "Doctor Who" y la primera aparición de David Tennant en San Diego (el nivel de decibelios de su recibimiento no puede ser bueno para nuestros tímpanos).

Pero el caso es que, en parte, en esos encuentros de los fans con sus ídolos está la gracia, ¿no? Si al principio eran los escritores de cómic los que se acercaban a sus lectores, ahora son actores, directores, showrunners y Joss Whedon y Kevin Smith, que en Comic-Con juegan en una liga completamente diferente al resto de participantes. Aunque no se cuente nada nuevo, lo cierto es que puede ser muy divertido ver a los actores de "Chuck" o "The Big Bang theory" haciendo el tonto, o el show que Carlton Cuse y Damon Lindelof montan siempre en el panel de "Perdidos", o cómo Bruce Campell le roba limpiamente a Matt Nix, creador de la serie, el protagonismo en el de "Burn notice" con sus comentarios a lo "El club de la comedia" (y con esa camisa tan Sam Axe). En Serieína han resumido bastantes de esos encuentros, aunque se han dejado fuera, lógicamente, la queja más habitual entre los asistentes que no eran fans de cierta saga vampírica. Parece que "Crepúsculo" y su secuela, "Luna nueva", tomaron al asalto San Diego.

P.D.: El título de la entrada, por cierto, viene de "Toros salvajes, moteros tranquilos", un libro de Peter Biskind sobre el nuevo Hollywood de los 70 que es bastante interesante para todos los cinéfilos, incluso aunque se le puedan poner bastantes pegas.

26 julio 2009

Entre piratas y morosos

1.- Richard Curtis está especializado en comedias ligeras y divertidas que suelen tener unos comienzos chispeantes para luego perder inevitablemente gas ("Cuatro bodas y un funeral" y "Notting Hill" son dos buenos ejemplos, aunque sólo fuera el guionista). También se las arregla para que haya siempre un par de personajes excéntricos, pero encantadores, que ponen casi todos los mejores chistes frente a los protagonistas, un poco más sosos (más si es Hugh Grant el protagonista). En televisión, hay que agradecerle haber sido de los que pusieron en pie "Mr. Bean" y "Blackadder", y ahora se descuelga con una "Radio encubierta" que, aunque le sobra buena parte del final, debe ser lo más divertido que ha hecho en mucho tiempo. Ambientada en un barco, fondeado en el Mar del Norte, que alberga una radio musical pirata a mediados de los 60 (cuando la BBC, nos recuerdan al principio, sólo emitía 45 minutos de música popular al día), tiene una energía contagiosa, una banda sonora realmente estupenda y un grupo de actores que dan con la nota perfecta para componer a este puñado de colgados por la música, DJ's que disfrutan de una notoriedad que es, para muchos, el punto álgido de sus vidas.

Se utiliza como excusa la llegada al barco de un adolescente, enviado por su madre para apartarse de las malas compañías, que encuentra allí una isla del optimismo y el sueño de libertad de los 60. Todos los personajes son estupendos, liderados por un Bill Nighy que es cool incluso en medio de una tormenta (y que, además, baila. Este hombre es una mina), y con las caras de un montón de actores televisivos, desde medio reparto de "The IT Crowd" (Chris o'Dowd y Katherine Parkinson), al inenarrable manager de "Los Conchords" (Rhys Darby), a January Jones (muy distinta de su papel en "Mad Men"), a Jack Davenport ("Swingtown")... Incluso se permite un cameo de Emma Thompson en la misma película en la que su ex marido, Kenneth Branagh, vuelve a clavar uno de esos personajes odiosos caricaturescos que tan bien se le dan (como Gilderoy Lockhart en la segunda película de Harry Potter estaba estupendo). Y Philip Seymour Hoffman vuelve a apuntarse a los DJ's locos por la música como el que hizo en "Casi famosos". Resultado, que "Radio encubierta" es muy divertida, sobre todo, gracias a esa panda adorable de locutores trastornados.

2.- Con un giro final mucho más contemporáneo de lo que podría parecer, y una reflexión sobre la fortuna (como suerte o como patrimonio económico), "Little Dorrit" es menos trágica que "Bleak House", con un tono a veces más ligero y casi humorístico, pero sigue teniendo en su centro oscuros secretos familiares de los que pueden hundir una casa, entendida como la reputación de la familia, hasta los cimientos (y hay una representación muy gráfica de esto en la serie). Teniendo como guionista también a Andrew Davies, y siendo adaptaciones de obras de Charles Dickens, "Little Dorrit" y "Bleak House" se parecen mucho en entre sí, y no sólo en los títulos de crédito y en su formato de capítulos de media hora. Las dos mezclan muchos géneros, pero la primera utiliza más componentes del thriller con la aparición de ese inquietante criminal francés llamado Rigaud (que le ha valido a un Andy Serkis muy en su papel una nominación al Emmy al mejor secundario de miniserie), y la crítica social es más acentuada con la aparición de tipos como el señor Casby y Pancks, su recolector de alquileres (que es un hallazgo de personaje).

La serie empieza con Amy, la pequeña Dorrit del título, en la prisión para morosos de Marshalsea, donde su padre ha pasado media vida y donde ella nació. Su destino se cruzará con el de Arthur Clennam, que vuelve a Inglaterra tras pasar 15 años en China llevando el negocio textil de su familia con su padre. La muerte de él lleva a Arthur a regresar para cumplir su último deseo, expresado sólo con un reloj y las palabras "Tu madre, Arthur. Arréglalo". ¿Qué pueden tener en común los Clennam, acaudalados pero en decadencia, con los pobres y deudores Dorrit? Ésa es la trama principal, pero hay muchas otras que se cuentan en relación con Amy y Arthur, desde los porteros de Marshalsea a la tragedia que el señor Dorrit siempre llevará consigo (otra merecida nominación al Emmy para Tom Courtenay), a la misteriosa Miss Wade, el señor Merdle y su reputación de "hombre del siglo", la burocracia y pereza de las oficinas gubernamentales relacionadas con el dinero (que se parece a aquella oficina delirante de "Las doce pruebas de Astérix")... También hay muchas caras conocidas en el reparto de la serie, menos su protagonista, Claire Foy, casi una debutante, que sin embargo consigue transmitir la inocencia de Amy y sus tribulaciones interiores sólo con la mirada.

Música de la semana: "Radio encubierta" empieza con "All day and all of the night", de The Kinks, haciendo referencia a que esas emisoras piratas emitían música las 24 horas del día.

24 julio 2009

El verano del Doctor

Sigue sorprendiéndome cómo "Doctor Who" ha tomado al asalto parte de la blogosfera teléfila este verano. No sé si el revuelo del cambio de David Tennant por Matt Smith o la tercera temporada de "Torchwood" han llevado a que muchos blogueros elijan esta serie para que anime su verano, pero el caso es que el TARDIS está bastante más repleto de cara a los tres últimos especiales del Décimo Doctor, y el principio de la andadura del Undécimo. A esta mayor exposición mediática en las últimas semanas también contribuye que los dos primeros especiales de este año, "The next Doctor" y "Planet of the dead", están ahora en emisión en Estados Unidos, al igual que "Torchwood", razón por la que Russell T. Davies ha dado varias entrevistas hablando sobre ambas series.

No vamos a hablar sobre eso, ni sobre si los fans yanquis van a abrumar a David Tennant cuando aparezca por Comic-Con, sino sobre otra opción para pasar el rato este verano que parece consagrado, en parte, al Doctor: leer. Desde que se estrenó la renovación de "Doctor Who", han ido editándose varios cómics basados en su extenso universo, algunos mejores y otros peores, supongo. Yo sólo he leído uno, "The forgotten" (que empieza con la viñeta de arriba), que se publicó a finales del año pasado con guión de Tony Lee (que ha escrito algunas historias para "X-Men" y "Spider-man") y dibujos de Pia Guerra (conocida por su contribución a "Y: el último hombre"), y que resulta una lectura entretenida e interesante para los fans del Doctor (pero sólo si vais al día con la serie, por si acaso).

