16 enero 2015

Los 99 problemas de Lucious

Los culebrones de primetime no son un género que cotice al alza actualmente. En los 80 lo eran todo, con sus familias podridas del dinero del petróleo o los viñedos, las peleas por controlar la empresa familiar y los secretos que podían hundir reputaciones y por los que, a veces, hasta merecía la pena matar a alguien. En los últimos años, ha habido un intento por recuperar el género que no siempre ha salido bien (no creo ni que Jimmy Smits recuerde "Cane"), incluyendo remakes de viejos clásicos como "Dallas" o mezclas con historias de venganzas y misterio como "Revenge", pero son series que ya no son tan habituales en las parrillas como lo eran antes. Y no nos referimos a títulos que se deslizan hacia la soap opera, sino aquellos que nacen sabiendo que son una, y que abrazan el género con todas las consecuencias.

Eso es "Empire", el proyecto de Lee Daniels y Danny Strong para FOX que cambia el petróleo de los Ewing por la compañía de entretenimiento dirigida por Luscious Lyon, una compañía que empezó siendo una discográfica de hip-hop y terminó ampliándose a cubrir un espectro más amplio de cosas. Lusciuos era un camello de poca monta de Filadelfia que soñaba con ganarse la vida gracias a la música, pero no es un sueño barato ni fácil. El primer episodio, que FOX Life estrena en España el próximo día 28 (y que pudimos ver gracias a Birraseries), ya nos deja claro que Lucious y su entonces esposa, Cookie, hicieron todo lo posible por salir del barrio, aunque eso los situó en caminos diferentes; ella acabó en la cárcel y él, como artista multipremiado, multivendedor y presidente de todo un emporio del que ahora está a punto de ceder el mando a alguno de sus tres hijos.

En una de las primeras escenas del piloto, uno de los hijos hace una comparación con "El rey Lear" que podría estar más o menos acertada, pero que es demasiado pretenciosa para lo que "Empire" es, y eso queda muy claro en el primer momento en el que Taraji P. Henson y sus enormes pendientes de aro dorados entran en escena. Henson se "come" todas las escenas en las que aparece, dejando claro que Daniels y Strong tienen bien aprendida la lecciónde los culebrones ochenteros; ten una buena "villana", y ya tienes la serie. Aunque, aquí, nadie se libra de ser el malo. Hay muchos esqueletos en los armarios de todo el mundo, y todos se acumulan para que Lucious acabe teniendo tantos problemas como los que decía aquella canción de Jay-Z.

Los críticos estadounidenses han comentado todo eso de la serie, pero sobre todo, han dedicado un apartado especial a Jamal, el hijo mediano de Lucious y el más talentoso para la música. Sin embargo, su padre se empeña en hacer una estrella del pequeño, Hakeem, que vive la vida del rapero pero no quiere trabajar para ganársela, porque Jamal es homosexual. Y eso, a ojos de su padre, es una vergüenza. En webs como Slate han comentado que el retrato de ese personaje y de su relación con su madre, que siempre lo apoyó, puede resultar una aportación de "Empire" en una temporada en la que los periodistas ya se volvieron locos con las escenas de sexo gay de "How to get away with murder". Pero no os preocupéis, que esto no va a ser un drama serio y deprimente. El estilismo a lo LaToya Jackson y la fuerza que Cookie lleva a todas partes se encargarán de aportarle diversión.

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