31 enero 2012

La tortuga y HBO

Glacial. Es un adjetivo que suele asociarse muy a menudo con series principalmente del cable (y del cable premium, en general), series catalogadas como "de personajes" que no tienen prisa en echar la trama a rodar, que pueden permitirse el lujo de ir presentando y construyendo el mundo de la serie y sus habitantes y que no "arrancan" de verdad hasta que esas primeras piedras no están sólidamente instaladas. Casi toda la parrilla de HBO funciona así, por lo que no sorprende leer a los críticos estadounidenses afirmando que "Luck" necesita un periodo de adaptación de cuatro o cinco capítulos y que sólo entonces, cuando ya ha pasado la fase de las presentaciones, empezamos a hacernos una idea del propósito de la serie.

En la primera temporada, esta tranquilidad a la hora de poner en movimiento los resortes de la trama suele ser más acusada. En casos como "The Wire", los espectadores la necesitamos para poder familiarizarnos con todos los personajes que pululan por ahí, y en otros, tales como "Juego de tronos", hace falta para construir de cero un mundo de fantasía que resulte creíble. Si en "Los Soprano" hubieran empezado a matar gente y traicionarse unos a otros en el segundo capítulo, ¿habríamos podido seguirla sin perdernos? (oh, un momento, igual ése no es un buen ejemplo). Cada historia requiere, pide, su propio ritmo, aunque está claro que los creadores de las series sólo tienen el lujo de darle ese ritmo en contadas ocasiones. Pero no empecemos con la discusión "network=malo, cable=bueno", porque luego viene "The good wife" y rompe todos esos esquemas (muy recientes, por cierto. "El ala oeste de la Casa Blanca" no era de HBO, sino de NBC).

"Luck", tal vez, represente un salto de fe bastante importante para los espectadores. Un poco como pasa con "Treme", da la sensación de que hay zambullirse en ella sin pretender entenderlo todo desde el principio, confiando en que, según vayamos viendo a todos esos tipos que trabajan y pululan alrededor del hipódromo, iremos comprendiendo más cosas de lo que estamos viendo. La audiencia del estreno ha sido más bien flojita, aunque HBO ha anunciado que habrá segunda temporada el año que viene, y ya proliferan por varios sitios guías con indicaciones para poder seguir su trama mejor. Quizás la mejor indicación, de todos modos, es asegurarse de lo que uno va a ver antes de darle una oportunidad.

Del mismo modo que hay que ser consciente de las rarezas de Terrence Malick al ver "El árbol de la vida" y de que "The Artist" es una película muda en su 95% y en blanco y negro, cuando uno se aproxima por primera vez a "Luck", o a "Treme", incluso a "Juego de tronos", tiene que ser consciente de que la marca HBO implica muchas veces un ritmo mucho menos rápido y la falta de explicaciones claras y sencillas. Entre "Breaking Bad" y "Nikita" hay muchas formas intermedias de dar impulso a una serie, desde luego, y todas son igual de válidas, aunque no todas acogen al espectador del mismo modo.


30 enero 2012

Good God, Lemon!



Por si quedaba alguna duda, ya todos deberíais saber que este blog es muy fan de "30 Rock" y, en concreto, del dúo que forman Liz y Jack. A través de todos sus (supuestos) baches, de sus audiencias mínimas, de los discursos de aceptación de premios de Tina Fey, de las bromas constantes a la NBC y las estrellas invitadas, esa serie se ha mantenido como un momento de total locura, impulsado sólo por su leitmotif de incluir el mayor número posible de chistes en un minuto y, a ser posible, que tengan hasta doble sentido. Es muy cierto que sus personajes se mantienen prácticamente igual que al principio (con la ligera excepción de, por supuesto, Liz y Jack) y que su esquema del gag-gag-gag puede dejar fríos a los espectadores que busquen algo más, pero para mí es más que suficiente. De hecho, homenajeando esos descarados product placement que suelen hacer (hasta de eso se cachondean), voy a intentar ofrecer varias razones para que los que no os hayáis atrevido a verla aún le deis una oportunidad.

Olvidaos de que está en la sexta temporada y de que está en antena, como dice la propia Fey, porque la NBC se olvida de cancelarla. Lo único que necesitáis saber de ella es que sigue a Liz Lemon, jefa de guionistas de un programa de sketches llamado "TGS", que empieza la serie teniendo que responder ante un nuevo jefe, Jack Donaghy, que procede de la sección de microondas de General Electric, entonces dueña de la NBC. Jack contrata para el programa a Tracy Jordan, cómico famoso con el que confía en relanzar la audiencia de "TGS", pero esto causará problemas con la estrella del programa, Jenna Maroney, una actriz egocéntrica y pasada de rosca. Así resumido parece que "30 Rock" tiene sentido y una trama coherente, ¿no? Pues no. Cualquier cosa, literalmente cualquier cosa es susceptible de ser parodiada y satirizada en la serie, empezando por ellos mismos, y sus personajes harían cualquier cosa por conseguir unas risas.

"TGS" está poblado de gente tan peculiar como Grizz y Dotcom, el séquito de Tracy (y los pocos cuerdos del lugar), Kenneth el botones inocente, Pete el productor que siempre quiere escaquearse... En teoría, Liz es la que tiene que poner serenidad en esa jaula de grillos, pero las cosas nunca salen como ella espera. En todo esto, sin embargo, lo único constante es la relación que van forjando Liz y Jack, que va más allá de la mera mentoría o la relación jefe-subordinado para ser una amistad realmente peculiar. Ahí os dejo la que quizás sea la mejor línea de toda la serie.

29 enero 2012

Candidatos a presidente y niños con "toque"

"Los idus de marzo" no es la primera película que se hace sobre una campaña política. Tim Robbins debutó en la dirección haciendo mucho ruido con "Ciudadano Bob Roberts", una película que era más una sátira bastante ácida de dichas campañas, y Mike Nicholls adaptó hace algunos años "Primary colors", el libro que contaba, no muy disimuladamente, la primera campaña de Bill Clinton a presidente de Estados Unidos. Hay bastantes más, por supuesto, incluida "El candidato", con Robert Redford, y todas ellas muestran siempre cómo se manejan los hilos de la imagen que el público recibe de los presidenciables, o de los aspirantes al Senado, o de los Peter Florricks de la vida. En "Los idus de marzo" son justo esos "cocineros" entre bambalinas los que ganan todo el protagonismo porque al candidato, el gobernador de Pensilvania esperando ganar la nominación del partido demócrata para presentarse a presidente, lo vemos más bien poco. Lo que interesa aquí es el viaje de Stephen Meyer, su joven responsable de todo lo relacionado con los medios y, además, el que escribe los discursos.

Stephen es, en teoría, un poco más idealista que todos los demás implicados en la campaña, preocupados sólo por ganar, pero como es inevitable, las circunstancias le harán cambiar de opinión. O, mejor dicho, le harán decidir qué camino quiere seguir en la política y qué tipo de persona quiere ser. Los idus del título se refieren a él, él es Julio César, y las traiciones y maniobras por conseguir más poder desplegadas a su alrededor amenazan con hacerle caer del caballo y ver la luz, como a San Pablo. Este papel es por el que Ryan Gosling tenía más posibilidades de estar nominado al Oscar, más que por "Drive", pero parece que los académicos no quisieron dar más crédito a "Los idus de marzo" en plenas primarias republicanas para elegir candidato a presidente, más allá de su guión adaptado. En los festivales de Toronto y Venecia, parecía que la cuarta cinta como director de George Clooney era de las principales favoritas, pero quizás el panorama que pinta de esas campañas políticas no terminara de ser del agrado de los académicos. Y eso que no descubre nada nuevo, lo que no quiere decir que no sea una estupenda acompañante para otra de las películas de Clooney, "Buenas noches y buena suerte". Oh, y por "Los idus de marzo" también podría haber sido candidato al Oscar Alexandre Desplat.

Esta temporada se está extendiendo la táctica de los "preestrenos" de series nuevas bastantes semanas antes de su estreno oficial (la "táctica Glee"), y no a través de Internet sino en televisión, aprovechando algún momento especial de mayor audiencia. Lo hizo HBO con "Luck" al término de la segunda temporada de "Boardwalk Empire" y lo ha repetido Fox con "Touch" detrás de una de las primeras emisiones de "American Idol". Esta serie, creada por Tim Kring y protagonizada por Kiefer Sutherland, no tiene nada que enseñar cuando se anunció su puesta en marcha en los pasados upfronts, así que había cierta curiosidad por ver en qué quedaba esa premisa de padre que, tras perder a su mujer en los atentados del 11-S, empieza a tener algunos problemas para salir adelante y para cuidar de su hijo, un niño autista que tiene, sin embargo, el don de encontrar patrones numéricos entre eventos y personas aparentemente sin ninguna relación, y conseguir así predecir, de algún modo, y evitar que ocurran ciertas cosas. Es un poco como la habilidad de aquel tipo de "Fringe" que calculaba las probabilidades de que algo pasara y las utilizaba en su favor.

