31 agosto 2009

Cabeceras por fascículos (IX)

"Warehouse 13"



Artista: Edward Rogers

Parece que el arte de los títulos de crédito no está perdido del todo, y en Syfy siguen teniendo series que mantienen unos créditos a la vieja usanza para iniciar sus episodios. Los de "Warehouse 13" dan una rápida idea de los objetos sobrenaturales que se guardan en el almacén, llevándonos por pequeñas fotos animadas que funcionan perfectamente. Es cierto que recuerdan un poco a los de "Habitación perdida", que estaban muy bien.


"Eureka"




Artista: Mark Mothersbaugh y John Enroth

En la primera temporada, al menos, "Eureka" tenía estos simpáticos créditos, que jugaban un poco al despiste ofreciendo un nuevo punto de vista a situaciones normales de nuestra vida cotidiana. Desde hace un par de temporadas, Bear McCreary se encarga del resto de la música de la serie, que lógicamente tiene poco que ver con la de "Galáctica" o la de "Caprica", que también correrá a cargo de McCreary (nunca suficientemente reconocido por su trabajo en esa serie).


"Fringe"



Artista:Michael Giacchino

Siendo de J.J. Abrams, Giacchino tenía que estar por aquí poniendo la música, del mismo modo que es casi imposible disociar las películas de Pixar de él. Los créditos, por su parte, siguen un poco la línea de los de "Expediente X", con todos esos términos referentes a fenómenos rayanos en lo sobrenatural. También van más en la línea de "Alias", de tener unos créditos breves, que en la de "Perdidos", que es como si no los tuviera. "Felicity" también tenía una introducción como Dios manda.


"Psych"



Canción: "I know you know"
Artista: The Friendly Indians

El desenfado de "Psych" está presente desde sus mismos créditos, que son también de los de toda la vida. Como ocurre con "Cómo conocí a vuestra madre", el creador de la serie, Steve Franks, es uno de los miembros del grupo que pone la canción para la careta. De hecho, si yo no lo he entendido mal, escribieron ese tema especialmente para la serie. Cosas del pluriempleo.

30 agosto 2009

Quis custodiet ipsos custodes

1.- El título no es un errata, sino un arranque snob en toda regla, lo reconozco. Para no repetir título al hablar de "Watchmen", lo mejor es utilizar el verso en latín del poeta Juvenal que sirvió para que Alan Moore y Dave Gibbons le pusieran nombre a su cómic, y que significa: "¿quién vigilará a los que vigilan?". Porque, viendo por fin "Watchmen", parece que a Zack Snyder le abrumó la tarea de contentar a todos los fans que llevaban años esperando la película, y terminó haciendo una adaptación demasiado fiel. Sí, existen, y son prácticamente una sentencia de muerte para que la película sea mínimamente entretenida. Y si no, me remito a las dos primeras cintas de Harry Potter, a las que sólo les faltaba añadir los puntos y las comas, y que por eso a mí me resultaron un poco aburridas. En el caso de "Watchmen", la responsabilidad por ser fieles ahoga una película que tiene que condensar un cómic muy denso en trama, referencias históricas y literarias, en las relaciones entre sus personajes, y con un mensaje demoledor sobre los Vigilantes y cualquier otro superhéroe justiciero enmascarado y con ínfulas de superioridad. Habría sido más acertado, quizás, hacer una miniserie para el cable.

2.- En el otro extremo, aburrimiento es lo que no hay en "Enemigos públicos", otra de gángsters de Michael Mann con nervio, una realización muy inmediata y otra historia de persecución entre un policía y un ladrón en la línea de "Heat". Solo que aquí, el ladrón es una figura histórica, John Dillinger, que se enfrenta a la Gran Depresión, a compañeros del hampa amenazados por su pulso con la ley y, por supuesto, al naciente FBI de un J. Edgar Hoover dispuesto a lo que sea para demostrar que puede mantener el orden en Estados Unidos. Hay algunos guiños a la época muy curiosos (Baby Face Nelson parece de verdad el James Cagney de "Al rojo vivo", y Marion Cotillard tiene el mismo tipo de cara que Mirna Loy, por lo que no es raro que Dillinger se acuerde de ella viendo "El enemigo público número uno"), y un ramillete de caras conocidas kilométrico. Tanto Johnny Depp como Christian Bale están muy bien como Dillinger y el agente del FBI que lo persigue (el modo de hablar de Melvin Purvis está muy logrado), y Mann vuelve a dar en el clavo con esta historia casi de modernos Robin Hoods con unos pocos principios muy claros y muy firmes.

3.- El otro día, "Asesino en serie" decía que, aunque "True Blood" era el éxito del verano en EE.UU. (y la salvación de la HBO post-Sopranos), Anna Paquin estaba dosificándose sabiamente en sus apariciones y promociones, y no como las chicas de "Gossip Girl". Bueno, Paquin ganó un Oscar con 11 años y, desde entonces, lo que sí ha demostrado es tener cabeza, porque ha tenido una carrera que le ha permitido pasar sin demasiados apuros a los papeles de adulta. Otras se quedan por el camino, claro, pero los trabajos posteriores al Oscar de Paquin se han apartado bastante del perfil de "Gossip Girl". Ahora mismo, por cierto, esta canadiense de nacimiento criada en Nueva Zelanda tiene 27 años y sobrevivirá también a la enorme popularidad de "True Blood". Hay que esperar un poco para ver cómo evolucionan Blake Lively (nacida en una familia de actores) y Leighton Meester.

4.- Acabo de empezar la segunda temporada de "Babylon 5" y ya estoy enganchada. Bruce Boxleitner me convence más como comandante de la estación, y esa venida de las Sombras tan preconizada es como la oscuridad que llegaba de Mordor en "El Señor de los Anillos". Ah, y me encanta que los conspiradores se saluden con el "be seeing you" de "El prisionero" (que también escuché en "Watchmen", por cierto).

Música de la semana: El capítulo de esta semana de "Warehouse 13", además de mostrar una estupenda dinámica entre todos los integrantes del grupo, sacó a relucir el clásico espejo de Lewis Carroll y "Alicia en el País de las Maravillas", así que no es de extrañar que utilizaran, en un momento climático del capítulo, "White rabbit", de Jefferson Airplane, que es un homenaje al personaje de Carroll.

28 agosto 2009

Brenda, la vampiresa

Aunque todos los comentarios y las apariciones en los medios este verano en EE.UU. se los ha llevado "True Blood" (de la que me temo que me da pereza seguir más allá del 2X01), no hay que olvidar que la campeona en audiencia sigue siendo "The Closer". No puedo ocultar que yo soy una gran fan de Brenda Johnson y el resto de sus compañeros en la Unidad de Grandes Crímenes (o como pueda traducirse mejor "Major Crimes"). El verano siempre es sinónimo del regreso del encanto sureño y la implacable técnica de interrogación de la subjefa de policía, que navega como buenamente puede por una vida familiar en la que aplicar las mismas manipulaciones que usa en la sala de interrogatorios no puede traerle nada bueno. En ese aspecto, Brenda puede ser una auténtica vampiresa, como hemos visto con la subtrama de su sobrina Charlie, y en esta quinta temporada, sus manipulaciones varias le han traído más discusiones de las habituales con Fritz Howard, marido sufridor en la estela de Joe DuBois.