Empieza con el Doctor y Martha Jones atrapados en un extraño lugar, sin el TARDIS y con el Doctor incapaz de recordar nada de su pasado, sólo con memorias sueltas de su vida desde el encuentro con los Sycorax en el especial de Navidad de la segunda temporada. Los dos tardan poco en darse cuenta de que están en lo que parece un museo dedicado al Doctor, con instrumentos y ropajes de sus nueve encarnaciones anteriores, y esos objetos pueden ayudarle a recuperar algunos de sus recuerdos. Se aprovecha así para contar pequeñas historias con cada uno de los Doctores anteriores (incluyendo Nueve y Rose) y, al mismo tiempo, para trazar una historia con un componente de intriga realmente entretenida. Es como una pequeña lección de historia de la serie desde sus comienzos, con algunos guiños muy simpáticos y, lo que es mejor, con unos diálogos para el Doctor que reproducen la forma de hablar de David Tennant, con esos "well" y sus cambios de idea en medio de una frase y sus "allons-y", claro.

Podría perfectamente convertirse en un episodio de la serie, de manera parecida a como se hizo con el doble "Human nature"-"Family of blood" en la tercera temporada. Se basan en una novela que Paul Cornell escribió en 1995, dentro de una serie llamada "The new Doctor Who adventures". El argumento del libro era, al parecer, muy similar al que terminó viéndose en televisión, adaptado por el propio Cornell. Este cómic quedaría muy bien trasladado a la pantalla.

P.D.: Sólo un par de cosas más. La nueva acompañante en el especial "The waters of Mars" será Lindsay Duncan, o lo que es lo mismo, la malvada Servilia de "Roma". Y Matt Smith, el nuevo Doctor, ha trabajado en dos ocasiones anteriores con Billie Piper, en "Secret diary of a call girl" y en las adaptaciones de las novelas de Sally Lockhart, escritas por Philip Pullman.

23 julio 2009

Las series de Matusalén

Siempre se dice que el medio televisivo es cambiante, inestable y poco dado a éxitos duraderos, por lo menos ahora. Hay algunos programas que consiguen aguantar en antena durante mucho tiempo, sobre todo los informativos tipo "Informe semanal" (que TVE emite desde hace más de 30 años), pero a las series les cuesta un poco más. Las semanales de prime time ya pueden darse con un canto en los dientes si llegan a las 10 temporadas que llevará "CSI" este otoño, o simplemente a las seis que "House" tendrá a sus espaldas. Hay casos de series muy longevas, pero es difícil que puedan repetirse las más de 20 temporadas de "Ley y orden" o las 15 de "Urgencias" (o, simplemente, las 9 de "Expediente X"). Alrededor de la 7ª temporada, muchas series alcanzan el final de su vida. No hay que olvidar que, en EE.UU., muchos de los contratos de los actores se acaban entonces, y las renovaciones ya no se pueden hacer por cuatro perras.

Los casos más longevos se encuentran en las telenovelas diarias. La CBS canceló hace poco "Guiding light", que empezó como una radionovela en 1937 y no dio el salto a la televisión hasta 1952. Entre los 50 y los 60, sobre todo en esta última década, se crearon casi todas las soap operas más duraderas aún en emisión, con unos títulos, en ocasiones, geniales de puro kitsch como "Days of our lives" (1965), "Hospital general" (1963), "One life to live" (1968) o "As the world turns" (1956). En ésta última, además, lleva actuando una de sus intérpretes, Helen Wagner, casi desde el principio, por lo que es la actriz que lleva más tiempo interpretando al mismo personaje del mundo. En EE.UU., la siguiente en la lista es Susan Lucci, que lleva en "All my children" desde su estreno en 1970, y que tuvo 18 nominaciones consecutivas a los Daytime Emmy sin ganar nunca ninguna de ellas. Esa circunstancia incluso la llevó a presentar en una ocasión "Saturday Night Live". Lucci se llevó el Emmy, finalmente, en 1999, en una gala que debió ser de las más lacrimogénas de la historia de las entregas de premios (se puede ver aquí y sí, el que entrega el premio es Shemar Moore, de "Mentes criminales").

De los 70 sobrevive todavía "The young and the restless" (1973), y la siguiente telenovela yanqui con más aguante es "The bold and the beautiful", que se estrenó en 1987. Curiosamente, ésta aún mantiene el formato de 30 minutos con el que nacieron casi todas, y que abandonaron al cabo del tiempo para pasarse a una duración estándar de 60 minutos. Si las soap operas yanquis tienen unos nombres rimbombantes y delirantes, las inglesas optan por cosas más sencillas, como el nombre del pueblo o de la calle donde viven los personajes de clase trabajadora que las pueblan. "Coronation Street" es la campeona a este lado del Atlántico, emitiéndose en ITV sin interrupción desde 1960, y convirtiéndose en el serial británico por antonomasia, prácticamente. El otro más conocido es "EastEnders", que la BBC estrenó en 1985, y que siempre mantuvo bastante rivalidad con "Emmerdale" (1972). Una de las más populares en los últimos tiempos es "Hollyoaks" (1995), y tampoco hay que dejar de lado el tirón de las australianas nacidas en los 80: "Neighbours" (1985) y "Home and away" (1988).

Si no hubiera sufrido una interrupción en su emisión de más de dos décadas (entre 1989 y 2005, y si no contamos una película para televisión en 1996), "Doctor Who" sería, sin duda, la serie más longeva de la televisión, fuera de las telenovelas. Desde 1963, el Señor del Tiempo llena la parrilla de la BBC de aventuras de ciencia ficción con una orientación familiar que la ha convertido en una institución (Russell T. Davies dice que, en el imaginario británico, el Doctor está a la altura de James Bond o Robin Hood). Ha sobrevivido a 11 cambios de protagonista (Matt Smith será el 11º) gracias a ese sentido de la diversión y la maravilla. La quinta temporada, por cierto, en la que Steven Moffat debuta al frente de las operaciones, no se verá hasta abril de 2010.

22 julio 2009

Casi famosos: British edition

El top-less de Anna Friel en "Vanity Fair" ha dejado ojiplático a más de uno, sobre todo por la imagen que tenemos de ella por ser la adorable Chuck en "Pushing Daisies". Pero Friel ya era muy conocida en su Inglaterra natal y, sobre todo por haber protagonizado el primer beso lésbico en horario protegido de la tele británica en el culebrón "Brookside", en 1994. Su personaje, Beth Jordace, era de los más populares de la serie.

La foto es muy pequeña, es cierto, pero el parche del teniente Cave de "Enigma", una película con Kate Winslet y Dougray Scott sobre los descifradores de códigos nazis en la Segunda Guerra Mundial, bien lo vale. Ése es Matthew Macfadyen antes de empezar a hacerse conocido por la serie "Spooks" y a interpretar a un Darcy poco convincente (al menos, para mí) en el "Orgullo y prejuicio" con Keira Knightley.

Igual que con las producciones de época, las series basadas en historias de Agatha Christie han albergado a un buen número de actores ingleses, incluido un jovenzuelo Damian Lewis en el "Poirot" que interpretaba David Suchet. Ya sabéis que yo no voy a reponerme de la cancelación de "Life", así que ahí os lo dejo.

Como la semana pasada quedamos que Martha Jones era la mejor acompañante de "Doctor Who", aquí tenemos a Freema Agyeman en el papel que empezó a darle cierto reconocimiento en la tele inglesa, en el culebrón "Crossroads". En esa foto parece más la novia de D'Angelo en "The Wire", la verdad.