Algunos críticos yanquies han comparado el piloto de "Touch" con "Tan fuerte, tan cerca" (lo que allí no es especialmente bueno) y, como apunta "Crítico en serie", hay un evidente rollo a lo "Babel" en toda esa muestra de que el mundo está conectado por esos invisibles hilos rojos del destino, que busca ir directamente a buscar, a su vez, la conexión emocional con el espectador. Ha habido opiniones para todos los gustos sobre este piloto, y mucho me temo que yo soy de los que no se han visto especialmente "tocados" por él. Ese intento de ir a por la fibra sensible me resulta demasiado telegrafiado y evidente, pero tampoco sabemos si este esquema se va a repetir a lo largo de la serie. Además de que no logro sacarme de la cabeza la sensación de que Kiefer Sutherland puede terminar siendo un serio error de casting. Veremos qué pasa cuando "Touch" se estrene, ya en marzo, y si no sigo pensando que, para esto, es mucho mejor leer "El curioso incidente del perro a medianoche".

Música de la semana: "Sherlock" ha terminado explotando todo lo que ha podido "El problema final", el relsto en el que Arthur Conan Doyle quiso librarse de una vez por todas de un personaje que, para su gusto, se había hecho tan famoso, que era una losa (algo que el propio Sherlock experimenta en este episodio). Será interesante ver cómo se continúa todo en la tercera temporada, que no veremos hasta 2013, y hasta entonces nos quedaremos con el acompañamiento de "Sinnerman", de Nina Simone, que suena durante cierta secuencia con Moriarty.

27 enero 2012

Frente Popular Pro-Oscar a Ryan Gosling

Algo que está indisociablemente unido a los anuncios de nominaciones de premios es el clamor contra ellas por haberse dejado fuera opciones que parecían seguras días antes, o que desde algunos sectores se ven como más merecedoras de reconocimiento que las que finalmente son candidatas por dichos premios. Los Oscars nunca se escapan a este escrutinio, por supuesto, y las listas de olvidados son, probablemente, tan clásicas como los análisis de las nominaciones. Este año no iba a ser una excepción, aunque da la sensación de que los ánimos están un poco más caldeados que de costumbre. El "culpable" de esa indignación que recorre Twitter y la blogosfera es el olvido de "Drive" por parte de la Academia de Hollywood, una película que, al igual que "The Artist" y "El árbol de la vida" (que sí son candidatas), venía generando mucho ruido desde el festival de Cannes. Los oscarólogos consideraban que la nominación para Albert Brooks a mejor secundario estaba casi cantada pero, al final, le ganó por la mano Max Von Sydow, toda una leyenda viva del cine que, curiosamente, sólo había estado nominado al Oscar una vez anterior, en 1989 por "Pelle, el conquistador" (la cinta que arrebató a "Mujeres al borde de un ataque de nervios" el premio a mejor película extranjera).

Brooks es uno de los 12 olvidos clamorosos para "The Hollywood Reporter", que confecciona la lista teniendo en cuenta la carrera de esos candidatos en lo que llevamos de temporada de premios y, también, las nominaciones que tienen algunas cintas al Oscar. Por ejemplo,se incluye a Tate Taylor por el guión adaptado de "Criadas y señoras" porque ésta tiene a tres actrices nominadas (Viola Davis, Octavia Spencer y Jessica Chastain) y es candidata a mejor película. Del mismo modo, se acuerdan de David Fincher, nominado en los premios del DGA por "Los hombres que no amaban a las mujeres" pero ignorado en los Oscars a pesar de que su cinta aspira, entre otros, a los premios de mejor actriz, fotografía y montaje (que suelen venir acompañados muchas veces de la nominación también del director). Otros olvidos de la Academia recogidos en esa lista son los de "Young adult" (parece que el enamoramiento de los Oscar de Jason Reitman se ha acabado), el guión de "50/50", Leonardo DiCaprio por "J. Edgar" o Michael Fassbender por "Shame", otro olvido que ha dolido mucho por Internet (los comentarios de esta entrada en "Blog de cine" dan una idea de esto. A todo esto, en "The Hollywood Reporter" se olvidan de Tilda Swinton por "We need to talk about Kevin").

Sin haber visto aún "Shame", da la sensación de que toca un tema que no está dentro de la "zona de confort" de la Academia, y en cuanto a "Drive", es probablemente demasiado "marciana" para sus gustos. Si Ryan Gosling tenía alguna posibilidad de estar nominado este año era por "Los idus de marzo" (que tiene una nominación al mejor guión original), pero la inercia de esa película fue decayendo poco a poco desde su estreno en otoño. Y algo similar le pasó a "El topo", que cualquiera diría que entraba justo de lo que se puede considerar como oscarizable y que casi que tiene que dar gracias por que Gary Oldman esté, por fin, nominado al mejor actor. De todos modos, y de la lista larga de olvidos que podemos sacar, una de las discusiones más interesantes está dándose en el apartado de las bandas sonoras.

Cuando comentamos las nominaciones de los Oscar no hablamos de esta categoría, en la que John Williams es candidato por partida doble (por "Las aventuras de Tintín" y por "War horse"), en la que Alberto Iglesias consigue su tercera nominación, por "El topo" (las otras dos fueron por "El jardinero fiel" y "Cometas en el cielo"), y en la que el favorito parece Ludovic Bource por "The Artist", pero justo en "Blog de cine" hacen una interesante disección sobre las cinco candidatas y, más notablemente, sobre las opciones que podían haber entrado pero se quedaron fuera (y no, la música de Cliff Martínez para "Drive" no contaba porque fue descalificada, creo que porque suena en la película menos de un determinado porcentaje de tiempo, o algo así dicen las normas).

En ese post y en sus comentarios hablan, entre otras, de las músicas de Alexandre Desplat para "El árbol de la vida" y, sobre todo, la segunda parte de "Harry Potter y las reliquias de la muerte" (que tampoco logró colar a Alan Rickman entre los mejores secundarios), Michael Giacchino para "Super 8", Henry Jackman para "X-Men: Primera generación", Patrick Doyle para "Thor", Dario Marianelli para "Jane Eyre" o los ganadores del año pasado, Trent Reznor y Atticus Ross, para "Los hombres que no amaban a las mujeres".

26 enero 2012

Los que se perdieron

Desde 2004, el mayor cliché de la televisión estadounidense bien puede ser buscar "la nueva "Perdidos"". Ya hablamos de esto cuando se estrenó "Alcatraz", y lo hemos conentado muchas otras veces, sobre todo cuando se acabó la serie de la ABC. Pero es un cliché que se resiste a morir. Cualquier serie con un mínimo de misterio serializado se compara enseguida con "Perdidos" (mucho más si llega desde Bad Robot, la productora de J.J. Abrams), hasta el punto de que el asunto ya ha dejado de tener gracia. Sin embargo, y aunque las cadenas atraviesen ahora por un periodo dominado por los autoconclusivos en lugar de los seriales, los títulos de misterio no van a dejar de producirse así como así. De hecho, la ABC lo va a intentar de nuevo en febrero con "The river", y la gente de Abrams sigue buscando el modo de conseguir un procedimental de ciencia ficción con toques serializados que funcione.

Con todo esto, en "Blastr" han querido recordar a esas series que surgieron a la sombra de "Perdidos" pero fracasaron, fuera por las razones que fueran. En su lista, incluyen nueve, curiosamente en buena parte procedentes de la NBC y de la propia ABC, y todas fueron canceladas o en su primera temporada o, si tuvieron mucha suerte, en una segunda que, en realidad, tuvieron casi por compasión. Entre esos intentos de aprovechar el tirón de los náufragos de J.J. figuran completos fracasos como "Threshold", "Drive" (que apenas aguantó cuatro capítulos en Fox), "Persons unknown", "Surface" (aunque ésta tuvo sus fans, si bien no los suficientes), "The event" o esa gran decepción que terminó siendo "FlashForward", el intento más claro de ABC de asegurarse otro serial de culto antes del final de "Perdidos".

Luego están series fallidas que, sin embargo, aguantaron mucho más de lo que parecía, como "V" (que creo que era más un intento de una nueva "Battlestar Galactica") y "Dollhouse", y la que los chicos de "Blastr" consideran la mejor de todas, "Invasión". Al menos, era la que estaba hilando mejor el misterio y las historias de sus personajes, pero también fue la que tuvo el honor de iniciar la "leyenda urbana" de que el horario detrás de "Perdidos" era una sentencia de muerte. Entre eso y que, por culpa de que su punto de partida era un huracán que depositaba en un pueblo de Florida a unos extraterrestres marinos que se lanzaban a su propia "La invasión de los ladrones de cuerpos" justo muy poco después de que el Katrina arrasara Nueva Orleans, la ABC retiró gran parte de las promociones y la publicidad de la serie, e "Invasión" sufrió una lenta hemorragia de espectadores que provocó su cancelación al final de la primera temporada.

Lo cierto es que hasta podría añadirse otra más aquí, "Jericho", si no nos ponemos muy puristas. Esta historia del pueblo que sobrevive a lo que parece un ataque nuclear sobre Estados Unidos, quedándose totalmente aislados del exterior, tenía un misterio que realmente tenía potencial y gancho, pero estaba poblada por unos personajes tan planos, que ni siquiera el interés por saber si de verdad Jericho estaba sola y si el ataque estaba planeado desde dentro (o era obra de los chinos) servía para enganchar a la audiencia. Y eso que sus fans la resucitaron de entre los muertos cuando la CBS ya la había cancelado, sólo para que le dieran el pasaporte definitivamente tras una segunda entrega de ocho capítulos que no vio prácticamente nadie.