También, todos los veranos, me veo apostolando para que alguien más le dé una oportunidad a esta serie y supere sus prejuicios contra los títulos de policías y los "procedimentales" (palabra que a veces esgrimimos como si fuera el peor insulto), y casi siempre lo hago basándome en su sentido del humor y en la personalidad de Brenda que, aunque podría parecerlo, nunca vampiriza al resto de los personajes. El frikismo de Tao (con una pasión por compartir datos que ya querría para sí Mr. Nigel-Murray, o Ryan Cartwright, que ahora también sale en "Mad Men"), la evolución de Gabriel hacia algo más que un buen segundo de a bordo, la experiencia y sabiduría de Provenza, que muchas veces comprende a Brenda antes de que ella diga nada y, por supuesto, su insuperable dúo cómico con un Flynn que está de vuelta de todo, el trabajo callado de Sánchez y todos los detalles que comparten durante esas habituales sesiones de puesta en común en la oficina... Es el trabajo coral de todo el reparto, las cositas entre ellos, lo que lleva a que te enganches, más que los casos (que suelen estar bastante bien construidos en general).

Por supuesto, últimamente, la familia de Brenda y todo el estrés que su presencia supone para ella es la guinda del pastel. La diversión está en ver no sólo cómo intenta escaquearse de ellos, sino cómo utiliza sobre ellos las mismas técnicas que con los sospechosos. La llegada de su sobrina ha puesto de relieve las aristas menos fáciles del carácter de Brenda, las que son perfectas para la sala de interrogatorios, pero mucho menos fuera de ella. Ha permitido que veamos muchos más matices de ella y que, desde luego, está muy lejos de ser perfecta. Pero así es como resulta más interesante, y más divertida, claro. La serie se va de hiato hasta final de año, o principios de 2010, cuando veremos sólo tres o cuatro capítulos para cerrar la quinta temporada, y yo estaré esperándolos como siempre. Thank you, thank you so much.

27 agosto 2009

Viernes de lucha

De repente, la parrilla de los viernes en el otoño yanqui se ha puesto al rojo vivo. De ser el cementerio de las series, ha pasado a ser una noche que, a este paso, va a resultar crítica para ciertos programas y ciertas cadenas. El plácido reinado de la CBS, con "Entre fantasmas" y "Numb3rs" dominando sin problemas sus horarios, puede verse amenazado o, por el contrario, puede servir perfectamente de excusa para cancelar series con las que las cadenas no están muy conformes. El caso es que, de repente, nos encontramos de una noche que parecía aburrida en cuanto a audiencias (una bendición para "Dollhouse", en un principio) a algo que parece la "guerra del jueves" de hace un par de temporadas, cuando la ABC movió "Anatomía de Grey" para hacer frente a la todopoderosa "CSI".

La NBC se ha descolgado con un comunicado que afirma que, para proteger el estreno de la segunda temporada de "Southland" (que va directa a repetir los desvelos pre-cancelación de "Life"), ésta se retrasa un mes, hasta el 23 de octubre. Aprovecharán ese tiempo para promocionarla mejor y huir del debut simultáneo de las nuevas temporadas de "Dollhouse", en Fox, y "Medium", en la CBS, los dos el 25 de septiembre. Sin embargo, hay quien se pregunta si ese supuesto "miedo" por una serie que canceló la NBC y otra cuya supervivencia ha sido la mayor sorpresa de la pasada temporada no ocultará el deseo del canal de potenciar "The Jay Leno Show" usando el informativo "Dateline" de lead-in, y aprovechar sus ganancias en audiencia del viernes para engordar las medias semanales (y maquillar cualquier posible mal dato que surja en su primer mes). Sería un movimiento lógico para una NBC que fía muchas de sus expectativas de éxito a lo que Leno consiga.

Con todo esto, la competencia por la audiencia del viernes se antoja trágica, porque también pelea allí por su supervivencia "Ugly Betty", el patito feo de todas las historias que se están escribiendo sobre el tema. Nadie se acuerda de ella, del mismo modo que todo el mundo da por seguro que la audiencia de "Dollhouse" no va a crecer y que "Medium" se mantendrá en los 6-7 millones de espectadores que tenía en la NBC. En un principio, no son buenos presagios para "Southland", cuya renovación se rumorea que se debe a la negativa de la cadena a quedarse con "Legally mad", la serie de David E. Kelley que también está producida por Warner. Igual que "Chuck", que podría jugar el papel de comodín que tenía antes "Medium", y estrenarse antes de tiempo si algunas de las apuestas del otoño no funcionan.

Pero como decía, estos vaivenes que está sufriendo "Southland" recuerdan demasiado a los de "Life" durante su segunda temporada. La serie va a sufrir alguna remodelación, principalmente dejar de ser tan coral y centrarse más en los personajes de Ben McKenzie y Regina King. Además, pretenden relanzarla con una promoción de estreno de serie nueva, y no de segunda temporada. Lo dicho, "Life 2.0". Y todos sabemos cómo acabó esa historia.

26 agosto 2009

La gran saga espacial

En uno de los documentales incluidos en la edición británica de la primera temporada de "Babylon 5", J. Michael Straczynski explica su motivación para crear la serie diciendo que echaba una falta una verdadera saga de ciencia ficción en Estados Unidos, algo en el estilo de "El Señor de los Anillos" pero, en su caso, ambientado en el espacio. Los yanquis siempre andan a la búsqueda de "la gran novela americana", y esta serie era algo así en lo referente a la ciencia ficción. Straczynski la planeó como una larga novela en cinco partes, así que la primera temporada es meramente el prólogo, la presentación de esa estación espacial que representa una última esperanza de lograr mantener la paz entre los diferentes pueblos del Universo. Como bien dice el propio Straczynski, Babylon 5 es una suerte de ONU con su Consejo de Seguridad (formado por humanos, Minbari, Centauri, Narn y Vorlon, cuando se dignan a aparecer), que en el fondo está bastante maniatado por sus propias intrigas internas para ser de alguna utilidad real.

Las tres primeras estaciones fueron destruidas y la cuarta desapareció misteriosamente, así que la quinta se encuentra en una situación difícil y, en parte, desesperada por funcionar. Pero no es fácil. Su comandante es un militar que luchó en la última guerra contra los Minbari y que guarda un secreto sobre el final de esa guerra, en la que los extraterrestres se rindieron antes de aniquilar a todos los humanos por razones desconocidas. Tiene que navegar aguas muy traicioneras entre las intrigas políticas terrestres y los tejemanejes de los extraterrestres, además de vérselas con todo tipo de personajes que quieren aprovechar en su benificio la neutralidad de la estación, algo así como un Tánger o una Casablanca de entreguerras en el espacio. Lo mejor de todo es que, en medio de tramas clásicas de la ciencia ficción, se plantan las semillas de cosas que veremos desarrollarse más adelante, me imagino que algunas no se cerrarán hasta el final de la serie.

Las influencias de Tolkien, de "Fundación" o de "Dune", reconocidas por Straczynski, son muy evidentes, del mismo modo que su intención de representar personajes tridimensionales y lejos de ser perfectos (como ese Londo Mollari que se deja atraer por el lado oscuro) y de tomarse la ciencia ficción en serio, algo en lo que puso las primeras piedras para un camino que siguió después "Galáctica", que llevó los hallazgos de "Babylon 5" un paso más allá. Lo que nos muestra de la política de la Tierra, con unos siniestros telépatas a sueldo del gobierno, facciones alienófobas dispuestas a pasarse a las acciones terroristas, intrigas varias y cierto "homenaje" a un hecho en concreto muy importante de la historia de EE.UU. en el final de temporada, adquiere tanta importancia como las historias de mitos y profecías y la explicación de cómo son las distintas culturas extraterrestres, con los Narn, guerreros por necesidad, los Centauri y su cultura del dinero, los Minbari y su aura de intelectuales (que los hace más peligrosos si cabe) y unos Vorlons de los que apenas se sabe nada y que tienen su propia agenda. Bueno, y ciertos y misteriosos personajes representados por un mefistofélico humano que da malas vibraciones desde su primera aparición.