21 julio 2009

Gorjeos de pájaros

Es definitivo, Twitter es un invento del Diablo si lo que queremos es huir de spoilers y demás avances que nos arruinen la diversión de enfrentarnos limpios de polvo y paja a nuestras series favoritas (los medios estadounidenses le echan la culpa del batacazo en taquilla que se ha dado allí "Brüno", y cualquier seguidor de "Torchwood" tenía que andarse con mil ojos para que los twitteros ingleses no le contaran la tercera temporada de pé a pá hace dos semanas). En muy poco tiempo, se ha puesto de moda en Hollywood para hacer promoción, y no hay famoso que se precie que no tenga, además de página en Facebook, perfil en Twitter para estar siempre a la última (veréis si Tuenti da el salto a USAmerica). Sin embargo, y como es lógico, no todos tienen unos perfiles que de verdad merezca la pena seguir y, además, no siempre son ellos los que escriben bajo sus nombres.

Hace unos meses, se descubrió que la que todos pensaban que era Tina Fey (con centenares de miles de seguidores), no lo era realmente (ahora ya se ha puesto @NotTinaFey), pero el caso es que tampoco importó demasiado. Incluso la Fey real dijo que la seguía porque era divertida (y sigue teniendo una cantidad indecente de followers). Distinguir entre los reales y los imitadores puede resultar complicado, pero ahí está "The TV Addict" marcándose unas listas de actores, guionistas y, en breve, otros blogueros y críticos de televisión (en los guionistas les falta la siempre grande Jane Espenson, que está bajo el nombre, igualmente genial, de @CapricaSeven). Lo curioso de los guionistas y showrunners, por ejemplo, es que a veces organizan "entrevistas" improvisadas con sus lectores y, además de contar su vida (como lo que han comido, que era un clásico del blog, ahora mismo en stand-by, de Espenson), desgranan cómo es el día a día de una producción para televisión, lo que no deja de ser interesante para unos frikis como nosotros.


Eso sí, pocos twitteros hay tan pasados de rosca, divertidos y, a veces, "bocachancla" como Shaquille O'Neal (tengo curiosidad por ver qué nuevo mote se pone ahora que está en los Cleveland Cavaliers. En Phoenix Suns era "The Big Cactus", por ejemplo). En la NBA, el tema está tan de moda entre los jugadores, que algunos equipos han impuesto una severa disciplina que prohíbe, por ejemplo, twittear desde el teléfono en los descansos.


P.D.: La "fail whale" que aparece siempre que Twitter está sobrecargado se ha convertido en otro fenómeno (cuyo origen se cuenta aquí). Aunque yo reconozco que soy fan del hamster de Torrentz.

20 julio 2009

El malo de la película

En algunos aspectos, un reality show no se diferencia tanto de una serie, sobre todo del género del culebrón. En los dos programas tendremos al favorito del público (el "bueno", si queréis) que lo hace todo estupendamente, que se lleva bien con todo el mundo y que no da problemas. El hijo que toda madre querría tener, como quien dice. Sin embargo, esto que en la vida real es una bendición, en un programa de televisión es un somero aburrimiento. ¿Y quién le pone un poco de sal al asunto? Un malo malísimo de la muerte.

Todo esto viene a cuento del culebrón prefabricado que Telecinco ha montado con la "expulsión" de Risto Mejide de "Operación Triunfo". Al amigo Mejide lo contrataron para levantar la audiencia del reality (creo que en el segundo año que lo emitió Telecinco) en un movimiento calcado al de "American Idol", que tiene a Simon Cowell como el "malo" oficial, del que sabemos que va a destrozar a los concursantes durante las audiciones, ser borde con ellos en las galas y a pelearse (con veladas acusaciones de homofobia incluidas, y reconocimiento de que todo estaba guionizado) con el presentador, el sosainas de Ryan Seacrest (al que Fox le ha hecho un contrato que ni Florentino Pérez). "American Idol" puede permitirse el lujo de perder las diatribas, probablemente un poco alcoholizadas, de Paula Abdul, pero no la maldad de Cowell, el espejo más evidente de Risto.

El malo es el que da el nivel del bueno, y el que salva cualquier trama infumable. Sin Mejide ni Cowell, los dos programas se quedan en una sucesión de números musicales (mucho peores los de "Operación Triunfo") y fían toda su suerte al carisma de los concursantes. "OT" cada vez está más falto de él, mientras "AI" se saca de la manga a gente como Adam Lambert. Los triunfitos hace tiempo que no son más que gente intercambiable con nombres artísticos que, de tan excéntrico, dan risa (¿Púa? ¿De verdad?), y que hacen que añoremos a Nina al frente de la academia. Liquidando a Risto, liquidan el único aliciente que tenía mucha gente para ver el programa (incluso aunque sólo fuera para indignarse y poder ponerlo verde al día siguiente con los compañeros de trabajo). Telecinco le va a dar su propio espacio en access prime time, intentando rascar parte del éxito de "El hormiguero" y "El intermedio", pero me da que tienen que pensar algo radical para sacar a "Operación Triunfo" del pozo de las audiencias al que va abocada. Y si no encuentran concursantes con carisma u otra "Rosa de España", acabarán contratando a otro clon de Simon Cowell (o a Lola González, que en "Fama" lo mismo les canta las cuarenta a los bailarines que se dedica a ser un paño de lágrimas).

P.D.: Conste que el señor Mejide no es santo de mi devoción, pero creo que, aún desempeñando un papel que es un plagio del de Cowell, era lo único que le daba personalidad a "OT".

19 julio 2009

Simplemente Lisbeth

A nadie se le escapa que Lisbeth Salander es la verdadera protagonista de la trilogía de "Millenium". Stieg Larsson organiza sus historias siempre en las tres partes clásicas de la introducción, el nudo y el desenlace. Cada libro está dividido así (y cada parte lleva un título diferente y citas alusivas bien a estadísticas de violencia contra las mujeres en Suecia, a ecuaciones matemáticas y a la participación de la mujer en diferentes guerras a lo largo de la historia), y la saga completa usa esa estructuración en tríptico para contar la historia de Salander. El primero sólo nos da unas pinceladas de lo que ella es capaz de hacer y de la carga que lleva a cuestas; en el segundo ya sabemos por qué llega a ser como es, y en el tercero asistimos a la resolución de todo.

Su cualidad de ser bigger than life es, precisamente, lo que hace que nos creamos algunos pasajes de los libros que, de otro modo, serían increíbles (o coto exclusivo de Quentin Tarantino en "Kill Bill"), pero a la vez, el hecho de conocer su vida cotidiana con pelos y señales (la marca de cigarrillos que fuma, las horas a las que se conecta a Internet, el modelo de cámara fotográfica y de ordenador portátil que utiliza) otorga cierto balance, nos hace ver que no es ninguna superheroína, sino una mujer particular atrapada en una situación excepcional. La creación de Salander es el principal logro de Larsson, además de organizar esos puzzles cuya exposición de las piezas es de lo mejor de la saga.

No entraba en mis planes ver la adaptación al cine de "Los hombres que no amaban a las mujeres", pero tras leer varias críticas que hablaban bien de ella, acabó picándome la curiosidad. Lo cierto es que han sabido darle la dimensión que se merece a la auténtica protagonista (con la inestimable ayuda del buen trabajo de Noomi Rapace), adaptan bien la compleja trama del libro yendo directamente al meollo de todo, y las pegas que podamos ponerle al final, proceden directamente de la novela. La relación entre Blomkvist y Salander, que es lo que de verdad importa, está muy lograda, y la investigación de la desaparición de Harriet Vanger va directamente al grano y está contada con buena mano. Resultado, que es un thriller bastante estimable y que le hace justicia a un personaje tan carismático como Lisbeth Salander.

Música de la semana: Con el debut de "Warehouse 13" en Syfy, la asociación musical era evidente; "Tiki god", de The Presidents of the USA, sobre un ídolo malvado al mejor estilo de "La máscara", o de la muñeca malvada de "Chinga", un capítulo de la quinta temporada de "Expediente X" escrito por Stephen King.