25 enero 2012

Marte en Manchester

Cuando se habla de esa manida "segunda edad de oro" de la televisión estadounidense, siempre se corre el riesgo de olvidarse de todo lo anterior a 2004, el año en el que se estrenó "Perdidos". Curiosamente, si trasladamos esa conversación a la ficción británica, el año que suele darse como punto de inflexión en el tipo de series que se estaba haciendo allí es 2006, cuando debutó en la BBC un título influenciado precisamente, y entre otras cosas, por "Perdidos"; "Life on Mars". Fruto de la colaboración entre tres guionistas, Tony Jordan, Ashley Pharoah y Matthew Graham, que en el fondo lo que querían hacer era homenajear las series de policías de los 70 que veían cuando eran pequeños, la mezcla de elementos fantásticos y policíaco setentero no ofrecía al principio mucha confianza a los jefes de la BBC, pero luego resultó ser la combinación ganadora para convertirse en un fenómeno en el Reino Unido y hasta tener después remakes en Estados Unidos y en España ("La chica de ayer"), remakes que no funcionaron tan bien como el original.

Porque si pensáis que el revuelo que se montó con el final de "Perdidos" fue de aúpa, la que se lió en las islas británicas cuando "Life on Mars" terminó, desvelando si Sam Tyler estaba muerto, loco o había viajado al pasado, como decía en los títulos de crédito, no lo desmereció en absoluto. Pero hasta llegar a ese punto, la serie tuvo dos temporadas, de 16 capítulos en total, si no recuerdo mal, en los que se metió al público al bolsillo haciendo que intentaran averiguar con Sam qué le había pasado tras tener un accidente en 2006 y despertarse en 1973. Sí, Sam resolvía en cada capítulo un caso con el resto de policías de esa comisaría de Manchester, con los consiguientes malentendidos y problemas de adaptación a los métodos policiales de los 70 y de esos detectives en concreto, pero en todos había siempre pequeñas pistas y nuevas preguntas que acrecentaban el misterio sobre la situación de Sam.

En realidad, la explicación verdadera de todo no se dio hasta el cierre de "Ashes to ashes", su spin-off, pero eso ahora no viene a cuento. Si "Life on Mars" triunfó, e inició un poco el camino para que en la televisión británica empezaran a probarse cosas nuevas, fue gracias en gran parte a aquel conjunto de personajes que comandaba Gene Hunt (estupendo Philip Glenister), un grupo de gente al que enseguida te enganchabas y que hacía pasar muy buenos ratos. La serie era muy entretenida, divertida, a veces inquietante con sus toques fantásticos y, desde luego, imaginativa y, por lo que parece para sus creadores, irrepetible, porque ninguno ha encontrado en solitario el éxito del que disfrutaron juntos.

Como curiosidad, los títulos de las dos series son, efectivamente, canciones de David Bowie de dos épocas diferentes, justo en las que se ambientan cada una de las producciones; "Life on Mars" y "Ashes to ashes". Y si veis la primera ahora, encontrareis un montón de caras que ahora son mucho más conocidas que entonces, incluidas Archie Panjabi y Joanne Froggatt.

24 enero 2012

El flashback de los Oscars

En muchos sitios se ha comentado que éstos parecen ser los Oscars de la nostalgia. Dos películas con homenajes a los inicios del cine, como "The artist" y "La invención de Hugo", lideran las nominaciones con 10 y 11 para cada una, respectivamente; Woody Allen regresa a la ceremonia con esa disertación sobre los peligros de la nostalgia que es "Midnight in Paris"; "My week with Marilyn" rasca también nominaciones contando el rodaje de "El príncipe y la corista" y hay bastantes más películas ambientadas en épocas pasadas con candidaturas, desde "Criadas y señoras" a "Albert Nobbs". Sin embargo, y aunque las favoritas son las que todo el mundo suponía (incluso las supuestas sorpresas no lo son tanto tras ver las nominaciones del SAG, por ejemplo, que entrega sus premios el domingo), no deja de resultar un poco refrescante encontrarse con algunos candidatos que no parecían tenerlas todas consigo a lo largo de la temporada de premios.

Como es tradición en este rincón bloguero, no vamos a comentar todas las nominaciones (que podéis ver completas aquí), sino que nos lanzaremos a esa especie de quiniela-comentario-locura de algunas de las candidaturas importantes, y de otras cosas curiosas que se hayan dado. Y recordad que, en las últimas ediciones, la película que tiene nominaciones a mejor director y mejor montaje tiene más opciones de llevarse el premio gordo.

PELÍCULA: Después de las diez candidatas del año pasado, la Academia decidió que instauraría un nuevo sistema por el que habría un mínimo de cinco nominadas y, después, entrarían las que superaran un determinado porcentaje de votos, hasta un máximo de diez. No sé si los Oscars han estado viendo demasiadas estadísticas de las votaciones para elegir al MVP de la temporada en la NBA, porque el sistema de elección es más o menos parecido. El caso es que "The artist", como no se han cansado de repetir por todas partes, podría ser la primera película muda que gana el Oscar desde 1927, y la primera en blanco y negro desde "La lista de Schindler", creo."Los descendientes" parece ser su gran rival, pero hay quien da también sus opciones a "La invención de Hugo". Las otras seis candidatas son "Moneyball", "Criadas y señoras", "Midnight in Paris" (regreso de Woody Allen por todo lo alto), "El árbol de la vida", "War horse" y "Tan fuerte, tan cerca", a pesar de las críticas que la acusan de hacer explotación emocional del 11-S.

DIRECTOR: Como siempre, esta categoría la verdadera criba de las películas que cuentan de verdad para el gran premio final. Se diría que Michel Hazanivicius, Alexander Payne y Martin Scorsese (por aquello de que es Scorsese) son el trío de favoritos, mientras Terrence Malick y Woody Allen son los convidados de piedra. Allen, por cierto, no estaba nominado a mejor director desde 1994, con "Balas sobre Broadway".

ACTOR PRINCIPAL: ¿George Clooney o Jean Dujardin? Ahí parece que está el meollo. Se han ido alternando en los premios de los críticos y, en los Globos de Oro, uno ganó en drama y el otro en comedia, así que todo está en el aire. La sorpresa de esta categoría es Demián Bechir, nominado por la poco vista "A better life", pero que también tuvo nominación en los premios del SAG, y a Gary Oldman le cae su primera nominación por su estupendo y muy poco histriónico trabajo en "El topo", a la que parece que los BAFTA han dado un empujoncito para figurar en los Oscars más prominentemente de lo que parecía hasta hace unas semanas.

ACTRIZ: Si nos fiamos de lo visto ahora, el Oscar está entre Meryl Streep (que bate todos los récords con su 17ª candidatura) y Michelle Williams, con Viola Davis bien posicionada para dar una sorpresa. Glenn Close no falta tampoco a la cita por "Albert Nobbs", y la que es un poco la bocanada de aire fresco es Rooney Mara, punta de lanza de las nominaciones, casi todas técnicas, de "Los hombres que no amaban a las mujeres".

ACTOR SECUNDARIO: Christopher Plummer parece el gran favorito por "Beginners", pero hay quien cree que Max Von Sydow podría aguarla la fiesta. Si no son ellos, ¿alguien se atreve a descartar a Kenneth Branagh por hacer de Laurence Olivier en "My week with Marilyn"?

ACTRIZ SECUNDARIA: Octavia Spencer y Jessica Chastain representan aquí de nuevo a "Criadas y señoras", y algo muy raro, como que el huracán Melissa McCarthy sea imparable, tiene que pasar para que Spencer pierda. ¿Puede la ola de amor por "The artist" propulsar a Berenice Bejo?

Algunas de las sorpresas más notables han llegado en la categoría de guión original, con candidaturas para "Nader y Simin, una separación" (favorita también como película extranjera) y para "La boda de mi mejor amiga", que parece que ocupa el hueco que otros años tienen aquí las cintas independientes que más habían sonado entre los críticos, como "50/50". Si nos ponemos en plan chovinista, la representación española se reparte entre "Chico & Rita", candidata a mejor cinta de animación, y la tercera nominación de Alberto Iglesias a mejor banda sonora, esta vez por "El topo", y ese sistema instaurado en la candidatura de mejor canción de incluir sólo las que superen determinado número de votos la deja en únicamente dos posibilidades, de "Los Muppets" y de "Rio" (ésta última, de pesos pesados de la música brasileña como Sergio Mendes y Carlinhos Brown). El 26 de febrero sabremos si los premios se pliegan al guión establecido o tenemos sorpresas.

23 enero 2012

Precios por episodio y charlas pre-Oscar

Hace unas semanas, durante la gira de invierno de la TCA, los fans de "Fringe" sufrieron un sobresalto cuando Kevin Reilly, el mandamás de Fox, dijo que la serie seguía en el aire por una cuestión de orgullo personal, que les hacía perder dinero y que tenían que sentarse con el estudio que la produce (Warner) para encontrar opciones que convirtieran si emisión en beneficiosa para todo el mundo. Lo que quiere decir que otra vez vamos a oír hablar de las license fees y todos los apaños que pueden darse en estas negociaciones entre estudios y cadenas para decidir qué hacen con las series cuyo futuro no está claro. Estas license fees, que son el precio por capítulo que el estudio le pone a la cadena, son siempre el caballo de batalla en todos los casos en los que renovación o cancelación no dependen tanto de la audiencia como de otras cuestiones. El ejemplo de "Chuck" en la NBC es muy claro.