La primera temporada va tomando ritmo según avanza, y finaliza con varios episodios que no sólo nos muestran lo que puede traer el futuro, sino que empiezan a dar la medida de lo que Straczynski tenía en mente cuando creó la serie. Al igual que Aaron Sorkin con "El ala oeste de la Casa Blanca", él también escribió buena parte de los capítulos, contando con la asesoría de reconocidos escritores de ciencia ficción para que lo asesoraran (Harlan Ellison era uno de sus productores asociados). Científicamente, debe ser de las series más creíbles, con cuerpos rotatorios en la estación para generar gravedad y naves que se desplazan por el espacio de manera mucho más acertada de lo habitual. Lógicamente, en el aspecto visual, paga el precio de la época (el piloto, que es una miniserie de hora y media, se estrenó en 1993) y de ser una serie para cable básico, lo que restringió bastante su presupuesto.

Pero si se superan esas reticencias, es cierto que es difícil dejar de verla (como bien me advirtieron en su momento Tonto y Alx). Hay personajes a los que no se tarda en tomarles afecto (incluso a Na'Toth, la asistente del embajador G'Kar, que resulta muy divertida por ser a veces tan cuadriculada), pero a mí me ha ganado desde el principio la segunda de a bordo, la teniente comandante Ivanova, con un difícil pasado familiar y un carácter serio y reservado (y un pesimismo muy ruso) que, sin embargo, se revela luego como la reina de los one-liners en la primera temporada. Ivanova siempre tiene razón.

24 agosto 2009

Will they? Won't they?

ALERTA SPOILERS: Como no sé muy bien si esta información podría considerarse spoiler, mejor absteneos de leer si no vais al día con ciertas parejas de "The Office", "Cómo conocí a vuestra madre", "Bones" y "House".

De repente, de cara a la próxima temporada televisiva yanqui, la cuestión más candente en muchas series no es quién morirá en el final de temporada, o qué estrellas invitadas de relumbrón aparecerán para los sweeps de noviembre, sino si determinada pareja acabará resolviendo esa tensión sexual no resuelta tan socorrida para mantener el interés. De hecho, se ha hablado tanto del tema, que en The Watcher se preguntaban hace algún tiempo qué sentido tenía mantener separadas a esas parejas durante tantas temporadas. En concreto, se referían a dos de los investigadores de "NCIS", Ziva y Tony, que al parecer llevan bastante tiempo dando a entender que ahí hay algo más aparte de compañerismo (y de las bromitas de DiNozzo). Por supuesto, los fans quieren saber si va a haber avances en ese frente en la nueva temporada (en resumen: no), tanto o más que averiguar si "NCIS: Los Angeles" va a ir a alguna parte.

En "The Watcher" ponían algunos ejemplos de parejas que resolvían esa TSNR y no significaba el fin del mundo. Los fieles de "The Office" siempre se han preguntado si Jim y Pam darían alguna vez el paso de reconocer que están hechos el uno para el otro y, cuando por fin ha sucedido, parece que la magia no se ha perdido y que siguen siendo fuente de diversos chistes. A Hart Hanson no han dejado de agobiarlo por esa resolución soñada de la atracción entre Brennan y Booth en "Bones", preguntándole cuándo la veremos de verdad, y todo el asunto Huddy en "House" ha ocupado siempre gran parte de las conversaciones de los fans, más aún después de otra "reslución soñada". En "Bones", parecen encaminarse a dar una respuesta más pronto que tarde. Lo de "House" no es demasiado crucial para sus responsables.

Donde sí hay una pareja en un momento decisivo es en "Cómo conocí a vuestra madre", donde Robin y Barney se encuentran a punto de seguir la ruta Chandler-Mónica de "Friends" (divertidísimos cuando el lado neurótico de ella estaba a pleno rendimiento). Por lo que se ha filtrado por ahí, los dos van a intentarlo, con las dificultades que conlleva para ambos (le tienen pánico al compromiso, recordémoslo). Barney parece dispuesto a probarse ese "traje" y ver si le va bien, y si siguen yéndose a jugar al laser-tag, o al paintball, o a cualquier otra cosa por cuya victoria puedan fumarse un habano, seguramente no perderán ni un ápice de su química.

23 agosto 2009

Aperitivos de domingo

1.- Las cadenas españolas están a punto de empezar la nueva temporada, y por eso he oído esta mañana en la radio un avance de algunas de las novedades que tienen preparadas, y de las que me he dado cuenta que, así a bote pronto, no me interesa ninguna. Parece que siguen empeñadas en encontrar una ficción diaria que sostenga el pulso con "Amar en tiempos revueltos" y que pueda convertirse en la nueva "Yo soy Bea", pero no es tan fácil. El experimento de Telecinco con "Un golpe de suerte" ha sido un fracaso, y no sólo por ser una versión mal encubierta de "The OC". Al final, resulta que uno de los éxitos del verano ha sido "Los misterios de Laura", una serie cuya producción paró TVE al cabo de seis episodios porque no le convencía. Debían tener la bola de cristal en el taller.

2.- Mis series veraniegas son otras, incluyendo a la imbatible en audiencia en EE.UU., "The Closer". En los últimos episodios que se han emitido allí, Brenda tiene que acoger en su casa a su díscola sobrina adolescente, a la que sus padres envían, primero, a casa de los abuelos para "enderezarla" y éstos, a su vez, la mandan a Los Ángeles con su tía. Lo más interesante ha sido ver cómo las dos son igual de manipuladoras, y cómo Brenda no se detiene prácticamente ante nada para cerrar sus casos. Bueno, no sólo eso ha sido interesante, porque no deja de ser curioso que la sobrina de Brenda la interprete, en realidad, la hija pequeña de Kyra Sedgwick y Kevin Bacon, Sosie Bacon, que en algunos planos se parece bastante a su padre en la época de "Footloose".

3.- No sé si alguna vez he comentado lo que me fascina el gran interés en USAmerica por los realities de cocineros y por "Project Runway", que incluso ha tenido un sonadísimo y polémico cambio de cadena, de Bravo (que está definida por este tipo de programas) a Lifetime (definida por películas como las de Antena 3 los sábados por la tarde). Muchísimos actores confiesan que lo único que ven por la tele son este programa y "Top Chef" (y algunos, también "Extreme makeover: Home edition"), y los blogs considerados serios sobre televisión dedican horas y muchas entradas a comentar los últimos trajes diseñados en "Project Runway" o los platos que los concursantes de "Top Chef" (todos cocineros profesionales, si yo no estoy mal informada) cocinan para intentar ganar. Las personalidades de los participantes, por supuesto, también pesan mucho en la capacidad adictiva de los programas. "Project Runway", además, ha hecho célebres en EE.UU. los "You're out" de Heidi Klum y los "Make it work" de Tim Gunn, los dos presentadores del reality.

