26 enero 2015

Contra el Imperio Galáctico

¿Puede nombrarse 2015 como “el año Star Wars”? El estreno para diciembre de la séptima película de la saga, “The Force awakens”, e inicio de una nueva trilogía, ha vuelto a desempolvar el interés por el mundo puesto en marcha por George Lucas en 1977. No hay más que pasarse por una tienda de cómics o de memorabilia variada de la cultura pop para comprobar cómo los cascos de Darth Vader y  C3-PO, los muñecos de R2-D2 y los Lego del Halcón Milenario han vuelto a los escaparates diez años después de “La venganza de los Sith”, la última cinta de la saga estrenada hasta el momento. La compra de Lucasfilm por parte de Disney levantó muchas preguntas sobre cuánto tardaría el gigante mediático en empezar a exprimir a los Jedi, y aunque de la nueva película sólo se ha visto hasta ahora un tráiler, donde ha empezado a verse la sinergia empresarial es en televisión.

No, por desgracia no es aquella serie de acción real que, en teoría, Lucas estuvo años desarrollando sin tener una cadena que se interesara por ella, sino una animación que busca seguir el éxito que tuvo en su momento “The Clone Wars”, una serie de Cartoon Network que mostraba los eventos entre “El ataque de los clones” y “La venganza de los Sith”. La historia de la emisión de esa serie es un poco complicada (se vio en dos etapas, una en 2003 y otra a partir de 2008), pero basta saber que se ganó un nutrido grupo de fans por su voluntad por meterse en asuntos oscuros y complejos para un título de animación infantil. “The Clone Wars” fue cancelada el año pasado (Netflix se quedó con su sexta y última entrega) justo para que Disney retomara la marca y la ubicara en sus propios canales, en este caso, en Disney XD. El resultado es “Star Wars Rebels”, la primera muestra fehaciente de la integración de Lucasfilm en el entramado industrial del “tío Walt”, que ejerce de algún modo de puente entre los eventos del Episodio III y los del IV, que es la “La guerra de las galaxias” que lo inició todo.

Aquí seguimos a un chaval huérfano, Ezra, que entra en contacto por casualidad con la tripulación de la nave Ghost, una suerte de contrabandistas que podrían haber trabajado a las órdenes del capitán Malcolm Reynolds sin problema. Su líder es Kanan, y aunque sobreviven haciendo diversos trabajos para diversos tipos de moralidad dudosa, también se dedican a entorpecer las operaciones del Imperio Galáctico siempre que pueden, lo que les pone en el punto de mira del Agente Kallus y del malvado Inquisidor, un Sith dedicado al exterminio de toda la orden Jedi que vimos comenzar al final de “La venganza de los Sith”, y que está prácticamente completo para cuando empieza el Episodio IV. Por supuesto, Ezra descubrirá que tiene el potencial para ser alguien especial, y lo hará al mismo tiempo que asistimos al nacimiento de la Alianza Rebelde para la que después lucharán Luke, Leia y Han.

Hay unas cuantas cosas curiosas detrás de “Star Wars Rebels”. Una es que buena parte de los personajes y los entornos están basados en el arte conceptual original de Ralph McQuarrie, y la otra concierne a la trayectoria profesional de sus productores ejecutivos. Su creador es Simon Kinberg, guionista de “X-Men: Días del futuro pasado” y del próximo reboot de “Los Cuatro Fantásticos”,  y sus guionistas son veteranos de la animación de superhéroes y de “The Clone Wars”. Realmente, aunque la serie se vendió como una versión más ligera de ésta última, “Star Wars Rebels” se mete en aguas procelosas con tramas como la de la persecución de los Jedis a cargo del Inquisidor. Su grupo de protagonistas tarda un poco en coger forma, con Ezra atascado a veces en el papel del adolescente arrogante y pesado y sin que terminemos de ver qué tienen Kanan y los demás de especial para que vayamos a seguirlos todas las semanas. Pero con el paso de los capítulos (he visto cinco), el retrato de todos se va haciendo más claro y su dinámica empieza a ser mucho más entretenida. El eslabón débil más claro es Chopper, el pseudo R2-D2 que bordea peligrosamente el terreno de Jar-Jar Binks, pero en maleducado.


Es curioso que “Star Wars Rebels” pueda ser el primer contacto con este universo de algunos espectadores, porque da la sensación de que si no se ha visto la trilogía original (con la que comparte el tono de sus aventuras, más o menos) no se puede comprender bien qué está pasando ahí. Las conversaciones sobre la Fuerza, sobre los actos todavía aislados de rebelión contra el Imperio o los pequeños cameos de gente como el senador Bail Organa (padre adoptivo de Leia, recordemos), C3-PO, Obi-Wan Kenobi o el mismo Vader van dirigidos al público que ya está familiarizado con el universo de Star Wars. Los paralelismos entre Ezra y Luke Skywalker son demasiado claros para obviarlos, por ejemplo, aunque Kanan está bastante lejos de ser Obi-Wan. Disney XD ya ha renovado “Star Wars Rebels” por una segunda temporada, seguramente confiando en que el Episodio VII será un exitazo, pero lo cierto es que la serie tiene interés por sus propios méritos.

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