J.J. Abrams declaraba a "TV Line" que era razonablemente optimista sobre las posibilidades de que "Fringe" tuviera una quinta temporada, como dando a enter que tanto Fox como Warner tenían, al menos, la voluntad de buscar un acuerdo. El hecho de que, con 13 episodios más, la serie llega a los 100, el número mágico de la sindicación (aunque es muy cierto que hay series que se han sindicado con 88), las posibilidades de que Warner recupere la inversión en ventas en DVD y otros asuntos colaterales, las opciones que vea la cadena para programar en viernes en lugar de "Fringe"... Como de costumbre, hay muchas variables en juego y no hay modo de poder adelantarse a lo que va a pasar.

Por cierto, Kevin Reilly es ese señor con pinta de Roger Sterling en la foto, al lado de J.J. Abrams.



Mañana se anuncian las nominaciones a los Oscars y, en todas estas semanas previas de temporada de premios, han vuelto a aparecer esas tradicionales mesas redondas de los medios que cubren Hollywood con algunos de los actores y directores de los que más se ha hablado entre noviembre y ahora, como el vídeo de arriba, que pertenece a una mesa de "Newsweek" del año pasado (en ese fragmento, James Franco y Michelle Williams hablan sobre sus inicios en televisión). En el "Los Ángeles Times", por ejemplo, tienen un encuentro muy interesante con George Clooney, Martin Scorsese, Michel Hazavinicius, Stephen Daldry y Alexander Payne en el que cuentan sus trucos como directores, las dificultades que a veces tienen y qué es lo que les mueve a decidirse por hacer esta película, y no otra.

También la mesa de "Newsweek" con actores es muy interesante y, sobre todo, divertida. Michael Fassbender, Charlize Theron, Christopher Plummer, Viola Davis, George Clooney (otra vez) y Tilda Swinton intercambian opiniones sobre el estado de la industria, los peores trabajos que han tenido, sus trucos para preparar los personajes y hasta hacen alguna que otra imitación.

P.D. podcastero: Y no, en "Yo disparé a J.R." no hablamos de cine ni de Oscars, pero tenemos esta vez la presencia de Montse Cebrián, de "ByTheWay", para hablar sobre "Alcatraz" y su puesto en el universo Abrams. Otros temas que tocamos son "Are you there, Chelsea?" y el personaje que es Chelsea Handler, las primeras impresiones sobre "Smash", el inicio de la tercera temporada de "Justified" y un comentario sobre las últimas evoluciones en "The good wife". Os dejo el menú del podcast, que podéis conseguir en el blog:

- 0': "Are you there, Cheksea?"
- 7': "Smash"
- 18': "Alcatraz"
- 44': La tercera temporada de "Justified"
- 55': "The Good Wife" (spoilers hasta el 3x13)

22 enero 2012

La chica del dragón



Siempre me ha resultado curioso que, en sus ediciones en inglés, se decidiera cambiar el título del primer libro de la trilogía "Millenium", de Stieg Larsson, por "La chica con el tatuaje del dragón" en lugar de "Los hombres que no amaban a las mujeres". No sé si es que pensaban que el inglés "Men who hate women" sonaba demasiado fuerte, pero resulta curioso porque pone desde el principio el acento en la verdadera protagonista y centro de los tres libros: Lisbeth Salander. En la primera adaptación al cine (o a televisión, en realidad) que se hizo del libro en Suecia, Salander era mucho más prominente que el otro protagonista, Mikael Blomkvist, y el retrato que Noomi Rapace hacía de ella elevaba lo que era, por otro lado, un thriller bastante estimable. David Fincher también sabe que ella es la clave de toda la historia y sabía que acertar en su presentación era fundamental para lograr que la película funcionara, y consigue que Rooney Mara no sólo sea esa Lisbeth capaz de vengarse de modos muy imaginativos y, si se lo propone, muy violentos, de quienes le han hecho daño; también logran transmitir que no es una superheroína, que es una chica que podría ser corriente si no estuviera en las circunstancias en las que está.

A Larsson le interesaban mucho los crímenes contra las mujeres y cómo, muchas veces, sus perpretadores no sólo salían impunes sino que hasta tenían buenas reputaciones públicas. Es ese lado oscuro del ideal escandinavo que todos los escritores de novela negra de allí, empezando por Per Wahlöo y Maj Sjöwall, muestran asomando por debajo de una sociedad con una fachada de aparente perfección. Toda la podredumbre sobre la que se construye dicha sociedad asoma con más fuerza en los siguientes dos libros de "Millenium", y éste es nuestra introducción a Blomkvist y, especialmente, a Salander, a las peculiares circunstancias que la rodean, a su carácter y cómo ha logrado salir adelante hasta ahora. La investigación de la desaparición de Harriet Vanger no es más que la excusa, la canica que pone en marcha una cascada de consecuencias que nos llevarán a que conozcamos todo el pasado de Lisbeth y la verdadera razón por la que es como es.

Eso será si Sony decide producir las otras dos secuelas (de momento, parece dispuesta, aunque la taquilla no ha sido especialmente notable hasta ahora), en las que se desvela definitivamente que toda la historia, a pesar de llevar el nombre general de la revista para la que trabaja Blomkvist, es sobre Salander. Es de suponer que esas dos tendrán el mismo problema de entrada que "Los hombres que no amaban a las mujeres", y es la pérdida del factor sorpresa que pueden sentir bastantes espectadores que no sólo hayan leído los libros sino que, además, hayan visto las adaptaciones suecas. La cinta de Fincher ha sido acusada de fría, pero si yo no recuerdo mal, los libros de Larsson no son nada sentimentales; como mucho, están escritos desde la rabia y la indignación, y tal vez eso sí que no se traslade a la pantalla en ninguna de las dos encarnaciones cinematográficas.

Aun así, esta nueva "Los hombres que no amaban a las mujeres" realmente merece la pena. Aprovecha bien esos exteriores helados y aislados y esos interiores funcionales y austeros para construir una atmósfera de falsa quietud (algo a lo que ayuda una banda sonora más bien ambiental, pero sensacional, de Trent Reznor y Atticus Ross), y logra que funcione una pareja tan poco convencional como la de Mikael y Lisbeth. Y cierran la película de un modo que la dibuja mejor a ella y nos hace entenderla mejor, aunque tomen prestado un pasaje del segundo libro. Si finalmente deciden convertir en película "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina", tengo mucha curiosidad por verlo.

P.D.: Por cierto, si habéis leído los libros (o visto las películas suecas), reconoceréis muchos pasajes de los títulos de crédito de "Los hombres que no amaban a las mujeres", porque cuentan un poco la trayectoria de Lisbeth a lo largo de la trilogía.

Música de la semana: Hace un par de semanas, Emma Swan atravesó en "Once upon a time" por un momento de esos de "voy a destrozarlo todo" que en las series gustan de ambientar con música muy guitarrera (cuando Jack decide autodestruirse en "Perdidos" lo hace al ritmo de Nirvana, por ejemplo). En este caso, optaron por Sonic Youth y "Kool thing"

20 enero 2012

Ha nacido una estrella

Por mucho que ahora despotriquemos de ella, tenemos que agradecerle a "Glee" (y al Oscar a la mejor película que ganó "Chicago") que la NBC vaya a estrenar una serie ambientada entre las bambalinas de un musical de Broadway como "Smash". Los productores del drama así lo reconocen, y la cadena tiene grandes esperanzas en ella. La va a programar a las 10 de la noche, lo que ya da una idea de que buscarán algo un poco más complejo y en la línea de la que reconocen que es su gran inspiración, "El ala oeste de la Casa Blanca", la estrenarán justo el día después de la Super Bowl y detrás de "The Voice", que intentará capitalizar la audiencia que lo viera el domingo, al finalizar la final de la NFL, y han querido seguir una estrategia similar a la de Fox con "New Girl" al ofrecer el piloto para su visionado a través de Hulu, la web de la cadena y varios servicios de vídeo bajo demanda semanas antes de su estreno oficial, el 6 de febrero, apoyándolo todo con pases en teatros de varias ciudades seguidos de una sesión de preguntas y respuestas con algunos de sus responsables (una táctica bastante más común de lo que parece).

La NBC confía en ir construyendo un buen boca-oreja que lleve, por lo menos, a crear curiosidad entre el público por ver la serie, y luego ésta tendrá que sostenerse por sus propios méritos. Viendo el piloto, hay material para ello en esta crónica del montaje, desde sus mismos cimientos, de un musical sobre Marilyn Monroe, una crónica que nos da los puntos de vista de los compositores de la música, del director, de la productora, de las actrices que pelean por ser Marilyn y de todo lo que pasa cuando hay mucha gente persiguiendo que sus sueños se conviertan en realidad. Su creadora, Theresa Rebeck, y el resto de responsables de "Smash" aseguran que buscan el mayor realismo posible, y ese esfuerzo se nota desde el piloto (en el local de ensayo, por ejemplo, durante la presentación del cachondo número del béisbol). Da la sensación que van a aprovechar todo lo que puedan los escenarios naturales y la calle, para que se note que, además de estar ambientada en Nueva York, se rueda allí.