4.- La temporada de otoño también está a punto de empezar al otro lado del charco, donde se llevan analizando y discutiendo hasta la saciedad las audiencias del nuevo "Tonight Show" de Conan O'Brien y las de su competencia, "Late Show with David Letterman". El segundo, en la CBS, va ganando en cuanto a millones de espectadores totales, pero el primero, en la NBC, lleva ventaja en el target que interesa a los anunciantes. Esta semana, la pelea se ha encarnizado más porque Letterman ha seguido dominando incluso con repeticiones, lo que ha llevado a algunos periodistas a preguntarse de nuevo si "The Jay Leno Show" no será, en lugar de la muerte de la ficción televisiva, la muerte del "Tonight Show" y, más en concreto, de Conan. Al pobre O'Brien le han criticado hasta la saciedad casi todos los que antes veían a Leno, y aunque está haciéndolo bien, y llevando el programa a su terreno poco a poco, la principal competencia la tiene en su propia casa y como lead-in, para más inri. Otros, mientras tanto, se mantienen al margen y siguen a su rollo. Ahí está Craig Ferguson marcándose una de sus surrealistas entrevistas (ésta, incluso más de lo habitual) con Zooey Deschanel en plena promoción de "(500) days of summer".

5.- Me suena que en algún momento comenté que, por culpa del último libro de Harry Potter, "Juego de tronos" se quedó a la mitad, pero tengo la firme intención de retomarlo. Más todavía porque el piloto que está preparándose para la HBO empieza a tomar forma y a pintar bastante interesante. Si la cadena se lo queda, la idea que tienen es que el primer libro de "Canción de Hielo y Fuego" sea la primera temporada de la serie, una serie que yo siempre he pensado que irá muy en la línea de "Deadwood". Para quienes quieran estar al día de primera mano, George R.R.Martin, autor de los libros y uno de los productores de la serie, informa de las novedades en "Not a blog", su LiveJournal personal y en el que habla de más cosas aparte de la adaptación de la HBO. El rodaje debería empezar creo que en un par de meses en Irlanda del Norte.

Música de la semana: En Estados Unidos ya se ha estrenado "Malditos bastardos", la película en la que Quentin Tarantino, versionando una cinta italiana de los años 70, da su propio punto de vista de la Segunda Guerra Mundial. Llega varios años más tarde de su última incursión en el cine, "Kill Bill", en la que incluía una de sus peculiares selecciones musicales al contratar a The 5.6.7.8's, tres chicas japonesas que se dedican a tocar música surfera californiana de los 60, más o menos. Una de las canciones que sonaban en la película, y que luego se ha utilizado en varios anuncios, era "Woo Hoo".

22 agosto 2009

La escuela del terror

Una gran parte de los actores y directores jóvenes debuta en películas de terror, y no sólo en Hollywood. Alejandro Amenábar optó por el suspense antes de cambiar de rumbo con "Mar adentro", por poner un ejemplo de los de casa, y si miramos fuera, la lista se amplía mucho. La "factoría" Roger Corman de thrillers baratos de rodajes rápidos (y de clásicos de la serie B) dio sus primeras oportunidades a gente tan variopinta como James Cameron, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Ron Howard, Peter Bogdanovich, John Sayles o Jonathan Demme, y en el gore empezó Peter Jackson, antes de que "Criaturas celestiales" iniciara un cambio en su carrera que cristalizaría en la saga de "El Señor de los Anillos". En el terror con toques de humor peculiar y escatológico debutó Sam Raimi, que encadenó dos partes de "Posesión infernal", "Darkman" y "El ejército de las tinieblas" antes de empezar a saltar al mainstream con "Rápida y mortal" (que fue un fracaso) y la saga de Spider-Man.

"Arrástrame al infierno" es, en parte, una vuelta a sus incursiones en el género, con más presupuesto y el apoyo de la industria detrás, pero ofreciendo exactamente lo que dice el título. Su protagonista se niega a ampliar el plazo de pago de la hipoteca de su casa a una anciana decrépita que le echa una maldición por la que, si no descubre el modo de librarse, en tres días será arrastrada al infierno por un espíritu diabólico. Eso es todo. La pobre Allison Lohman pasa por una amplia variedad de sustos y humillaciones que, por supuesto, están trufadas de pequeños gags y chistes marca de la casa, y hay que destacar que toda la trama se lleva con bastante coherencia. Sólo se echa en falta el ya clásico cameo de Bruce Campbell (el prestamista fijo que era para él), que no pudo producirse por sus compromisos con "Burn notice" (su aparición en "Spider-Man 3" es un punto). Y tampoco sale Ted Raimi, otro de sus habituales (sí aparece el viejo coche de su madre, otro clásico).

Lo cierto es que Sam Raimi anda metido en multitud de salsas porque, además del cine, continúa produciendo para televisión series de fantasía en la misma línea gamberra de "Xena, la princesa guerrera", como "La leyenda del buscador", o intentando con "Spartacus: Blood and sand" algo que, por ahora, ha llamado la atención por la sangre y los desnudos que se intuyen en el trailer (y porque reúne de nuevo al equipo productor de "Xena"). Raimi es más un hombre-orquesta que no ha terminado de abandonar las producciones de género que lo hicieron famoso, por más que sea el hombre-araña quien le ha dado sus mayores éxitos de taquilla. Hay quien cree que se ha vendido al oro de Moscú y que nunca hará nada como las dos partes de "Posesión infernal". Por lo menos, con "Arrástrame al infierno" te hace pasar un rato entretenido en medio del tedio general de la cartelera veraniega.

21 agosto 2009

Y volverá a pasar otra vez

La versión de "Galáctica" de Ron Moore y David Eick vio la luz casi de chiripa, porque Syfy se animó a hacer un remake después de que el proyecto que estaba cociéndose en Fox se fuera al garete. Lo interesante es que el que estaba detrás de esa versión para Fox (o uno de los que estaba detrás) era Bryan Singer, el mismo del que se rumorea que podría dirigir una película de la serie de la que nadie tiene muy claro dónde se encuadraría. Parece descartado que pudiera entrar en el universo de la reimaginación de Moore y Eick (su final lo impide), pero quizás podría seguire el espíritu de ese proyecto original para Fox que, en realidad, iba a ser una continuación de la serie de los 70 (creo que hasta pretendiendo que "Galáctica 1980" nunca tuvo lugar).

Singer, el productor Tom DeSanto y el propio Glen Larson (que tiene los derechos de las adaptaciones al cine) estuvieron muy cerca de poner en pie esa serie, a mediados de 2001, pero los atentados del 11-S retrasaron la pre-producción y, como resultado, Singer se vio obligado a dejar el proyecto para empezar a rodar "X-Men 2". Por su parte, Fox encontró su propia serie de ciencia ficción con "Firefly" y Syfy optó por el remake, en lugar de la continuación, y encargó a David Eick (que a su vez buscó a Ron Moore) que lo pusiera en marcha. Todos sabemos hasta dónde ha llegado esa "Galáctica" en sus cuatro temporadas en antena, y no es raro que surjan voces que acusen a los impulsores de la película de "oportunistas", por querer producirla aprovechándose de la popularidad de la versión de Moore y Eick.

Hay ciertas salvedades que podrían hacerse en ese punto (como que "Galáctica" sigue siendo todavía una de las grandes desconocidas para el gran público, lo que es un arma de doble filo para esa hipotética película), aunque a mí me da un poquito de mala espina. Por lo que se ha ido publicando por ahí (en "Ain't it cool", por ejemplo), la idea es hacer, otra vez, un remake o, mejor dicho, un reboot (palabreja que ha puesto de moda la última de "Star Trek") de la serie original, lo que tiene su aquél. El piloto de la "Galáctica" de 2003 ya era un remake del de la de 1978, y sus hallazgos con los cylones y con el cambio de caracterización de algunos personajes están vedados para el equipo de Singer si no quieren que los acusen de copiones poco originales (aunque igual transforman a Tigh en una mujer con los rasgos de Megan Fox, y los cylones se parecen más a "Terminator" que a "Blade Runner", vaya usted a saber). Una nueva versión que respetase el espíritu del original podría derivar en algo caduco desde el principio, porque lo que esa "Galáctica" de Larson no puede negar es que era hija de finales de los 70.