18 julio 2009

Pensamientos dispersos

1.- Si queréis seguir incrementando vuestro nivel de ira y agresividad, aunque os lleve al Lado Oscuro, con respecto a las nominaciones de los Emmy, podéis uniros a los chicos de TV Squad, que ya se han encargado de darle un repasito a la academia por olvidarse completamente de "The Shield" y por negar a "Galáctica" su entrada en las categorías grandes de actuación, confinándola a las técnicas (donde seguramente volverá a arrasar por tercer año consecutivo). Por otro lado, hay gente que está muy contenta, precisamente, por lograr una pobre nominación en esas categorías técnicas, y entre ellos está Hart Hanson, que dice en su perfil de Twitter que "se dice que "Bones" ha conseguido una nominación por su diseño de producción. ¡Ése es Michael Mayer! ¡Nuestra primera! ¡Estamos muy encantados!".

2.- Comic-Con empieza la semana que viene con un calendario de eventos relacionado con la televisión que agota sólo de verlo por encima. Se van a promocionar incluso sitcoms convencionales como "The middle". "Entertainment Weekly" tiene también una breve lista de algunas de las cosas que a ellos más les interesan, que viene a ser seguir con su obsesión sobre "Iron Man". En otro orden de cosas, y como también va a presentarse el DVD de "Dr. Horrible's Sing Along Blog", he estado curioseando "The guild", la serie de Felicia Day sobre un grupo de jugadores online, y la verdad es que merece la pena (no sé si podrá verse por otros métodos y con subtítulos. Supongo que sí, ya que está editada también en DVD).

3.- Ahora que, por fin, he retomado "Little Dorrit", me resulta muy curioso ver por ahí a dos chicas a las que estamos acostumbrados a ver corriendo de un lado para otro y salvando al mundo de los alienígenas en "Doctor Who" y "Torchwood", como son Eve Myles y Freema Agyeman. Es aún más curioso verlas porque sus personajes no tienen nada que ver con Gwen Cooper y Martha Jones (una es una joven con retraso mental y la otra, una chica recogida por una familia adinerada con una extraña relación con una mujer bastante misteriosa). Además, he de decir que, por lo poco que he visto, a Matthew Mcfadyen le van más personajes como el señor Clennam y no como Darcy en "Orgullo y prejuicio". Macfadyen, por cierto, está casado con Keeley Hawes, protagonista de "Ashes to ashes".

4.- Leyendo vuestras entradas sobre las series que estáis viendo en verano, me he puesto a recopilar las que tengo por ahí en danza y, la verdad, sigue siendo una lista un poco larga. Entre "The Closer", "In plain sight", "Burn Notice" y "Warehouse 13" que todavía están en emisión, también voy siguiendo "UCO" en la web de TVE, continúo con "Little Dorrit", "El prisionero" (lo que me está costando ver esta serie, sobre todo por todos los problemas técnicos que tengo con ella), con la tercera temporada de "The Wire", la octava de "CSI", la revisión de la quinta de "Expediente X", la primera de "Bsbylon 5" y "The nº1 ladies' detective agency".

5.- Por último, ahora que hay cada vez más seguidores de "Doctor Who", echadles un ojo a los especiales de "Doctor Who Confidential". En YouTube hay bastantes (me temo que sin subtitular) y, aparte de contar cosas técnicas sobre efectos especiales y cosas así, también hay a veces momentos realmente simpáticos (cualquiera que involucre a John Barrowman haciendo el fganso principalmente). Y como nota peculiar, en los anuncios de Durex que están emitiéndose ahora sale Finlay Robertson, Larry Nightingale en "Blink".

16 julio 2009

Unas nominaciones cosméticas

Los Emmy aumentan el número de nominados, cambian el sistema de votación, tendrán por fin un presentador en condiciones (Neil Patrick Harris, abriéndose camino en ese aspecto a lo Hugh Jackman) y, por segunda vez en su historia, nominan a una serie de animación como mejor comedia ("Padre de familia". La pionera en esto fue "Los Picapiedra"). Pero no cambian la inercia con la que se eligen a los candidatos. Hay algunas pequeñas sorpresas, per son las menos y, además, en su mayor parte hay que bucear entre las categorías menores (sobre todo, en las técnicas) para encontrarlas. El listado completo de nominados puede consultarse aquí, porque lo que sigue es más una quiniela comentada de lo más peculiar o destacado que otra cosa.

De entrada, mejor terminamos ya con el muñeco de vudú que tenemos por ahí al ver que "Galáctica" sólo está nominada a mejor dirección (Michael Rymer, por el último episodio), montaje, edición de sonido, efectos especiales, y los webisodios "The face of the enemy" están nominados a una categoría de programas para Internet junto a "Dr. Horrible's Sing Along Blog". Al menos, ha tenido mejor suerte que "Friday Night Lights", otra vez completamente olvidada, y "True Blood" debe conformarse con competir a los mejores títulos de crédito con "United States of Tara", y poco más (lo menciono sólo porque parecía que iba a rascar algo más). Y los fans de "The Shield" ya debéis estar acostumbrados a que los Emmy pasen de ella, incluso en su temporada final.

DRAMA: "Breaking Bad" y "Big Love" son las inclusiones que dan un poquito de aire fresco a un sexteto en el que sólo "Perdidos" y "House" defienden el honor de las networks. Pero esto huele a reedición del premio para "Mad Men".

COMEDIA: Por fin, en su cuarta temporada, "Cómo conocí a vuestra madre" ocupa el lugar que se merece. Con ella, "Flight of the Conchords" da su particular campanada en una categoría dominada por la histórica inclusión de "Padre de familia" (para mí, sobrevalorada aunque tenga a Stewie, pero histórica definitivamente). Al menos, "Dos hombres y medio" no anda por ahí, pero sospecho que se reducirá todo, otra vez, a un duelo "30 Rock"-"The Office". ¿O dará "Weeds" la sorpresa?

ACTORES DRAMA: Simon Baker nunca consiguió que los Emmy lo reconocieran por "El guardián", así que esta nominación es su estreno, y el reconocimiento al mejor estreno en audiencia de la temporada. Los demás son los habituales, con Bryan Cranston defendiendo su corona del año pasado y Michael C. Hall y Hugh Laurie rezando porque, de una vez, sus múltiples nominaciones cristalicen en una estatuilla alada. En cuanto a los secundarios, William Shatner vuelve a estar ahí por la última temporada de "Boston Legal" (por lo menos, nos libramos de James Spader), y es Aaron Paul ("Breaking Bad") una de las mayores sorpresas. Si Michael Emerson no gana este año, no le quedará otra que contratar a una banda de sicarios para que solucionen este agravio.

ACTRICES DRAMA: Sólo una novedad, Elisabeth Moss, que sustituye a January Jones como representante de "Mad Men". Las otras cinco son las ya habituales (esta categoría podría recitarse con los ojos cerrados), así que el camino parece expedito para Glenn Close. En las secundarias, aunque no lo parezca, igual el camino está más abierto. No está Katharine Heigl a pesar de que este año sí ha tenido tramas merecedoras de que se presentara a los Emmy, y tal vez Hope Davis continúe con las victorias de "En terapia" de 2008.

ACTORES COMEDIA: Sheldon es lo único que yo encuentro decente (y divertido) de "The Big Bang Theory", así que me alegro de que Jim Parsons se haya colado en lo que parece un mano a mano entre Alec Baldwin y Steve Carell, con la otra gran sorpresa, Jemaine Clement ("Flight of the Conchords"), poniendo la nota exótica. Baldwin, a todo esto, es el principal protagonista del genial anuncio de Hulu que compite como mejor anuncio de la temporada. Entre los secundarios, los dioses de Kobol han escuchado nuestras plegarias y Jeremy Piven no es candidato, pero Neil Patrick Harris igual tiene que repetir aquel sensacional gag de Rosa María Sardá y un velo negro en una entrega de los Goya hace bastantes años. Jack McBrayer y Rainn Wilson podrían aguarle la fiesta.

