08 febrero 2016

Alicia Florrick se retira


Una de las comparaciones más repetidas por este blog es la de "The good wife" y los San Antonio Spurs. Los tejanos son un equipo de baloncesto de la vieja escuela, de los que basan su juego en el movimiento del balón, y han resistido a todos los intentos de analistas de la NBA y otros rivales de "retirarlos" porque ya son "viejos" (sus estrellas pasan de los 35 años) y su apuesta por el baloncesto colectivo sigue viéndose como una rareza en la liga, aunque los Golden State Warriors ganaran el año pasado justo de esa manera. De una manera similar, "The good wife" es un exponente de lo que eran los buenos dramas de network, de un modo de hacer televisión que ya no se consideraba sexy ni "importante" ante las "series de prestigio" del cable, pero que fue haciéndose un hueco entre las listas de lo mejor del año a base de buenos personajes, capítulos interesantes y una apuesta estilística por la elegancia y la huida de los fuegos artificiales.

Es decir, que Robert y Michelle King no reinventaron la rueda, pero sí sacaron todo el jugo posible a esos dramas de las 10 de la noche que ellos solos volvieron a poner en el radar de las cadenas en abierto. Por eso, "The good wife" dejará un pequeño hueco cuando llegue a su final, el próximo 8 de mayo. Aquella teoría del número de palabras en los títulos de los capítulos ha terminado teniendo algo de razón, y en esta séptima y última entrega hemos vuelto a los episodios denominados con una sola palabra, y a otra reinvención de Alicia, que se adentra en una etapa de su vida no demasiado distinta de cuando la conocimos por primera vez. Está empezando otra vez, ahora trabajando ella sola, sin el apoyo de un bufete detrás, y sigue planteándose hasta dónde apoyará a su marido, que se enfrenta a su propia encrucijada.

La serie no va a seguir del todo una estructura circular (lo hizo un poco en la sexta entrega, con los devaneos políticos de Alicia) pero sí va a continuar con su retrato y su disección de su personaje protagonista. La evolución de la señora Florrick desde aquella ama de casa adinerada que tenía que trabajar de nuevo como abogada para ganarse la vida a la persona más libre y más independiente de esta séptima temporada ha sido siempre el tema de "The good wife", más allá de sus casos inspirados en la realidad o de su acertada manera de integrar el mundo de internet en sus tramas. Para lo bueno y para lo malo, Julianna Margulies y su personaje han sido los motores de toda la serie, el centro alrededor del que orbitaba todo lo demás. Por la construcción de un protagonista tan complejo e interesante como Alicia es por lo que "The good wife" pasará a la historia.

Y será curioso ver todos los recordatorios que se harán el 8 de mayo porque a la serie le costó bastante superar las reticencias de buena parte del público a dar una oportunidad a un título de abogados de la CBS. ¿Cómo podía ser que una serie así, y no de HBO o AMC, se llevara toda clase de parabienes durante su estupenda quinta temporada, por ejemplo? Quienes se animaban a verla, enseguida se daban cuenta de que esos elogios estaban justificados, y que no hacía falta ir de transgresor para acabar siéndolo. Y "The good wife" también fue un ejemplo de que, para encontrar series que merezcan la pena, hay que buscarlas con mayor amplitud de miras. Hay vida más allá de "Breaking Bad".

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