Hasta que el proyecto no pase de ser pasto de rumores, hay que tomárselo con sal y limón (con mucha filosofía, vamos). Por lo que trascendió en su momento de la serie de Singer y DeSanto, la idea que tenían era seguir la historia con Adama muerto y Tigh al mando de la flota, la Pegasus destruida en una batalla con los cylones y un renovado esfuerzo por buscar la Tierra. No sé cómo lograrán huir de la alargada sombra de la serie de Moore y Eick y, desde luego, el que debe estar a punto de que le dé algo es Richard Hatch, que ya intentó poner en pie, sin éxito, su propia continuación de la serie, y tuvo que conformarse siendo el maquiavélico Tom Zarek en la reimaginación. Al final, el leimotiv de esa serie es más cierto que nunca: todo esto ya ha pasado antes, y volverá a pasar otra vez.

20 agosto 2009

Los protectores

ALERTA SPOILERS: Veo que muchos habéis empezado a ver "In plain sight" ahora, así que igual preferís dejar este comentario sobre el final de la segunda temporada para más adelante.

Al igual que con el final de la quinta temporada de "Medium", la mejorada segunda entrega de "In plain sight" nos deja con un cliffhanger que atañe directamente a su protagonista, pendiendo entre la vida y la muerte en este caso no por un tumor cerebral, sino por un disparo. Es algo así como llevar un poco más lejos las circunstancias del final de la primera temporada y, en lugar de que Mary sea secuestrada por los compinches del novio narcotraficante de su hermana, recibe una bala mientras está protegiendo a una testigo (una sindicalista sudamericana a la que el gobierno de EE.UU. quiere utilizar para cambiar el régimen de ese país), y en una situación tanto fomentada por la testigo como por la propia Mary. Las acciones de las dos terminan llevando a que un pandillero le pegue un tiro a la inspectora Shannon, y que todos los personajes acaben confluyendo en el hospital.

No se avanza gran cosa en el capítulo en cuanto a los evidentes problemas de falta de entendimiento entre Mary y Rafael, obligados a confrontarlos ahora que van a casarse, ni en esos sentimientos revelados a medias de Marshall hacia Mary, que no hacía falta que nos contaran para que comprendiéramos su estado a lo largo del episodio. También cuando él resultó herido en la primera temporada, Mary hizo lo imposible por salvarle la vida y por vengarse de los culpables. No es necesario que nos expliquen que Mary y Marshall son compañeros que harían lo que fuera el uno por el otro porque queda perfectamente claro siempre que comparten plano. Sin embargo, en los últimos episodios sí se ha ido mostrando a una Mary más abierta en cierto sentido, y si los eventos del final de la primera temporada derivaron en una crisis de Mary en toda regla, veremos qué depara su despertar tras la operación (está de moda esta temporada ese truco, ¿eh?).

"In plain sight" tendrá tercera entrega la próxima primavera, con algunos cambios en los productores ejecutivos y un nuevo "impulso narrativo" que renuncio a intentar entender a qué se refiere. Tal vez tenga algo que ver con el tema recurrente del padre de Mary, ese ladrón de bancos desaparecido del que podríamos sospechar que, o bien se fugó, o bien entró en el Programa de Protección de Testigos al entregar a sus compañeros de armas. La supuesta hermana secreta que aparece de repente (interpretada por Laura Prepon, una de las muchas estrellas invitadas de la serie) podría perfectamente resolverse en cualquiera de las dos direcciones. Podría ser quien dice que es, y el señor Shannon es reubicado al descubrirse su verdadera identidad, o podría ser, como sospecha Mary, una agente del FBI encubierta que intenta encontrarlo. Yo me inclino más por la primera opción, pero veremos.

Mientras la relación entre Mary y Marshall siga igual de divertida, los intercambios con Eleanor (un buen añadido) se mantengan con esa ironía y se consigan algunas tramas realmente interesantes con los testigos (o el rabino detective interpretado por Richard Schiff aparezca más a menudo), no hay de qué preocuparse en la tercera temporada. Sería una lástima que, ahora que han encontrado la manera de ser un procedimental con algo distinto que ofrecer, y de sacarle partido a los problemas de los testigos por adaptarse a su nueva vida, lo tiraran todo por la borda para centrarse en los problemas familiares de Mary, por mucho que conciernan al paradero de su padre. Si Marshall no está presente en ellos, la serie pierde interés para mí.

19 agosto 2009

Guardianes de la ley y el orden

Las tres series de "Ley y orden" son un filón para la caza de actores a punto de ser famosos. Sólo con las 20 temporadas que la primera lleva en antena da tiempo para que pasen por allí multitud de actores, y que incluso algunos repitan personaje en varias series, o que pasen de unas a otras dando vida a personajes diferentes. O al mismo, como el ya célebre Richard Belzer y su detective Munch, o J.K. Simmons y su doctor Skoda, un psiquiatra que aparece en "Ley y orden" y su "hija" "UVE". La nómina de estrellas invitadas es kilométrica, y esto es sólo una pequeña selección.

Claire Danes prácticamente debutaba en la actuación en un episodio de la tercera temporada de "Ley y orden" (que Veo está emitiendo todas las tardes, a eso de las 19). Apenas tenía 13 años, y ya iba directa hacia "Es mi vida", la serie que la hizo famosa, con papeles poco convencionales para una actriz de esa edad. En ese mismo capítulo aparecía brevemente otra pelirroja, Lauren Ambrose, que entonces tenía 14 años, y que antes de hacerse conocida gracias a "A dos metros bajo tierra", también apareció en varios episodios de "Cinco en familia".

Vincent D'Onofrio compone un peculiar detective en "Ley y orden: Acción criminal", y el que está a su derecha es Fred Weller, compañero inseparable de Mary McCormack en "In plain sight", que fue uno de los actores invitados recurrentes en los tres títulos de la franquicia, incluso repitiendo en la misma serie con personajes diferentes. Weller tiene tras de sí una peculiar carrera en el cine indie y en distintas películas para televisión, incluyendo una sobre los Beach Boys en la que interpretaba a Brian Wilson.

Lauren Graham también pasó por "Ley y orden", cuando aún andaba por ahí Jerry Orbach (que tiene un teatro con su nombre en Nueva York). Ese traje color pastel es todavía más impactante que el peinado. Graham tuvo muchas apariciones especiales de este estilo antes de llegar a "Las chicas Gilmore", de "Los líos de Caroline" a "Seinfeld" a "NewsRadio".

La gran CCH Pounder debutó ni más ni menos que en "All that jazz", la última película de Bob Fosse, y desde entonces la hemos visto en un montón de sitios. Entre "Bagdad Café", que empezó a hacerla conocida, y "The Shield", donde se hizo realmente famosa, Pounder también fue una abogada defensora en "Ley y orden", con un peinado muy diferente al de "The Shield" al de la Mrs. Frederiks de "Warehouse 13".

Y éste es un bonus llegado no de la tele, sino del cine, de "Pearl Harbor". Jennifer Garner era una de las enfermeras que trabajaba con Kate Beckinsale. Curiosamente, ahí coincidió con su actual marido, Ben Affleck, antes de "Daredevil", y de aparecer en "Atrápame si puedes" y hacerse famosa con "Alias".