ACTRICES COMEDIA: Que Toni Collette es la principal favorita por "United States of Tara" no lo niega nadie, y tal vez sea la única que pueda evitar otra victoria de Tina Fey. Sarah Silverman ha vuelto a colarse, otra vez como nota particular. Y entre las secundarias, pírrica victoria para "Pushing daisies" al tener a Kristin Chenoweth junto a otra bastante ignorada hasta ahora por los Emmy, Jane Krakowski ("30 Rock"). ¿Lograrán Amy Poehler o Kristen Wiig hacer que "Saturday Night Live" haga historia en esta categoría?

Hay muy pocas novedades y, las que hay, más parecen una operación de cosmética que otra cosa. En las películas para televisión hay verdaderos pesos pesados, incluyendo a Kevin Kline e Ian McKellen por sendas representaciones teatrales ("Cyrano de Bergerac" y "El rey Lear"), al dúo protagonista de "Grey Gardens", Drew Barrymore y Jessica Lange (que interpretan a las hermanas de Jackie Kennedy), a Sigourney Weaver, Kevin Bacon, Brendan Gleeson y Shirley McLaine, entre otros. Las producciones inglesas tienen también su hueco con "Wallander" y "Little Dorrit", y ésta última es la única miniserie nominada junto con "Generation Kill", que logra para David Simon lo que cinco temporadas de "The Wire" no pudieron. Será que la guerra de Irak tiene más glamour que los barrios pobres de Baltimore.

15 julio 2009

La leonera

Indiana Jones sabía que los gobierno de Estados Unidos tenía un almacén en el Área 51 donde guardaba todos los objetos sobrenaturales que caían en sus manos, ya fuera el ovni de Roswell o el Arca de la Alianza; el Instituto Torchwood de Cardiff se dedica, al principio de la primera temporada, a rastrear y recuperar todos los artefactos extraterrestres que cruzan la brecha espacio-temporal, como esos guanteletes de armadura resucitadores, y Mulder y Scully también tuvieron su ración de momias vengativas y muñecas diabólicas. Con todas esas influencias y algunas más (incluyendo "Los cazafantasmas"), se puede construir una serie como "Warehouse 13", la encargada de dar el pistoletazo de salida a la nueva imagen de Sci Fi y su cambio de nombre a Syfy. Quizás esa circunstancia (y el recuerdo aún fresco de "Galáctica") le pone mucha más presión encima de lo que debiera, porque "Warehouse 13" va más en la línea de "Eureka", con un tono humorístico y de escapismo ligero y una tecnojerga pseudocientífica a la que es mejor no dedicar ni 30 segundos a descifrarla (de hecho, si no os gusta "Eureka" creo que "Warehouse 13" tampoco os va a convencer, aunque sólo se hayan emitido dos capítulos).

Las comparaciones con "Expediente X" son inevitables porque tiene a una pareja de investigadores, muy diferentes el uno del otro, asignados a ese almacén de Dakota del Sur en el que no quieren estar, pero Pete Lattimer y Myka Bering son más Booth y Brennan que Mulder y Scully. La química y la buena dinámica entre ellos queda patente desde el principio, incluso yo diría que tienen una sintonía mucho mejor que la que deberían tener si, en teoría, son tan distintos y al principio se llevan tan mal. La relación entre Eddie McClintock (que fue Sully, el agente que sustituye a Booth y, de paso, se lía con Brennan en la segunda temporada de "Bones") y Joanne Kelly es uno de los pilares fundamentales de la serie (yo diría que el más importante, aunque hay que ver más capítulos para asegurarse), y de cómo vaya evolucionando dependerán buena parte de sus posibilidades de éxito.

Por ahora, tienen dos secundarios roba-escenas como Saul Rubinek y CCH Pounder, cuyos personajes son los misteriosos guardianes del almacén (aún más esa señora Frederic que no envejece. ¿Será familia de Richard Alpert? ¿O una Señora del Tiempo?), y un par de alusiones a su pasado que pueden vertebrar cierto arco horizontal para toda la temporada, si se deciden a hacerlo. Los aparatejos tienen el potencial de oscilar entre la vergüenza ajena al nivel de la Cibermujer de "Torchwood", o la curiosidad e interés de los objetos poderosos de "Habitación perdida", y sospecho que si Lattimer y Bering se mantienen un poco más entretenidos que en el piloto, con verlos a ellos podremos aguantar las clásicas tramas de los cuadros que cobran vida y los rayos misteriosos de Nikola Tesla. Además de que van a aderezar estos capítulos iniciales con las apariciones especiales de Tricia Helfer, Michael Hogan y Mark Sheppard, entre otros, lo que da un plus.

¿Que se le debería pedir más al canal que se atrevió con "Galáctica", y que ganó cierto prestigio gracias a ella? Claro, pero puede que "Caprica" sea, en parte la respuesta. "Warehouse 13" apunta a un entretenimiento veraniego con potencial para dar el salto cualitativo que otras series de cable del mismo estilo, como "Burn Notice" e "In plain sight", experimentaron en sus segundas entregas, pasando de un divertimento ligero a algo más, sin dejar de lado la diversión (más "Burn Notice", la verdad). Tenemos que dejar pasar un par más de episodios para decidir si el camino que "Warehouse 13" toma convence o no, pero puede cristalizar en algo, por lo menos, consistentemente entretenido.

14 julio 2009

La doctora Jones, supongo

Entre Twitter y Vaya Tele, hemos tenido un par de días en los que el tema de debate era qué acompañante de Doctor Who era nuestra favorita, hasta el punto de que Sunne retó a todo el que quisiera defender su opción a hacerlo en una especie de meme. Supongo que debería avisar de que, a lo mejor, se me escapa algún spoiler sobre las cuatro temporadas de "Doctor Who" emitidas hasta ahora, y quizás hasta de los especiales "The next Doctor" y "Planet of the dead", porque al escoger a una de las tres acompañantes que han viajado más a menudo en el Tardis (descontando a Jack Harkness), es inevitable traer a colación a todas las demás que hemos visto en la renovación de 2005 de la serie.

Reconociendo que todas tienen grandes momentos, que Rose Tyler, por ser la primera, fue la que abrió camino, que Donna Noble fue tremendamente humana y divertida, y que Christina de Souza apuntaba a una acompañante que podría haber dado mucho juego, mi favorita siempre ha sido Martha Jones. Es verdad que, con Martha, hacemos un poco de trampa porque tuvo también tres episodios en la segunda temporada de "Torchwood" para seguir mostrando su evolución, pero es que su principio en la tercera temporada de "Doctor Who" la llevó a estar siempre bajo el fantasma de Rose y de la atracción no correspondida que siente por el Doctor (las transferencias genéticas en forma de besos es lo que tienen). A ello se añade que algunos de esos capítulos iniciales dejaban bastante que desear (como el doble de los Daleks construyendo el Empire State).

A Martha le costó arrancar. Era estudiante de Medicina, independiente, decidida y con una familia en descomposición a cuestas. Su entrada en el Tardis se produce después de que el hospital en el que trabaja sea transplantado a la Luna de golpe y porrazo, así que poco más puede sorprenderle. Como digo, se pasa gran parte de la tercera temporada desaprovechada entre su cuelgue del Doctor y la larga sombra de Rose, cuya partida a él le rompe el corazón, pero justo cuando llegamos a los últimos episodios, Martha da un paso al frente y da las primeras pinceladas del personaje resuelto y cada vez más parecido al Doctor que veremos luego en "Torchwood" y en la trama de los Sontarans en la cuarta. En el fantástico capítulo doble "Human nature - Familiy of Blood" (uno de los mejores que ha tenido la serie en manos de Russell T. Davies), ella es la encargada de mantener al Señor del Tiempo que se ha diluido en el humano John Smith, y acabar atrapada en un internado para chicos en 1913, siendo negra y con estudios, es uno de los muchos sacrificios que hará por él. Desde luego, y como bien dirá luego Jack Harkness, si no es por ella y por su laboriosa tarea de extender el nombre del Doctor en el final de la tercera temporada, el Maestro habría mandado el mundo por el desagüe.