Buena parte de las posibilidades de éxito de "Smash", al menos de éxito masivo, descansan sobre los hombros de Katharine McPhee, aunque luego vaya a ser bastante más coral. McPhee se hizo famosa en Estados Unidos gracias a la quinta edición de "American Idol", en la que llegó a la final (y cantó allí, curiosamente, "Over the rainbow", la misma canción con la que se abre la serie) y lleva ya un par de años dedicada más a su faceta de actriz que a la de cantante. Su papel es el de la joven que llega a Nueva York en pos del sueño de actuar en Broadway, la joven que bien puede convertirse en una gran estrella de las tablas saliendo casi de la nada. Junto a ella, la que puede apuntar a ser la revelación de la serie es, precisamente, una veterana de Broadway, Megan Hilty, que interpreta a la bailarina del coro que lleva años esperando su gran oportunidad. Las dos ofrecen diferentes facetas de Marilyn y resulta muy interesante verlas presentadas una al lado de la otra.

Aunque "Smash" apunte maneras, lo que está siendo muy interesante también es leer los reportajes que se han ido publicando, en estas semanas previas al estreno, sobre cómo se está rodando, la gente, con mucha experiencia teatral, que está detrás de ella y los planes que podría haber si resulta el éxito que la NBC espera. El reportaje de "New York Magazine" ilustra bastante bien las complejidades que entraña la serie y cómo, si todo sale bien, puede salir realmente bien. Y hay que reconocer que las dos canciones originales que suenan en el piloto, obra del combo Marc Shaiman-Scott Weittman, son tan pegadizas como aquel "Good morning, Baltimore" que escribieron para "Hairspray". Con un poco de suerte, la NBC sí puede tener, por fin, una estrella.

19 enero 2012

La caída de Don Draper

Siempre hay gente dispuesta a buscar polémicas absurdas en cualquier parte. El minimalista y estupendo póster de la quinta temporada de "Mad Men" (que demuestra el estatus que tiene la serie en la cultura popular al saber que es de ella sin necesidad de ver su título) ha levantado algunas quejas de gente que cree que es un recordatorio poco respetuoso al 11-S, gente que imagino que nunca ha visto los títulos de crédito de la serie. Para los fans, sin embargo, bien puede ser una metáfora de lo que les pueden deparar esos nuevos episodios, que se han retrasado más de un año por los problemas de AMC para llegar a un acuerdo con Lionsgate y Matthew Weiner paa renovar la serie. O puede ser, también, una metáfora del tema de toda la serie desde el principio, que no es otro que la caída de Don Draper desde la cima.

Draper es ese arquetipo tan del gusto de los americanos del hombre hecho a sí mismo, en este caso, muy literalmente. Lo conocemos en la cúspide de su vida, habiendo alcanzado ese sueño americano que él contribuye a extender gracias a sus anuncios, pero al mismo tiempo es el ejemplo de las trampas y de las mentiras ya implícitas en ese supuesto ideal de vida al que aspirar. Tiene un trabajo por el que es respetado y gana mucho dinero, tiene una hermosa esposa, dos niños y la consiguiente casa con valla blanca en un suburbio residencial, ¿pero es suficiente? ¿Es de verdad la cúspide de su vida?

No sé si alguna vez os he contado mi historia de desencuentros y trenes perdidos con "Mad Men". Cuando se estrenó, en el verano de 2007, decidí ver el primer episodio para comprobar si todas las entusiastas críticas que llegaban de Estados Unidos estaban justificadas, y aunque me intrigó lo suficiente para seguir con ella, ese verano sufrí varios problemas técnicos con el ordenador que derivaron en un serio retraso tanto con ella como con "Damages". Ésta última la terminé retomando, pero "Mad Men" no, y se fue quedando ahí, arrinconada, a la espera del momento propicio. Éste no llegaba nunca porque, además, la fascinación que se desató con ella, los elogios hiperbólicos, la lluvia de Emmys y el fenómeno que surgió a su alrededor consiguieron el efecto contrario de lo que se proponían, que es que empezara a tomarle un poco de manía a la serie. A eso contribuyó también Matthew Weiner, un tipo que se libra de que los periodistas lo cruficiquen como a Veena Sud porque él ha creado "Mad Men" y no "The Killing", pero que ha demostrado más de una vez que está un poquito demasiado encantado de haberse conocido.

Pero en esas contradicciones que ni yo misma entiendo, aunque no veía la serie, leía todo lo que se publicaba sobre ella, seguí con interés esas negociaciones bizantinas para tener una quinta entrega y, finalmente, cayó en mis manos un pack con las cuatro temporadas emitidas hasta ahora que era la excusa que estaba necesitando para ponerme al día antes del 25 de marzo. Ése es mi objetivo, aunque no sé si lo conseguiré, pero ya puedo decir que, si bien Weiner me sigue pareciendo un divo pagado de sí mismo, no se puede negar que "Mad Men" es una de las mejores series recientes. Ya os iré contando cómo va este proyecto.

P.D.: Sabía que había visto una promoción de "Mad Men" que utilizaba el "You know I'm no good" de Amy Winehouse, y esa era el trailer de su primera temporada.

18 enero 2012

¿Dónde he visto esa cara? (2)

¿Qué puede haber más entretenido que momentos de casifamosez de actores conocidos? Intentar averiguar de qué nos suenan algunos cuando los vemos fuera de su elemento, en películas que no tienen nada que ver con la serie en la que aparecen asiduamente o en series en las que empezaron a trabajar, hace ya más tiempo del que ellos recuerdan. ¿Estáis listos para bucear en San Google y Santa Imdb? ¿Están vuestras células grises listas para ser utilizadas tanto como lo hacían las de Hércules Poirot? Pues vamos allá.

No era ésta la foto de esta película que yo pretendía usar, pero luego no he podido resistirme. Por las pintas, evidentemente, es de los 80, dirigida por un director que fue de los que definió los 80, y con dos actores que estaban entonces empezando a despuntar (bueno, ya había despuntado, de hecho). ¿Seríais capaces de decir quiénes son esos dos actores, qué película era ésta y, de paso, qué actriz interpretaba a la mujer del rubio de la derecha?

Y aquí tenemos otra pareja, que en esta miniserie (¡pista!) sólo lo era profesionalmente. A él se le reconoce muy fácilmente, y ella podría sumar otra nominación al Oscar a mejor secundaria a la que ya recibió el año que Hillary Swank ganó su primer Oscar a la mejor actriz. Estuvo nominada este año a los Globos de Oro, por si necesitáis ayuda. ¿Os atrevéis a adivinar no sólo quiénes son, sino el título de esa miniserie?

¿Quién se esconde detrás de esas gafas? ¿Sois capaces de adivinarlo? Porque el título de la serie es bastante sencillo, no hay más que identificar a la actriz de la izquierda, y listo.


Eso de estar ambientada creo que en el siglo XVII tiene sus cosas, como que todos los actores lleven unas pintas interesantes. Es probable que alguno hayáis visto esta miniserie pero, si no, saber quiénes son esos tres buenos mozos no creo que sea muy difícil.

Por último, desde una miniserie que es una auténtica mina para esta sección, llega este imberbe chaval que ahora está en la cresta de la ola. ¿Sabéis quién es y de qué serie se trata?

Las soluciones, aquí mismo, mañana.

Actualización:  Ya veo que no se os resiste una, ¿eh? Vamos entonces con las soluciones:
1. Alec Baldwin y Kevin Bacon en "La loca aventura del matrimonio", loco título español de "She's having a baby", de John Hughes. Elizabeth McGovern interpretaba a la mujer de Bacon.
2. Hugh Bonneville y Janet McTeer (que podría ser nominada al Oscar por "Albert Nobbs"), en la miniserie "Five days", que seguía la desaparición de una mujer desde el punto de vista de su familia, la prensa y los policías.
3. Christine Baranski en "Cybill". Sí, la de la derecha es Cybill Shepherd.
4. Dominic West, Michael Fassbender y John Simm en "The devil's whore". La actriz de la foto, por cierto, es Andrea Riseborough, la protagonista de "W.E.", la nueva película como directora de Madonna.
5. Tom Hardy en "Hermanos de sangre".

17 enero 2012

Los nuevos

Cuando Dwight Howard llegó a la NBA, los periodistas lo saludaron comparándolo con otro pívot dominante que aún estaba en la cima de su carrera, Shaquille O'Neal. Hasta llegaron a adjudicarle el mismo mote que le dieron a Shaq durante mucho tiempo, "Superman", y la etiqueta de "el nuevo Shaquille" siguió persiguiendo a Howard durante bastante tiempo (para la ira de O'Neal, al que nunca le ha gustado mucho compartir los focos). De un modo similar, cuando Matthew McConaughey irrumpió en Hollywood con "Tiempo de matar", sus rubios cabellos y sus ojos azules le ganaron el apodo de "el nuevo Paul Newman", un apodo que el tiempo ha demostrado que le quedaba muy grande. La obsesión por encontrar descendientes e hijos bastardos de personajes famosos, de películas y de series de éxito no es en absoluto una novedad, y nunca se va a erradicar ni del periodismo deportivo ni del de espectáculos, pero a veces se convierte en una manía que termina por agotar.

Anoche se estrenó en Fox "Alcatraz", la nueva serie salida de la factoría J.J. Abrams, y si nos dieran diez céntimos por cada titular que ha añadido a su lado la coletilla "la nueva "Perdidos"", a estas alturas seríamos tan ricos como si nos hubiera tocado el Gordo de Navidad. Esa coletilla, por supuesto, está ahí sólo para llamar nuestra atención y para situarnos rápidamente en el "género" de la serie, pero no le está haciendo a nadie ningún favor. Y eso que tener una cárcel en una isla misteriosa y a Jorge García deambulando por ahí son guiños evidentes a la serie (igual que las barritas Apollo en "Once upon a time"), pero no parece que luego vaya a haber muchas más similitudes. Lo más curioso es leer críticas del piloto que buscan trazos de aquel espectacular primer episodio de "Perdidos", algo que hasta ha llevado a algún crítico estadounidense (no recuerdo cuál) a preguntarse si a las mentes pensantes de Bad Robot se les ha secado el pozo de las ideas.