11 agosto 2009

El hombre más buscado

Desde el final de la primera temporada, "Burn notice" no ha dejado de crecer. Lo que empezó como una serie de acción que mezclaba "El equipo A" con "MacGyver" y la saga de Jason Bourne ha ido evolucionando hacia algo más interesante y con un estudio más acertado de sus personajes principales, sin perder nunca de vista el entretenimiento veraniego, con explosiones, diálogos irónicos, persecuciones y Bruce Campbell (el hombre es casi un género en sí mismo, qué queréis que os diga). La evolución de la serie se ha dado a la vez que la situación y los objetivos de Michael Westen iban cambiando. Él siempre ha buscado saber quién lo despidió y lo puso en la lista negra y, una vez arreglado en ese punto, de qué manera podría recuperar su antiguo trabajo.

Lo que no sólo le granjea enemigos y suscita el interés de personas que no le convienen, sino que le lleva a enfrentarse, sobre todo, con Fiona. La relación de tira y afloja entre los dos, y cómo la obstinación de Michael por volver a su trabajo de espía la afecta, es el motor de gran parte de las cosas que pasan en el intenso final del tramo de verano de la tercera temporada, una temporada que ha convertido a "Burn notice" en el gran éxito de la cadena USA y en la serie del estío, sin duda, del cable estadounidense, junto con "The Closer" (por audiencia) y "True Blood" (por repercusión). Apoyada en el trabajo milimétrico de su reparto (y en unos estupendos actores invitados, siempre muy bien elegidos), se permite capítulos que manejan muy bien la tensión de las operaciones que Michael, Sam y Fi montan para ayudar a sus clientes o para intentar arreglar la situación de Michael. En éste último aspecto, como indicaban algunas críticas yanquis, igual han pecado de demasiado ambiciosos en esta tercera entrega, pero ése no es un mal pecado en este caso, porque nos ha permitido conocer un poco mejor de lo que Michael es capaz cuando no consigue controlar sus emociones.

Hasta enero no se retomará la temporada, supongo que con todos los personajes más unidos ante la amenaza desconocida que se cierne sobre ellos. La montaña rusa de la relación entre Michael y Fiona seguirá moviendo parte de las tramas, supongo, pero tengo mucha curiosidad por ver cómo retratan a Maddie y Sam, que son muy divertidos de ver juntos. Además, parece que en el primer episodio de esa segunda parte de la temporada tendremos una reunión llegada directamente desde la época dorada de los 80, pues a Sharon Gless se le unirá su compañera en "Cagney y Lacey", Tyne Daly. Ambas actrices se alternaron para ganar el Emmy en su categoría durante seis años consecutivos, un récord aún no superado, así que será interesante verlas de nuevo juntas, más de dos décadas después, de nuevo en televisión.

Música de la semana: Como esta casa está en horario de verano, y "Burn notice" está ambientada y rodada en Miami, nuestra selección musical, un poco tardía, va a ser completamente caribeña: "Bemba colorá", de Celia Cruz.

07 agosto 2009

Panorama en negro

Es curioso. En la última semana, me he encontrado en la prensa un par de artículos que intentan explicar el porqué del boom que está viviendo ahora la novela negra, impulsado en parte por el éxito de la trilogía "Millennium" de Stieg Larsson (la editora española que lo "cazó" para Destino cuenta aquí cómo lo encontró). En ellos se hace referencia a que, en momentos de crisis, el género negro refleja muy bien problemas sociales que no tienen cabida en otro tipo de novelas o cuyos géneros impiden, por lo que sea, que se metan a fondo en esos temas (cualquier otro que no fuera Alicia Giménez-Bartlett con su inspectora Petra Delicado habría sido lapidado mediáticamente por atreverse a tocar en "El silencio de los claustros" ciertos acontecimientos de la Semana Trágica de Barcelona, en 1909). El crimen, al igual que la ciencia ficción, siempre ha retratado la sociedad con mucho más acierto que un documental (también leí, hace un par de días en "El País", un reportaje sobre los avances hechos en inteligencia artificial que asocié instantáneamente a "Caprica". Debería hacérmelo mirar, lo sé).

El noir como tal ya nació en una época de crisis profunda en la década de los 30, que por algo se llamó en Estados Unidos "La Gran Depresión". El crack bursátil de 1929 (aún no superado ni por el crediticio del año pasado, culpable de la situación que estamos viviendo actualmente) llevó a amplios sectores de la población a la miseria y, a algunos, los empujó a delinquir para sobrevivir. En ese mundo moralmente gris, en el que la resolución del crimen importa menos que el retrato de la gente y del momento que lo impulsan, nace el género de la mano de dos grandes como Dashiell Hammett (que fue investigado en los 50 por el Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy por haber estado afiliado al partido comunista) y Raymond Chandler. Aunque los estilos de los dos sean distintos (el de Hammett es seco y rápido como una ametralladora, mientras el de Chandler es irónico y muy desencantado), ambos criticaban a los ricos y poderosos de la sociedad estadounidense de la época, y a un sistema que, aunque en teoría favorecía la igualdad de oportunidades, no permitía a los menos favorecidos salir del arroyo.

La crítica social es uno de los motores de cualquier novela negra actual. Ya comentamos alguna vez que la denuncia del sistema social sueco está muy patente en el matrimonio Sjöwall-Wahlöo, en Henning Mankell y en el propio Larsson, y que la indignación ante la corrupción política impulsa con fuerza a Petros Márkaris y a Andrea Camilleri y que, aunque Fred Vargas construya unos enigmas que ya los quisiera para sí Agatha Christie, tampoco ella escapa a ese retrato de una sociedad que esconde mucha oscuridad tras una fachada de apariencia perfecta. Al hablar del último libro de la trilogía de Larsson, en "Cajón de sastre" comentaban que toda la saga se había escrito desde la rabia y la indignación, y ese sentimiento es el que termina cristalizando en gran parte de las obras del género negro. "La caja 507", por ejemplo, es un puñetazo a las corruptelas urbanísticas de la Costa del Sol rodado bastante antes de que empezaran a conocerse todos esos casos de ayuntamientos podridos (la Operación Malaya saltó en 2006, por ejemplo, cuatro años después del estreno de la cinta de Enrique Urbizu). Y no me negaréis que los mejores momentos de "Verónica Mars" venían cuando ella se ponía a investigar un caso movida desde el cabreo (generalmente, porque alguien con posibles se aprovechaba de personas relativamente desfavorecidas o, simplemente, le tocaban las narices).

Por eso "The Wire" es una monumental obra noir, porque se sirve de investigaciones policiales para retratar toda la podredumbre de una sociedad, para criticar todo lo que no funciona en ella, y lo hace desde el mismo sentimiento de rabia que movió a Larsson a escribir "Los hombres que no amaban a las mujeres" y sus dos secuelas. Por eso, también, "The Wire" tuvo entre sus guionistas a escritores estadounidenses del género como George Pelecanos, Richard Price o Dennis Lehane (que debe ser, ahora mismo, de los autores más adaptados al cine, entre "Mystic River", "Adiós, pequeña, adiós" y la próxima "Shutter Island"). La indignación es un sentimiento muy fuerte para hacer muchas cosas. Que se lo digan a Michael Douglas en "Un día de furia".

P.D.: Sí, el de la foto es Humphrey Bogart en "El sueño eterno", que sigue siendo mi película noir favorita, sobre todo por toques de humor como el del fotograma, con Marlowe haciéndose pasar por un experto en libros raros.