Aunque su familia era la más cargante de todas las que hemos visto (la de Donna, sin embargo, es estupenda), la unión de cabeza y corazón de Martha, la resolución y la seguridad que desprende a partir de esos capítulos finales de la tercera entrega la convierten en un personaje mucho más igual al Doctor, y que yo nunca me canso de ver, todavía más si podemos disfrutar del dúo vacilón que forma con el capitán Harkness. Como toque extra, es la única de las tres (sin contar a Christina de Souza ni el final de "The runaway bride") que abandona motu propio al Doctor para no seguir sufriendo por su amor no correspondido. No han sabido aprovecharla bien, tengo la impresión. A ver si, con un poco de suerte, puede hacer una última aparición en los especiales finales de David Tennant, porque sería un buen colofón para ella, ahora que es médico en UNIT y sigue teniendo el destino del mundo en sus manos.

P.D.: Un comentarista de ¡Vaya Tele! apuntaba que el acento de Freema Agyeman (inglesa de madre iraní y padre ghanés) es "delirante". Puede ser complicado si se lo propone, desde luego. Como muestra, un fragmento de "Utopia", de "Doctor Who", en el que Jack y Martha se cachondean de que Rose era rubia.

13 julio 2009

Y entonces no quedó ninguno

El otro día, "El País" recordaba el 70º aniversario de la primera publicación, en el Reino Unido, de "Diez negritos", una novela de Agatha Christie que, junto con "El asesinato de Roger Ackroyd", representó una revolución en el género policial-detectivesco que se escribía entonces gracias a los sorprendentes giros que salpicaban su trama. Además, la historia de las 10 personas atrapadas en una isla, con oscuros pasados, y que van muriendo una a una sin que se sepa quién será el siguiente ni quién es el asesino, se ha convertido en todo un clásico para armar thrillers de terror o, simplemente, de suspense, como la reciente "Harper's Island" de la CBS. Christie arma un clásico misterio del cuarto cerrado (trasladado a una isla desierta) y le da una vuelta de tuerca que luego ha sido muy imitada, y no siempre bien.

La paranoia y la desconfianza se instalan enseguida en los personajes y, si la trama está bien llevada, puede resultar muy entretenido intentar averiguar quién está detrás de todas las muertes, y qué oscuro secreto del pasado lleva a que mueran. Hace unos años, la película "Identidad" presentó un peculiar giro al esquema (que resultó entretenido, aunque un poco fallido para mi gusto), y que yo recuerde, uno de los últimos libros que yo leí con una trama parecida fue "El faro", de P.D. James. Como nota curiosa, "Diez negritos" es uno de los no pocos libros para cuyo título Christie se basó en viejas canciones infantiles. Además de él están también "Tres ratones ciegos", "Cinco cerditos" o "La casa torcida". Y el título de "El espejó se rajó de parte a parte" es un verso del poema "La dama de Shalott", de Lord Tennyson.

Ese último libro está protagonizado por la señorita Marple, ese antecedente de Jessica Fletcher que resuelve casos al más puro estilo padre Brown, usando la lógica pura y dura. Creo que alguna vez he comentado que, de todos los detectives de Agatha Christie, con el que me lo paso mejor es con Hércules Poirot y cómo utiliza todos los clichés que los ingleses tienen sobre los extranjeros para conseguir siempre lo que se propone.

12 julio 2009

Hijos de los hombres

ALERTA SPOILERS: La tercera temporada de "Torchwood" y su especial formato de miniserie continuada va a tratarse aquí, así que ya sabéis qué hacer si no la habéis visto.

Obviando que quien haya visto la tercera y cuarta temporadas de "Doctor Who" tiene una idea de lo que el destino le depara a Jack Harkness en el futuro (este vídeo es un gran spoiler), lo que está claro es que, en parte, va a acabar escogiendo el mismo camino que el Doctor: la soledad. Sólo así podrá tomar decisiones arriesgadas y necesarias y volver a ser el que era cuando, en 1965, llevó a todos esos niños al matadero; un simple mercenario al que no le importa nada. Es el único modo de no volver a sufrir por la pérdida de tus seres más queridos, de no tener que decidir que un único niño debe sacrificarse por el bien de miles de millones de personas, aunque ese niño sea tu propio nieto. Ni las lágrimas finales de Gwen pueden convencerlo de quedarse, aunque, si tenemos cuarta temporada, acabará volviendo. Porque como el propio Doctor sabe también, una soledad milenaria tampoco es lo mejor, y se necesita a alguien que te mantenga siempre con los pies en la tierra.

El caso es que, con este "Children of Earth" emitido a lo largo de cinco días consecutivos en el horario de máxima audiencia de BBC One, "Torchwood" se ha hecho mayor. Las cosas que apuntaba en la segunda temporada indicando que, por fin, estaban haciendo un spinoff más adulto de verdad de "Doctor Who", cristalizan todas en esta tercera entrega con tensión, con suspense, con esos dilemas éticos tan clásicos de la ciencia ficción apocalíptica, con un arranque y una conspiración gubernamental que recordaban mucho a "Expediente X" y unas líneas argumentales que se siguen hasta sus últimas consecuencias, en la línea mejorada de "Adrift" y con el mismo punch emocional que el final de la segunda temporada. Además, le dan un giro realmente malsano a toda la querencia de los alienígenas por los niños, haciendo que su uso como drogas recreacionales aún le dé un tono más patético y demoledor a los esfuerzos del gobierno por entregarlos sea como sea.

De todos modos, éste es el show de Jack y Gwen (aunque reconozco que el trágico personaje de John Frobisher es un acierto). Siempre hemos sabido que Jack ha hecho cosas terribles ya antes de ser inmortal. Cuando lo conocemos, en la primera temporada de "Doctor Who", no es más que un estafador que puede viajar en el tiempo. El Jack eterno no es mucho mejor y, hasta que no entra en Torchwood, y se reencuentra con el Doctor, no empieza a cambiar del Han Solo del principio de "La guerra de las galaxias" al del final de "El retorno del jedi". Pero el viaje no es fácil, y no sólo por ver envejecer y morir a los que le rodean, y pone una carga sobre sus hombros que quizás el ya no quiera soportar más. En el caso de Gwen, su evolución desde la primera temporada ha sido realmente notable. De la pava y algo insoportable de esos primeros episodios, hemos ido pasando a una Gwen mucho más segura de sí misma y resolutiva, toda una igual a Jack en la cadena de mando, y nuestra ventana al mundo cotidiano y normal. Lo de esta tercera temporada es su ascenso definitivo. El dúo que forman los dos es el ancla de "Torchwood".

¿Qué va a pasar ahora? Russell T. Davies afirma que, si la BBC está dispuesta, él ya tiene en mente cómo podría continuar la serie en la cuarta temporada. Sólo esperemos que tarden menos en decidirse que con esta tercera, porque esa tardanza hizo que perdieran la posibilidad de contar de nuevo con Martha Jones, como sugería el final de la cuarta temporada de "Doctor Who". Chris Chibnall, el showrunner de las dos primeras entregas de "Torchwood", se llevó a Freema Agyeman de fiscal a "Law & order UK". Davies la ha suplido, en parte, con el personaje de Lois Habiba, pero no es lo mismo. Lo único que habría que pedirle es que mantenga la misma línea que con "Children of Earth", esa línea que hace que nos preguntemos, como Adama en la miniserie de "Galáctica", si la humanidad de verdad se ha ganado el derecho a ser salvada.