Todo esto es curioso porque recuerda mucho a lo que se decía de "Fringe" en su primera temporada. Se la comparaba desfavorablemente con "Perdidos", se decía que su esquema procedimental era un lastre, que su protagonista principal no tenía carisma... Ya sabemos todos cómo ha evolucionado después esa serie. Esto no quiere decir que "Alcatraz" no vaya a seguir el camino de "Undercovers" en lugar del de "Fringe". pero sí que nos muestra los riesgos de emitir juicios sobre toda una serie basándonos sólo en el piloto. O, más en concreto, de dejar que las comparaciones dictadas por el marketing dirijan las críticas sobre el piloto. Pero a quién queremos engañar, esto nunca va a cambiar y todos caemos siempre en la misma trampa. Todo es siempre una nueva versión de algo anterior.

P.D. podcastero: La edición de esta semana de "Yo disparé a J.R." tiene gran protagonismo de las comedias de media hora, o de series que nos intentan colar como comedias de media hora. Además de hacer un rápido comentario a los ganadores de televisión de los Globos de Oro, repasamos el estreno de "House of Lies", el regreso de "30 Rock" y la evolución de "Up all night", y dedicamos un buen rato a hablar sobre "American Idol" y "The X Factor" con Cristina Garde, de "Las ruinas de Invernalia" entre otras cosas. No nos olvidamos de "Fringe", no. El menú del día es éste y, como siempre, podéis escucharlo y descargarlo a través del blog:

- 0': Los ganadores de los Globos de Oro
- 9': "House of Lies"
- 18': La sexta temporada de "30 Rock"
- 27': "Up all night"
- 36': "American Idol"
- 67': "Fringe" (spoilers hasta el 4x08)

16 enero 2012

Los Globos de la vieja guardia

Que Ricky Gervais estuviera mucho más recatado que el año pasado, y en la línea de su primera presentación de los Globos de Oro, ha sido lo más comentado de esta nueva edición de los premios de Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, y si eso es lo más comentado y no los galardones, ya os podéis hacer una idea de cómo de sosa fue la gala. Por mucho que, en el cartel, Gervais bromeara sobre cortarse la mordaza, se mordió la lengua y se guardó sus dardos más hirientes contra la propia HFPA, contra sí mismo, contra Madonna (que le respondió en plan "hace mucho que no beso a una chica, Ricky") y contra Colin Firth ("Es muy racista, le he visto pegar a un gatito ciego").

El resultado fue una gala en la que Gervais casi no apareció, en la que predominaron larguísimos discursos de agradecimiento y en la que hubo muy pocos momentos que se salieran de la monotonía. Hasta Dustin Hoffman parecía aburrirse cada vez que lo enfocaban entre el público (aunque las dos veces que enfocaron a la mesa de "The Hour" parecían estar pasándoselo en grande). En su apartado de cine sirvió, por lo menos, para clarificarles las cosas a los "Oscarólogos", que no terminaban de ver una favorita en medio de la temporada de premios. Los galardones de los sindicatos lo dejarán aún más claro en unos días pero, de momento, "Los descendientes" y "The artist" parten como favoritas tras haber ganado los Globos a mejor drama y mejor comedia, repitiendo premios luego para sus actores, George Clooney y el "George Clooney francés", un Jean Dujardin que estuvo encantador, y breve, en su discurso de agradecimiento. Ninguna de las dos pudo llevarse también el Globo a mejor director, porque ese le cayó a Martin Scorserse por "La invención de Hugo", en el que fue uno de los muchos galardones que se llevaron estrellas ya consagradas de Hollywood, incluyendo el de "Las aventuras de Tintín" como película de animación, que recogió Steven Spielberg.

En cine no hubo sorpresas. Octavia Spencer y Christopher Plummer reafirmaron su condición de favoritos a actores secundarios y Meryl Streep y Michelle Williams hicieron buenos también los pronósticos que las daban como ganadoras an actriz de drama y de comedia. Ellas dos, Viola Davis y tal vez Glenn Close van a verse las caras con casi total seguridad en los Oscars el mes que viene, pero yo sigo teniendo la sensación de que Williams es un poco más favorita por dar vida a Marilyn Monroe, que justo ganó un Globo de Oro en 1960 por "El príncipe y la corista", la película cuyo rodaje se cuenta en "My week with Marilyn".

En televisión sí que hubo alguna que otra novedad entre los premiados, aunque también se notó el peso de la vieja guardia con, por ejemplo, el premio de Kelsey Grammer a mejor actor de drama por "Boss", una serie que Starz ha hecho justo para esto, para que Grammer engorde aún más su listado de galardones. Con él, Matt LeBlanc por "Episodes" (una pequeña sorpresa relativa, que los Globos lo nominaron en su momento por "Joey"), Laura Dern por "Enlightened" y Jessica Lange a mejor secundaria por "American Horror Story" pusieron la nota de la veteranía, mientras "Modern Family" le arrebató por fin a "Glee" el trono de mejor comedia en estos premios. El discurso en español y en inglés de Sofía Vergara y Steve Levitan, en teoría "traduciendo" lo que ella decía, precedido por Antonio Banderas recitando a Calderón de la Barca, fue uno de los puntos álgidos de la noche, igual que lo fue ver a Felicity Huffman y William H. Macy cantando a capella para presentar el premio a mejor secundaria, que se llevó Lange.

Y aunque ganara "Downton Abbey" a mejor "miniserie", como estaba previsto, y Kate Winslet volviera a ganar por "Mildred Pierce", que un muy elegante Idris Elba se llevara el premio a actor de miniserie por "Luther" no era tan esperado, y aunque se lo mereciera, tampoco estaba tan cantado que "Homeland" ganaría como mejor drama. El premio a Claire Danes sí era evidente, y aprovechó para corregir un olvido que tuvo cuando se llevó su primer Globo, a los 15 años por "Es mi vida", cuando estaba tan abrumada por todo que no se acordó de agradecérselo a sus padres. Como hemos dicho, con algunas excepciones, muy pocos discursos se ajustaron a la brevedad que Gervais pidió a los premiados ("Agradeced a Dios y a vuestro agente. Los dos han tenido la misma importancia para traerme hasta aquí"), y eso no contribuyó a darle más ritmo.

Eso sí, en lo que respecta a los vestidos y las parejas de presentadores, sí hubo algunas curiosidades. Ejemplos: Katharine McPhee y Debra Messing promocionando "Smash", Michelle Williams en plan niña buena, Tina Fey y Jane Lynch demostrando que la segunda tiene que salir en "30 Rock" ya, Peter Dinklage confirmando que "Juego de tronos" lo ha consagrado, Antonio Banderas y Salma Hayek, los chicos de "Modern Family" haciendo el tonto en el backstage, Damian Lewis y Claire Danes con los premios de "Homeland", Uggie con el Globo de "The Artist", Berenice Bejo y Michel Hazanivicius celebrando sus éxitos con un beso, las hermanas Deschanel en la alfombra roja, el extraño teñido de Kelly Osbourne, el atractivo matrimonio David Benioff-Amanda Peet, los maduritos interesantes Josh Brolin y Diane Lane, Shailene Woodley dando el salto desde ABC Family a las alfombras rojas o el original vestido de cisnes recortados de Dianna Agron. Si queréis ver más modelitos de la alfombra roja, la galería de "The New York Times" los resume muy bien.

15 enero 2012

Los trucos de Sherlock Holmes

La segunda temporada de "Sherlock" parece que está siendo la de las quejas por parte de los espectadores. En el primer capítulo, "A scandal in Belgravia", dichas quejas vinieron por incluir un desnudo femenino antes de las 9 (hora en la que termina la "protección infantil", como si dijéramos), y en el segundo, "The hounds of Baskerville", dichas protestas vinieron porque los críticos, en realidad, pensaban que las tramas de la serie eran demasiado retorcidas. No hay más que leer "El valle del terror" para darse cuenta de que a Arthur Conan Doyle le iban mucho las tramas retorcidas y, más que retorcidas, las soluciones a los casos venidas de ninguna parte. De repente, en determinado momento, Holmes se marcha nadie sabie dónde, y sin que él explique por qué, y cuando regresa, da la casualidad de que ha resuelto el caso tras ir a Estados Unidos y descubrir allí que su cliente tenía antiguos enemigos que lo han seguido hasta Inglaterra.

La vuelta de tuerca que Steven Moffat y Mark Gatiss dan a las historias de Conan Doyle no simplifica esas tramas y respeta el hecho de que, muchas veces, Holmes las soluciona porque sabe algo que no nos dice. Consiguen presentar historias que pueden ser muy conocidas, como la de "El sabueso de los Baskerville"" (mi favorita de todas las de Holmes, por cierto), bajo una luz que las hace parecer nuevas, retocando un par de cosas por aquí, cambiando otras por allá y respetando otras, y basando toda la serie en la relación entre Sherlock y Watson, aquí bastante más de iguales que en las películas que protagonizaba Basil Rathbone, por ejemplo. Es muy cierto que su Holmes es más claramente un sociópata, un tipo tan inteligente, que casi ha cortado cualquier relación con el resto de la humanidad, pero también es interesante ver cómo su amistad con John le humaniza poco a poco (en ese aspecto, y si me perdonáis la comparación, Sherlock es un poco Temperance Brennan).