Nota organizativa: Agosto es sinónimo de vacaciones, así que me temo que el ritmo de publicación por aquí va a ser bastante más relajado que el resto del año. Ciertas tierras del Norte me reclaman y hasta final de mes habrá menos temas para comentar, aunque, si puedo, hablaremos por aquí del final de temporada de "In plain sight", del de media temporada de "Burn notice", de la primera entrega de "Babylon 5" y del terror escatológico y muy divertido de Sam Raimi en "Arrástrame al infierno" (otro género que puede permitirse el lujo de la crítica social sin que lo machaquen demasiado por ello). Seguiremos leyéndonos, pero hasta septiembre esto no recuperará su ritmo habitual. Be seeing you.

05 agosto 2009

La fórmula USA

Este verano, uno de los temas televisivos en Estados Unidos es el éxito del canal USA. Mientras la NBC, la parte más visible del conglomerado televisivo NBC Universal por su condición de network, no logra salir del hoyo en el que lleva demasiado tiempo metida, los canales de cable se muestran más activos y, en general, más exitosos. Syfy está en pleno cambio de nombre y estrategia para seguir creciendo, Bravo se ha servido de sus realities de cocineros y aspirantes a diseñadores de moda (aunque "Project Runway" se les haya ido a Lifetime) para atraer a la audiencia, y en los últimos meses ha sido USA la que se ha adueñado del panorama catódico en USAmerica. Porque la blogosfera estará como loca diseccionando series de HBO, como "True Blood" y "Hung", y Showtime, como "Weeds" y "Nurse Jackie", pero son las de USA las que se han llevado de calle a la audiencia.

Hasta este verano, "The Closer" (en TNT) era la serie de cable más vista, pero el dúo dinámico de los jueves por la noche en USA ha acabado derrocándola. Siendo justos, las peripecias de Brenda Johnson tienen más espectadores, pero "Burn notice" y "Royal pains" ganan en el tramo de audiencia entre los 18 y los 49 años (en "TV by the numbers" hay una buena explicación de la "obsesión" por ese tramo demográfico). Las tres se mueven entre los 6 y los 7,5 millones de espectadores, unas cifras que ya quisieran para sí algunas de las series de la NBC, y el espía "quemado" de Miami y el médico de los ricos de los Hamptons han terminado por confirmar que el eslógan de la cadena ("Characters welcome") es una fórmula que funciona a la perfección.

Fue "Monk" la serie que puso en el mapa a un canal que había nacido a finales de los 70 y, hasta entonces, no era de los más importantes en el cable. Estrenada en 2002, su mezcla de humor y casos detectivescos, anclada en un personaje central peculiar alrededor del que giran todas las tramas, se convirtió en la más vista del cable en poco tiempo, e impulsó la producción propia en la cadena (aunque "Monk" es, en realidad, de ABC Studios y "Burn notice" está producida por Fox). Si obviamos las incursiones en la ciencia ficción con "Los 4.400" y "La zona muerta", esa fórmula del personaje central fuerte y los toques de comedia se ha convertido en el leit motiv de la cadena y, probablemente, en la razón de su éxito. "Psych" es la que bebe más directamente de las excentricidades de Adrian Monk (y su herencia de Sherlock Holmes) y la que aboga más abiertamente por la comedia, mientras en "Burn notice" se apuesta por la acción y la ironía cool
y en "In plain sight", por el procedimental y un sarcasmo que deriva de la personalidad de Mary Shannon, su protagonista.

Tanto ella como Michael Westen, el propio Monk, Shawn e incluso el doctor Hank Lawson son los motores detrás de sus series, la razón por la que te enganchas a ellas en un principio (aunque de "Royal pains" no he visto ni el piloto, así que no puedo opinar demasiado). Se rodean de unos secundarios con personalidad propia que enriquecen más la serie, y el retrato de su protagonista, y así pueden soportar ellos solos cualquier trama más floja. El buen resultado que esta fórmula le da a USA la ha llevado a renovar para la próxima temporada a todas las series susceptibles de ello (incluyendo "Ley y orden: Acción criminal, que heredó de la NBC, y esta renovación en masa es algo inaudito en la televisión yanqui), y todavía se permite el lujo de estrenar títulos nuevos este otoño, como "White collar".

03 agosto 2009

Un epitafio, una marshall y unos globos

1.- Las tribulaciones entre bambalinas de "Dollhouse" en su primera temporada darían, desde luego, para hacer otra serie. Tras el piloto que no se emitió (y que habría dado pie a una serie totalmente distinta, ya que ponía todas las cartas sobre la mesa desde el principio), llega "Epitaph One", el cierre de temporada que no era tal, ya que el estudio Fox lo encargó para la edición en DVD, pero la cadena Fox no quiso comprarlo porque ya había pagado por 13 capítulos. Servía, más bien, como final de la serie en caso de que, como parecía todo el año, fuera a ser cancelada, pero como no ha sido así, es una puerta a un desarrollo completamente diferente de la "Dollhouse" que vimos en la primera temporada. (Aquí creo que debería añadir una alerta de spoilers, sólo por si las moscas). Porque lo que nos muestra ese episodio es el futuro, un futuro a 10 años vista en el que la tecnología de "impresión" de personalidades se puede hacer de forma inalámbrica y los ricos pueden ir cambiando de cuerpo según les apetezca. La llegada de un grupo de rebeldes a la casa de muñecas, ya abandonada, les lleva a servirse de la silla para descargar los recuerdos almacenados en ella, que les dan pistas de cómo empezó todo y les indican la existencia de un "puerto seguro" y de una posible cura para las impresiones indiscriminadas. El episodio da para un comentario muy largo que no vamos a hacer (¿cómo pudo Whiskey sobrevivir 10 años allí abajo? ¿Murieron todos los demás, o algunos llegaron al "puerto seguro", que parece ser el complejo industrial en el que se escondía Alfa? ¿De Caroline sólo quedan sus memorias?), y sólo vamos a quedarnos con las implicaciones que puede tener para la siguiente temporada. Joss Whedon explicó recientemente que ese futuro no se puede cambiar, pero que el camino para llegar a él igual no es como vimos en los flashbacks de "Epitaph One", puesto que los recuerdos no siempre son los hechos tal y como ocurrieron. Se alternarán ambas líneas temporales, pero parece que no en demasía. Y habrá más visitantes de "Galáctica" en la casa, porque Jamie Bamber y Michael Hogan aparecerán en los dos primeros capítulos de una segunda temporada que Whedon calificó de "la mayor sorpresa de mi carrera".


2.- Como pasaba en "Wall-E", la primera media hora de "Up" es sublime. Resume toda la vida y las emociones de su protagonista, Carl Fredriksen, en un ejemplo de síntesis y uso de la elipsis, y te presenta el dilema que le lleva a salir literalmente volando, además de encadenar unos cuantos gags tronchantes entre el gruñón con interior de merengue de Carl y el boyscout Russell, tan deseoso de agradar y tan curioso. La película es todo un homenaje a los títulos de aventuras increíbles, ya sean "El mundo perdido" o las novelas de H. Rider Haggard, y destaca por tener unos personajes logradísimos. Aunque a veces puede ir demasiado a tocar la fibra sensible, y pierde en parte el toque gamberro que tienen algunos títulos de Pixar, lo cierto es que el señor Fredriksen debe ser uno de los mejores personajes del año, además de que los animales son los más simpáticos desde hace tiempo en una película distribuida por Disney. Además, he de decir que el doblaje español le añade un par de puntos de extra a la película, como es oír a Matías Prats poniéndose en la piel de su padre en el noticiero cinematográfico del principio o el estupendo trabajo de Luis Varela poniéndole voz a Carl. De todos modos, yo reconozco mi película Pixar favorita es "Los Increíbles".