Música de la semana: Para no irnos de las islas británicas, vamos a quedarnos con su exportación músical más famosa, The Beatles. El nuevo anuncio de Hugo Boss con Sienna Miller utiliza de fondo una de mis favoritas de los Fab Four, "Drive my car".

11 julio 2009

El factor humano

Hay series que se siguen por su trama, por sus giros sorprendentes y sus cliffhangers, y otras, por sus personajes. La segunda opción hace que soportemos temporadas psicotrópicas y capítulos plúmbeos si nuestros favoritos se mantienen interesantes y divertidos, y un buen personaje y, sobre todo, un buen actor que le dé vida justifica que perdamos incontables horas de nuestro valioso tiempo viendo algo que, en cualquier otra situación, no merecería ni un vistazo superficial.

¿Cuántos no hemos visto la primera temporada de "Castle" sólo por Nathan Fillion? ¿Y cuántos hemos tenido paciencia con "Fringe" sólo porque Walter Bishop y su intérprete, John Noble, eran siempre muy interesantes? No hay manera de saber cuándo una serie te enganchará por sus personajes, o lo hará porque cuenta una historia interesante. Ya sabéis que un monotema clásico macguffinero son las similitudes entre "Perdidos" y "Galáctica", y en mi caso, esas dos series son los mejores ejemplos de esa dicotomía que exponía al principio, incluso estando las dos movidas por los personajes. Aunque algunos de los de "Perdidos" me resultan interesantes y nunca me cansan (como Juliet, Ben o Locke), de ella me engancha la trama, la forma en que nos cuenta la historia, los misterios... Es un "enganche" más intelectual que otra cosa, que está sujeto a la posibilidad de que cualquier pequeña inconsistencia te lleve a abandonar el barco.

De "Galáctica", sin embargo, siempre me engancharon sus personajes, más que la historia. Leyendo esas entradas de blogueros que están viéndola ahora por primera vez, recuerdo que Seis desde el principio me pareció fascinante, con su interés por las emociones humanas y su búsqueda del amor (la escena, en la primera temporada, en la que Doral se burla de ella por eso en una azotea de la Caprica arrasada es estupenda, sobre todo, por una Tricia Helfer sutil y que da en el clavo). La evolución que tiene a lo largo de toda la serie es, desde luego, de las mejores entre todo el reparto, quizá sólo superada, desde mi humilde punto de vista, por la del coronel Tigh. El tema central del conflicto de identidad, la búsqueda de qué es lo que nos hace humanos y únicos, está desarrollada perfectamente en Seis (y en otro personaje en concreto en el tramo final de la serie, pero no digo quién es para que no podáis llamarme Miss Spoiler). Cuando "Galáctica" acabó, se sucedieron en Internet las comparaciones con "Perdidos" y las preguntas de cuál de las dos era mejor, y hubo una comentarista, ahora no recuerdo dónde, que resumía la respuesta diciendo que, aunque ambas eran muy buenas series, "Galáctica" le había llegado más a nivel emocional.

Que TVE haya decidido emitir los 11 capítulos de "Unidad Central Operativa" en su web para mí es una buena noticia, porque está siendo una de mis series del verano. Y no tanto por los casos o las historias del resto de personajes (que están bien), sino por Sierra y Andrún. Como me pasaba con Crews y Reese en "Life", cualquier historia floja mejora por la relación entre ellos, por sus bromas privadas, por su lealtad y complicidad... Puedo soportar a un par de guardias (y un arco argumental que se ve venir desde la otra punta del planeta) que me resultan bastante cargantes sólo por ellos. La heterodoxia de Sierra y la impulsividad de Andrún se complementan perfectamente, y se han trasladado sin problemas desde la serie que los vio nacer, "Desaparecida" (que TVE por fin ha colgado en su web, loados sean los Dioses de Kobol). Y algo parecido me pasa con "The Wire". Apreciando su labor de reflejo y mosaico de una sociedad urbana concreta, sería capaz de aguantar hasta un capítulo doble de "El internado", por ejemplo, si existiera un universo paralelo que permitiera a Omar, Bunk, Freamon y Bubbles pasearse por Laguna Negra (y liquidar a todo el reparto de la serie).

¿No era Verónica la principal razón para seguir viendo la tercera, y descafeinada, temporada de "Verónica Mars"? ¿No eran Mulder y Scully la motivación más importante para no abandonar "Expediente X" a partir de la sexta temporada? ¿No son Barney y Robin el enganche más fácil a "Cómo conocí a vuestra madre"? Para mí lo son, al menos. Acabo de empezar la tercera temporada de "Torchwood", con su especial formato de miniserie, y aparte de haber tenido un intenso dejà vú a "Expediente X" (lo que para mí no es malo), y de empezar a sospechar lo que está pasando, confieso que vería a Jack y Gwen en prácticamente lo que fuera. Su relación era de lo poco que se podía salvar de la primera temporada, y con la evolución a mejor que ha tenido ella, se ha mantenido como algo de lo más interesante (digresión sobre "Torchwood": Permitid que llegue "virgen" al último capítulo por lo menos aquí, visto que en Twitter está imposible).

Resultado, que el factor humano tiene mucha más importancia de la que, a priori, le podríamos conceder. Seguir una serie por la trama es, quizás, más exigente en el sentido de que es mucho más fácil que perdamos el interés en el mismo momento en que empiece a desvariar si acaso un milímetro. Si la seguimos por sus personajes (o por algunos en concreto), es más difícil que abandonemos a las primeras de cambio. Pero es muy posible que, si lo hacemos, lo hagamos de modo definitivo.

10 julio 2009

De vuelta en la Luna



En la madrugada del 20 al 21 de julio se conmemorarán 40 años del aterrizaje sobre la superficie de la Luna del Eagle, el módulo de alunizaje del Apolo XI. La retransmisión de los primeros pasos de Neil Armstrong y Edwin "Buzz" Aldrin en el satélite es, todavía, el evento televisivo con mayor audiencia de la historia, si no estoy mal informada, y no sé si es por este aniversario y, el año pasado, el 50º cumpleaños de la NASA, pero parece que estamos viviendo un revival del subgénero de misiones espaciales dentro de la ciencia ficción. Y no hace falta que traigamos a colación de nuevo a "Galáctica", sino que estas películas y series están más en la línea de un "De la Tierra a la Luna" más ficticio que de una trama más fantástica, por decirlo de algún modo.

Ya vimos el intento frustrado de serie de "Virtuality", y la ABC repetirá la jugada con "Defying gravity", basada en el documental de la BBC, "Odisea en el espacio", que cuenta una misión de seis años alrededor del Sistema Solar. Esa serie documental ya tiraba de la ficción en algunos momentos (como en el aterrizaje en Venus, por ejemplo), pero esa ficción se usaba para explicar las características de los vecinos de la Tierra alrededor del Sol. La ABC ha promocionado su estreno diciendo que es algo así como una "Anatomía de Grey" en el espacio, algo que espero que no sea cierto (también dicen lo mismo, pero aplicado a los policías, de "Copper"). Luego está "Moon", la película de Duncan Jones (hijo de David Bowie), que sigue a un astronauta que lleva tres años en una base minera en el satélite, y después tenemos todos los remakes de viejas series y películas de ciencia ficción menos especulativa.

Además de "V", tendremos nueva versión de "Alien Nación", que en su versión serie era, si yo no recuerdo mal, un procedimental que seguía a una pareja de policías "mixta", formada por un humano y un alienígena. Y parece que también habrá puesta al día de "A través del tiempo", o algo así. ¿Nadie se atreve a a rehacer "Starman", de la que hubo película (con Jeff Bridges y Karen Allen) y serie?. ¿O ese "Sólo ante el peligro" espacial que era "Atmósfera cero" (Peter Hyams dirigió, por cierto, "Capricornio Uno", una película sobre la falsificación de una misión a Marte que tuvo parte de la culpa en que se extiendarn las conspiraciones sobre el Apolo XI, aunque yo lo recuerdo como un thriller muy entretenido)? De todos modos, hay una serie documental, "La carrera espacial", que La 2 emitió hace algún tiempo y que cuenta, en formato docudrama, la competencia entre EE.UU: y la URSS por llevar a un hombre a la Luna de un modo muy interesante y entretenido, centrándose en las figiras de Sergei Korolev y Wernher Von Braun y sin olvidar el importante componente propagandístico que tuvo.