Conan Doyle publicó sus "aventuras" de este detective por entregas, en la revista "The Strand", y llegó a adquirir tal fama, que él decidió matarlo. Estaba harto de que un trabajo que consideraba menor le hiciera sombra a otras obras que, para él, sí eran importantes, como sus novelas históricas. Pero ya sabemos que, para entonces, Holmes había adquirido vida propia, y hasta otros autores han terminado escribiendo historias sobre él ("Las hazañas de Sherlock Holmes", de John Dickson Carr y Adrian Conan Doyle, es muy recomendable). Su personaje ya estaba indisolublemente unido a él, y ni su interés por el espiritismo podía evitar que siguiera escribiendo historias sobre su excepcional mente y su capacidad de observación y deducción.

Moffat y Gatiss disfrutan con este personaje, y Benedict Cumberbatch tiene que disfrutar con esas parrafadas, dichas más rápido de lo que Matt Smith habla a veces en "Doctor Who", y se nota. En "Sherlock", se nota que todos los implicados la hacen porque se lo pasan bien con ella, y que todos conocen el mundo que creó Conan Doyle y aplican esa máxima de que una vez se elimina lo imposible, lo que queda, por muy improbable que parezca, tiene que ser la verdad.

Música de la semana: Los fans de "Mad Men" ya están salivando con la perspectiva de que el 25 de marzo, muy posiblemente, regrese la serie a AMC. Para celebrarlo, vamos a quedarnos con una peculiar elección que usan para cerrar uno de sus episodios de la primera temporada, y es peculiar porque The Cardigans no es un grupo de los 60. No obstante, "The great divide" ilustraba bien el cierre de ese capítulo en cuestión.

13 enero 2012

Los fantasmas de Alcatraz

Hace casi 50 años que la isla de Alcatraz ya no se emplea como prisión, pero eso no ha impedido que siga teniendo un puesto muy importante en el imaginario colectivo. Quizás el hecho de ser una isla en medio de la bahía de San Francisco, con fama de inexpugnable y de estar rodeada de aguas infestadas de tiburones ayude a cimentar ese puesto casi de leyenda, además de que siempre ha resultado muy cinematográfica, y tiene detrás una historia tal, que está claro que en algún momento tenía que haber una serie de Bad Robot centrada en ella. El lunes, Fox en Estados Unidos (y el martes, TNT en España) estrena "Alcatraz", el nuevo título que tendrá que soportar comparaciones incesantes con "Perdidos" (y con "Fringe". Veo ahí un crossover potencial que no deberían dejar pasar) por tener como punto de partida la misteriosa desaparición de más de 300 personas de una isla una noche de 1963, y su gradual reaparición en 2012 para desconcierto de la policía, el FBI y, por supuesto, ellos mismos.

Evidentemente, la cosa es más complicada de lo que parece, pero no voy a ser yo quién os diga las cosas que aprendemos en el primer capítulo (muchas, eso sí puedo decirlo) para no estropearos la diversión. Lo que sí se puede adelantar es que da la sensación de que el esquema básico de la serie va a ser el de "el preso de la semana", con la detective Madsen, el doctor Soto y el agente federal Hauser persiguiendo cada episodio a alguno de los fantasmas de Alcatraz vueltos a la vida. Sí, tenemos el misterio de qué pasó con ellos y por qué (podéis recordar "Los 4.400" si queréis), pero si se preocupan también por mostrar el impacto que puede llevarse un hombre que, de la noche a la mañana, se encuentra en 2012 en lugar de en 1963, pueden añadir una capa muy interesante a la serie.

El estreno oficial del lunes será doble, pero como yo vi "Alcatraz" en un preestreno, sólo he podido ver un capítulo, en el que tienen que presentar en 45 minutos la premisa de la serie y al equipo de personajes principales, y dejar que Sam Neill sea un poquito inquietante, que se le da bien. Y como es casi tradición en los títulos de Bad Robot, su principal protagonista es una actriz no muy conocida, Sarah Jones, pero a la que a lo mejor alguno recuerda haber visto en "Big Love" o "Sons of Anarchy". Jones es la policía testaruda que se mete en todo este jaleo alrededor de Alcatraz porque se obsesiona por averiguar la verdad de determinado caso, y está claro que su relación con Hauser, el papel de Sam Neill, va a tener sus dosis de tira y afloja. Y sí, también anda por ahí Jorge García todavía muy en plan Hurley, pero apunta que puede formar un dúo realmente simpático con Jones.

P.D.: De regalo, os dejo el trailer de "La roca", la mejor película de Michael Bay (hay quien dice que es la única buena que ha hecho).

12 enero 2012

Las aventuras de Jake y Finn

Siempre hay una serie infantil de gran éxito entre su público de la que los que no tenemos hijos no hemos oído hablar nunca. Vemos los muñecos y el merchandising en las tiendas, y los globos en las ferias, y no entendemos a qué viene semejante furor por un tipo pequeñito vestido de albañil, y tocado con un casco amarillo, o por qué un niño que no habla y tiene como mejor amigo a un pato es capaz de encandilar tanto a los más pequeños. Pero, a veces, esas series consiguen atravesar la barrera generacional y no sólo gustan a los niños; sus padres, sus hermanos mayores o gente que las descubre un día haciendo zapping a la hora de la cena acaban viéndoles la gracia y disfrutándolas del mismo modo.

"Pocoyó" puede estar dirigida a niños de dos años, pero funciona igual de bien con gente que tiene tres décadas más, y quizás "Phineas y Ferb" tenga más seguidores entre veintañeros que entre sus hermanos menores. La última que ha llegado para enganchar a espectadores de 0 a 99 años es "Hora de aventuras", una serie de Cartoon Network creada por el animador Pendleton Ward y cuyo éxito la hizo merecedora el verano pasado de un panel para ella sola en la Comic Con de San Diego. Cada capítulo sigue las peripecias de Finn, un chico que siempre quiere ayudar al prójimo y desfacer entuertos como un caballero andante, y Jake, su perro, en un mundo lleno de montañas que lloran piedras, unicornios a lo "Mi pequeño pony" que hablan en japonés, un Rey de Hielo, lagos de fuego y cualquier cosa que les ocurra para vivir en pantalla esas aventuras a las que jugábamos de pequeños con nuestros muñecos.

Ward decía en una entrevista que los guionistas de la serie también son sus dibujantes (y muchos de los cuales vienen del cómic independiente), que todos hacen de todo y que siempre están pensando nuevas ideas locas para no aburrirse. Así acaba surgiendo una serie muy colorida, con unos gráficos realmente ochenteros (los títulos de los capítulos parecen sacados de aquellos míticos videojuegos en 8 bits), inventiva y que no da descanso, y que siempre busca que sus personajes se diviertan y, así, sus espectadores se diviertan con ellos. Tiene un sentido del humor a veces muy peculiar (la explicación de por qué Finn tiene que ayudar siempre a todo el mundo es genial) y no es raro ver por qué en Estados Unidos se ha ganado una legión de fans que va más allá del público objetivo de Cartoon Network.

Pero es que  a veces hay series infantiles que trascienden esa "barrera" sin pretenderlo. "Foster, la casa de los amigos imaginarios" es otro ejemplo realmente curioso, en el que un niño vive en un caserón que acoge a los clásicos amigos imaginarios que uno puede tener cuando es pequeño, desde un conejo con traje y monóculo a una especie de fantasma azul con mal genio que acaba siendo el hallazgo de la serie (y que no es muy diferente del hombre azul que Tracy ve de vez en cuando en "30 Rock"). Ahora sí, si alguno sabe de qué demonios va "Chowder", os agradecería que me lo explicarais, porque no he pasado de un niño con aspecto extraño que solamente come.

11 enero 2012

El caso de los vestidos omnipresentes

Los anglos tienen una expresión muy interesante para definir a las series de época: "costume drama".  Añadir esa expresión, el "drama de trajes" (o de disfraces, que costume también puede significar eso), a una serie ya está indicándonos varias cosas fundamentales sobre ella, como que la ambientación y el vestuario van a jugar un importante papel para trasladarnos el sentir de la época histórica en la que transcurren. Por supuesto, también ayudan a contar otras cosas sobre los personajes que, tal vez, ellos no expresan a través de sus palabras o de sus actos. Que los vestidos de Brenda y las corbatas del sargento Gabriel sean de colores conjuntados en "The Closer" ya nos da pistas sobre su relación sin necesidad de que nadie nos lo cuente, y en las series de época, además, el vestuario tiene que contribuir a "vendernos" la recreación de esa era, o ayudar a crear una cierta atmósfera, además de ser otra capa más en la caracterización de los personajes.

Evidentemente, un costume drama no es barato de producir. No hace falta que se acerquen al millón de libras que, al parecer, cuesta cada episodio de "Downton Abbey", pero está claro que su presupuesto es más elevado que el de un capítulo de "Law & Order UK". Gran parte de ese dinero se va en el diseño de producción y en el vestuario, así que no es nada extraño saber que es muy habitual que los trajes se reutilicen de una película a otra y de una serie a la siguiente.Los estadounidenses parecen que acaban de descubrir eso ahora, con el fenómeno en el que precisamente "Downton Abbey" se ha convertido allí (su estreno de la segunda temporada en PBS tuvo cuatro millones de espectadores), pero es una práctica muy común hasta en aquel lado del Atlántico. Sin ir más lejos, el vestuario de los soldados de la Alianza de "Firefly" era todo reciclado de "Starship Troopers". En esta web explican que la mayoría del vestuario de época en una producción televisiva es alquilado por cuestiones presupuestarias (en todas partes se hace, hasta en España. Echad un ojo a todo lo que han hecho en Cornejo), así que no es nada extraño que determinados trajes vayan apareciendo periódicamente en las pantallas.