3.- Finalmente, sólo un pequeño comentario, también con aviso de spoilers, sobre la segunda temporada de "In plain sight", que USA ha renovado en vista de su buena audiencia. Toda la subtrama del compromiso de Mary con Rafael (que me da que va abocado al fracaso) ha sacado a la luz ese cuelgue (o enamoramiento, mejor) de Marshall de su compañera, bastante evidente ya desde la primera temporada. La semana pasada fue la primera vez que Mary pareció darse cuenta de ello, gracias a un gag con su anillo de compromiso que llevó a Marshall a hacer una genial alusión a "Help!". No sé como se desenvolverá todo de aquí al final de la temporada, pero sospecho que Marshall va a pasarlo mal, y Mary le va a romper el corazón a alguien más aparte de a él. O se lo van a romper. Aunque la relación entre los dos ya era muy divertida y estupenda sin añadir la capa romántica, tengo curiosidad por ver cómo lidiará Mary con ella, cuando es notoria su falta de tacto a lo Robin Scherbatsky para esos temas.

02 agosto 2009

De culto, pero sin premio

Durante las cuatro temporadas (y seis años) que "Galáctica" estuvo en antena, era casi un tema recurrente que los críticos de televisión estadounidense protestaran con todas sus fuerzas cuando los Emmy y los Globos de Oro la dejaban fuera de sus nominaciones (excepto en las categorías técnicas). Criticaban, sin que les faltara razón, que los académicos impedían que una de las mejores series en antena tuviera el reconocimiento que merecía bien porque la emitía un canal de cable con mucho menos cartel que HBO (como Syfy), porque se adscribía formalmente a la ciencia ficción (que no suele tomarse en serio en estos premios), porque tocaba unos temas demasiado deprimentes o vaya usted a saber por qué. Thursnext recordó hace algún tiempo las razones que los votantes de los Emmy daban para justificar por qué otra gran ignorada, "The Wire", nunca entraba en las nominaciones, y dos de ellas podrían aplicarse al caso de "Galáctica": tiene una trama densa con muchos personajes que puede resultar difícil de seguir para los no iniciados y se desarrolla en un entorno sombrío y en una zona moralmente llena de matices del gris (y en el espacio, para más inri).

Pero a los críticos, luego, esas quejas se les volvían en su contra cuando llegaban los premios otorgados por ellos, los de la TCA, en los que "Galáctica" brillaba también por su ausencia. Este año, sin embargo, han querido enmendarse nombrándola "Programa del Año" y reconociendo, de algún modo, sus logros después de haberse despedido. Es una victoria pírrica, pero al menos alguien, fuera de los Saturn Awards, se acuerda de ella. Entre las categorías importantes de los Emmy de este año, sólo está nominada a la mejor dirección (Michael Rymer, por la parte final de "Daybreak"), y las escasas esperanzas de que Mary McDonnell podría, por fin, ver a su Lara Roslin en medio de las nominadas a mejor actriz dramática se desvanecieron con rapidez. Que el reparto de "Galáctica" fuera consistentemente ignorado por los Emmy fue destacado, con mucha indignación, por Ron Moore en el panel que Syfy organizó en Comic-Con sobre "Caprica" y de "The plan", la última película que veremos de la serie (literalmente, dijo que era un "frakkin' crime"), y su indignación era perfectamente comprensible.

Ni al principio de la tercera temporada, cuando "Galáctica" se estrenó en octubre para lanzar una mayor campaña de promoción y consiguió salir en las portadas de "Entertainment Weekly" y "TV Guide", la serie tuvo ninguna posibilidad de que su mayor visibilidad se tradujera en ser invitada al gran baile de promoción de la industria televisiva estadounidense. Haber figurado dos veces en las listas de mejores series del año del AFI, haber ganado un Peabody y ser candidata en un par de ocasiones a los premios Hugo de ciencia ficción tampoco pesaron en esa decisión. Es cierto que, desde esa tercera temporada, la audiencia fue resintiéndose cada vez más, y tal vez esa razón tuvo más importancia que todas las demás.

Pero las mismas extrañas justificaciones que dejaron fuera de esas nominaciones a Michael Hogan, Tricia Helfer, Katee Sackhoff, Grace Park, Edward James Olmos o la propia McDonnell seguro que influyeron en que John Noble no viera reconocido su gran trabajo en "Fringe" (¿alguno de los académicos de los Emmy lo reconocería de "El retorno del rey"), o que Rutina Wesley y Nelsan Ellis ni siquiera contaran por "True Blood", o que Mariska Hargitay esté abonada a figurar entre las candidatas finales a la mejor actriz de drama. No vamos a seguir ahondando en la alergia de los premios a la ciencia ficción y la fantasía porque ya es un cliché. Pero algo hay. ¿Nos apostamos algo a que Katee Sackhoff tiene más opciones de llevarse algo por dedicarse a hablar por el móvil en la octava temporada de "24"? ¿O que Mary McDonnell tiene más fácil un reconocimiento a mejor actriz invitada por su participación en "The Closer"?

Música de la semana: Seguro que habéis escuchado "Sweet Lady", la canción de Supercharango que sirve de sintonía al último anuncio de Magnum. Este argentino hace mucha música para publicidad, y he leído por ahí que ésta es una especie de versión de "My doorbell", de The White Stripes. Si no lo es, se parecen mucho.

01 agosto 2009

El club de la calle Sésamo

En noviembre, "Barrio Sésamo" cumple 40 años en Estados Unidos. Aquí lo vimos durante los 80 y, si no recuerdo mal, a principios de los 90 en La 2, y luego nos quedamos sin SuperCoco y el Monstruo de las Galletas en abierto. La nostalgia hace que lo recordemos como algo mítico, desde luego, pero hay que reconocer que en USAmerica tiene mucho tirón para conseguir que famosos de toda clase y condición se pasen por allí, bien sea para hacer un poco el idiota (como Robert De Niro, esta gran audición de Liam Neeson contando hasta 20 con el Conde o Natalie Portman) o para cantar, que es lo más divertido.



Patti LaBelle, una institución del soul, se marca una canción del abecedario a lo gospel totalmente incendiaria, y con un coro de teleñecos totalmente en su papel. Esa canción es un clásico del programa, con versiones repletas de estrellas (como ésta que empieza Ray Charles) o a cargo de verdaderas leyendas como Lena Horne.



Los invitados musicales suelen dar bastante juego. Feist le da un toque de folk muy particular a la canción del cuatro, y es una opción bastante indie para el programa. Tampoco hay que perderse a REM cambiando su "Shiny happy people" por "Furry happy monsters", o a Norah Jones adaptando uno de sus mayores éxitos para que sea "Don't know why Y didn't come".



Aunque mi favorito de todos esos vídeos es esa gran parodia que se marcaron de "30 Rock", con un limón que es una perfecta traslación de Liz Lemon, un muñeco que es como estar viendo a Jack Donaghy y un problema con unas rocas que es, a la vez, típico de "Barrio Sésamo" y que no desentonaría en "30 Rock". Para la próxima temporada han anunciado una parodia de "Mad Men" que puede ser tremenda. Y, de regalo, Tina Fey y los "bookaneers".