08 julio 2009

Casi famosos (XX)

Veinte ediciones numeradas ya de esta sección, que nunca se agota. Las repeticiones de series viejas en las mañanas del fin de semana dan para más de una sorpresa. Ejemplo, el que sigue.

La imagen no es la mejor, desde luego, pero ver a Matthew Perry en "Sensación de vivir" como un jugador de tenis que fantasea con matar a su padre, para alarma de Brandon, no tiene precio. Tampoco lo tienen los modelos de vaqueros pesqueros, zapatillas de deportes blancas y camisa de rayas por fuera, pero son cosas de los 90.

Es difícil que los 1,90 metros de Idris Elba pasen desapercibidos, aunque no fuera hasta su Stringer Bell de "The Wire" cuando se hizo de verdad famoso. Antes, había participado en unas cuantas series en su Inglaterra natal, incluyendo una de vampiros que sólo duró seis episodios y que allí gozó de un seguimiento de culto, "Ultraviolet". Elba protagonizó el también el piloto de un remake en EE.UU. que nunca vio la luz.

Kate Vernon tiene a sus espaldas una larga carrera antes de dar vida a Ellen Tigh en "Galáctica", incluyendo un papel recurrente en "La ley de Los Ángeles" y esa aparición con "Star Trek: Voyager", serie en la que Ron Moore escribió un par de capítulos y en la que estuvo mucho más implicado otro guionista habitual de "Galáctica", Michael Taylor.

Alguna vez hemos comentado que los maquillajes de los alienígenas de "Babylon 5" eran excesivos hasta las space operas, y si no, tomad como ejemplo a la embajadora Minbari, Delenn. Su intérprete, Mira Furlan, nos es ahora más conocida con las pintas de Rousseau en "Perdidos". El que está a su derecha es Michael O'Hare, el comandante Sinclair de los primeros capítulos, que veo luego que, como creo que el 75% de los actores de Hollywood, pasó por "Ley y orden" con un papel episódico.

Y éstos ya eran famosos cuando los "engañaron" para rodar "Scooby Doo", pero lo cierto es que las pintas que llevan se las traen. Están ahí Sarah Michelle Gellar y su marido, Freddie Prinze Jr., está Matthew Lillard, especializado en papeles de atolondrado en películas juveniles, y está Linda Cardellini, a la que cuesta más reconocer con la peluca y las gafas de Velma.

07 julio 2009

"Serpientes" de verano

- La muerte de celebridades muy famosas y lo fácil que es tirar del morbo al cubrirlas, sobre todo si el muerto se llama Michael Jackson. También ha fallecido Karl Malden, a todo esto.

- El cambio de nombre de Sci Fi a Syfy y las series que lo van a acompañar. Si seguís vía Twitter a Craig Engler, uno de los ejecutivos del canal, podéis aprender mucho sobre ese cambio y sobre algunos aspectos del funcionamiento de la estrategia de promoción de una cadena de televisión.

- Los estrenos en la televisión española se siguen estrellando contra la audiencia. O eres "El internado", o "La señora" (que no son estrenos), o mal lo llevas en junio y julio.

- Fox produce "Virtuality", que se queda en el piloto, y "Defying gravity", que emitirá la ABC. Las dos tienen un punto de partida muy similar (un grupo de astronautas en una misiòn espacial de larga duración) pero, seguramente, un tono diferente. El documental en el que se basa la segunda, "Odisea en el espacio", ya estaba un poco ficcionalizado (¿existe ese palabro?)

- Los médicos están de moda, o más bien, las enfermeras. "Nurse Jackie" pegó primero, pero en otoño nos llegará la verdadera avalancha.

- "True Blood" es el tema favorito de discusión entre los teléfilos. Y buena publicidad gratuita que le hacemos mientras tanto.

- USA es el canal que está arrasando este verano en Estados Unidos, en la estación tradicionalmente reservada para las series del cable. "Burn notice", "In plain sight" y "Royal pains" son éxitos contrastados.

- Los blogueros aprovechamos para ponernos al día y ver otras cosas y, dejando a un lado "El ala oeste de la Casa Blanca", parece que el virus de la ciencia ficción ha entrado con fuerza. No hago más que ver entradas sobre "Doctor Who" y "Galáctica". Qué envidia de todos los que las veis ahora por primera vez.

- También aprovechamos para leer. Sí, todos a Stieg Larsson. Si os gusta, igual deberías probar a Maj Sjöwall y Per Wahlöo, los padres de la novela negra sueca.

- Y, por cierto, esto son las serpientes de verano. Que no tienen nada que ver con lo comentado anteriormente, pero siempre alegran el estío. Sobre todo, porque no hay que tomarlas en serio.

06 julio 2009

Lo que vale una imagen

El cambio de nombre de Sci Fi a Syfy, oficial en Estados Unidos desde esta madrugada, está llevando a que surjan diversos artículos muy interesantes (como éste de Maureen Ryan) sobre cómo se construye una imagen de marca en el caso de la televisión. Hay que reconocer a la nueva Syfy su esfuerzo por no quedarse meramente en la programación tradicional y apoyar sus programas con especiales en la web, podcasts, videoblogs y otras iniciativas varias, y es cierto que, en los seis años en los que disfrutó de "Galáctica", su programación se ha ampliado desde la ciencia ficción y la fantasía más puras y duras a géneros más mezclados y abiertos a un público menos friki, por decirlo de algún modo. En lo concerniente a la utilización de Internet y de otros medios para promocionar y emitir sus series, Syfy ha sido de las cadenas que mejor lo han llevado a cabo.

Su cambio de marca obedece, según ellos, a un adecuamiento al tipo de programación que llevan un tiempo haciendo. La programación es, tal vez, la principal herramienta de los canales por cable para diferenciarse de los demás. En esos artículos que se han ido publicando sobre la nueva Syfy se recordaba que HBO es sinónimo de televisión poco conformista; USA, de escapismo inteligente; Showtime, de títulos provocativos y diferentes; FX, de historias arriesgadas y a veces polémicas; TNT, de procedimentales y dramas más convencionales; ABC Family, de series juveniles y amables para toda la familia, etc. Esas imágenes, esas etiquetas que se adscriben a cada cadena, y con las que las identifican los espectadores, se consiguen gracias a la emisión de "Los Soprano", "Monk", "Weeds", "The Shield", "The Closer" y "Kyle XY", por ejemplo, y a una cierta coherencia en la programación consiguiente de otros títulos.

En España, rápidamente asociamos ciertos canales temáticos a las series de moda (Fox), al género policíaco más clásico y al thriller de toda la vida (Calle 13), a las comedias distintas (Paramount Comedy)... Eso se consigue con la programación, y fomentándolo con las estrategias de marketing que todas las cadenas ponen en marcha. A través de promociones y cortinillas se puede crear también una imagen de marca muy definida (en eso son insuperables Canal+ y su "heredera" en ese aspecto, Cuatro), y hasta se puede hacer con el tipo de presentadores que asoman su cara todos los días en la parrilla de ese canal. Fijaos en los informativos, por ejemplo. Las presentadoras de los Telediarios de TVE suelen distinguirse por sus voces graves, y las de Antena 3, en general, por su fotogenia. ¿A que no os hace falta mirar el dial para saber que, en la radio, tenéis sintonizados Los 40 Principales? En la radio, la "imagen" se logra con unas voces con unos tonos muy diferenciadores.