De hecho, hay una web entera dedicada a recopilar estos casos de vestuarios que parecen estar por todas partes, "Recycled Movie Costumes", que se alimenta de las selecciones que los lectores van descubriendo y enviándoles. Y hay gente con vista de águila que descubre algunas cosas realmente curiosas, como que el abrigo que Kate Winslet lleva en "Titanic" luego lo vistió Alexis Bledel en "El manantial de la eterna juventud", o que Uma Thurman en "La copa dorada" y Maggie Smith en "Downton Abbey" lleven el mismo traje, o que se vea la misma blusa en "Firefly" y en "Olvídate de mí". Podéis pasar horas y horas buceando por esa web, y viendo cómo hay vestidos que han tenido una vida realmente larga, pasando por "Norte y Sur", "Bleak House" y "Cranford" o empezando por "La locura del rey Jorge" y deambulando por otras cinco producciones hasta llegar a "Doctor Who", que es una de las series que más vestuario recicla. Si yo no recuerdo mal, la BBC tiene algo así como un "banco" de trajes de época del que van tirando las series que produce.

Y no penséis que esta "regla de las tres erres" aplicada al cine y la televisión se queda en los vestidos, porque los accesorios entran igualmente en la rueda, que tampoco son baratos de hacer. Desde coronas y sombreros a collares, el reciclaje alcanza incluso al collar de la célebre perla "La Peregrina", que Elizabeth Taylor lució en tres películas. Lo que no es tan raro porque Richard Burton la compró para ella en una subasta de Sotheby's cuando todavía estaban casados.

10 enero 2012

Las leyendas de Storybrooke

 AVISO SPOILERS: Aunque me falte por ver el último capítulo de "Once upon a time", debo avisar que, si lleváis la serie con más retraso que yo, igual os enteráis de cosas que preferís no saber.

Conforme más veo "Once upon a time", más me sorprendo de que esta serie de Syfy diera con sus huesos en la ABC. Y cuando digo serie de Syfy, no estoy menospreciándola en absoluto. Sus escenas en la tierra de los cuentos de hadas, con esa estética tan de "Sanctuary" o de "Tin Man", parecen haber estado concebidas para esa cadena, en la que la falta de presupuesto no impide que se piense en planos a priori majestuosos que exponen que el castillo en medio de las montañas es de CGI. Que nos esté adentrando en esos cuentos hace que le podamos pasar por alto esos cromas que siguen la tendencia "ringeresca" de esta temporada, pero no podemos negarlos. Igual que yo no puedo negar que, aunque la serie me entretiene, no termino de encontrarle la capacidad de enganche.

Y eso que empiezan a apuntarse cosas interesantes sobre la maldición, lo que los habitantes de Storybrooke pueden o no recordar y el papel de Emma Swan en todo esto. La historia del sheriff/Cazador resultó reveledora porque nos confirmó no sólo que Regina realmente sabe toda la historia, sino que algunas cosas de los cuentos de hadas se mudaron también al mundo real, como la cámara de los corazones de la Reina malvada. Esa intersección de ambos mundos le da a toda la trama un nuevo impulso, una capa más interesante que si se quedara en el mero "hay que ayudar a recordar a Blancanieves", y ahora sólo falta confirmar mi sospecha de que el señor Gold es otro que está al tanto de todo, y que lo utiliza en su propio beneficio y según sus intereses, que no siempre coinciden con los de Regina, claro.

A falta de ver el episodio que le dedican a Rumpelstiskin, está claro que Robert Carlyle es el "ladrón" de la serie, el que roba todas las escenas tanto dando rienda suelta a su histrionismo como el Enano Saltarín, como cuando tiene que contenerse y presentar más una amenaza "tranquila" como el señor Gold. Los tratos que él va haciendo y, muy especialmente, el que hace con Emma bien pueden guardar la clave para que la maldición empiece a romperse (si Emma recuerda cómo termina el cuento de ese duende maquiavélico), o creo yo que sería un modo divertido de romperla, porque lo cierto es que estoy totalmente a oscuras de por dónde puede evolucionar "Once upon a time". Por ahora, siguen el esquema lostiano de dedicar un episodio a contarnos la historia de un personaje, aunque esos flashbacks se entrelazan mejor dentro de toda la historia. Por ejemplo, de toda la historia entre Blancanieves y el Príncipe Encantador hemos ido sabiendo trocitos casi en cada capítulo, hasta que se ha ido trenzando el tapiz más o menos completo de ella. En "Perdidos", tardamos un par de temporadas en unir todas las piezas.

Es de esperar que la muerte de Graham anime un poco el cotarro porque las tramas parecen estar un poco adormecidas. Las constantes amenazas de Regina a Emma suenan un poco a disco rallado y Henry ha quedado en un plano un poco más secundario en los últimos episodios. También es cierto que tienen unos cuantos personajes y que de algunos no hemos visto aún su pasado como protagonista de un cuento (¿quién es el doctor Whale, por ejemplo?). Tengo curiosidad por ver si más habitantes de Storybrooke empiezan a recordar, aunque sea de forma velada y confusa como el Príncipe Encantador. Y también si Regina y Gold se encaminan a un enfrentamiento total entre ellos. Y si los muñecos de su tienda (a los que estamos viendo mucho últimamente) despertarán.

09 enero 2012

Internet, la audiencia y las cancelaciones

En los últimos años, está claro que Internet ha cambiado el modo de ver televisión. Ya no nos referimos a la descarga de series o su visionado en streaming si no, simplemente, a la posibilidad de comentar con otros aficionados lo que estamos viendo a través de las redes sociales. Las quedadas por Twitter para ver desde la entrega de los Emmy hasta el último capítulo de "True Blood", o la última miniserie basada en algún personaje real de Telecinco, ya no son algo novedoso ni extraño para quienes tenemos esta peculiar afición de ver series. A través de los blogs, Twitter, Facebook, Tumblr o los foros de fans (que a veces suenan tan de 2004) podemos hacernos una idea de las series que atraen más interés y que se siguen con más fervor, y también es normal que se organicen rápidamente campañas para su salvación si los fans sienten que la espada de la cancelación pende sobre ellas.

Sin embargo, también hemos comentado en otras ocasiones que hay que tener mucho cuidado de pensar que Twitter representa al total de la población de un país, o al total de los espectadores que podrían estar viendo una serie. En la gira de invierno de la TCA, algunos periodistas le preguntaron a Robert Greenblatt, el presidente de NBC, por qué estaban emitiendo episodios nuevos de "Chuck" durante las vacaciones navideñas, cuando todas las demás series están de hiato y sólo emiten repeticiones. La respuesta de Greenblatt fue muy clara: "¿Has visto las audiencias? Esos intensos fans que se vuelven locos en Internet no han venido a la serie". O como se preguntaban en PopWatch, ¿de quién es la culpa cuando los fans muy activos en Internet no ayudan a que una serie sobreviva?

Por mucho que nos quejemos de que el método actual de medida de las audiencias se ha quedado trasnochado, no hay otro, de momento, para ver si una serie sigue adelante o se acaba, y si los fans no la ven en directo, poco se puede hacer. De nada sirven las campañas por Twitter si los espectadores van a continuar viendo los capítulos tres días más tarde. Greenblatt también intentó tranquilizar las continuas preocupaciones por el futuro de "Community" diciendo que volvería a la parrilla en marzo (o así), pero los días de esa serie están contados (¿una temporada más y ya? No sería raro). Por supuesto, la respuesta a la pregunta que se plantean en ese blog no es tan sencilla, y entran muchos factores en juego en el hecho de que una serie gane nuevos espectadores cuando ya lleva varias temporadas en antena.

El panorama televisivo es mucho más complejo que antes. Eso puede facilitar que Fox, por ejemplo, renueve "Dollhouse", "Las crónicas de Sarah Connor" o "Fringe" en temporadas en las que, con los números en la mano, debería haberlas cancelado, y también provoca que, como explicó también Greenblatt, a una cadena ya no le valga con un éxito para romper una mala racha. ¿Pero puede un único fracaso más hundirla sin remedio?

P.D. podcastero: De las declaraciones de Greenblatt en la gira de la TCA hablamos en la nueva edición de "Yo disparé a J.R.", una edición con inconfundible aroma británico gracias a los comentarios sobre "Doctor Who", "Downton Abbey" y "Black Mirror". Alberto, de "Diamantes en serie", colabora con nosotros para hablar de esta serie, y terminamos con nuestra labor de evangelización de las virtudes de "The Closer". Podéis escuchar y conseguir las opciones de descarga del podcast en el blog. He aquí el menú del día:

- 0': Expectativas de "Awake", "Alcatraz" y "Smash".
- 15': El especial de Navidad de "Doctor Who" y su futuro.
- 23': El especial de Navidad de "Downton Abbey" (con spoilers).
- 35': "Black Mirror".
- 1h 11': La séptima temporada de "The Closer".