20 abril 2016

Las mujeres muertas


Desde que "Los 100" mató a un prominente personaje secundario a principios de marzo, un personaje que había ganado un importante seguimiento en redes sociales por lo que representaba, la televisión estadounidense ha entrado en una peculiar dinámica en el último mes, o así. Primero, hubo una racha de personajes lésbicos que morían (de una manera mejor o peor llevada) y, en las últimas dos semanas, ha habido varias series que han optado por matar (o despedir) a sus co-protagonistas femeninas. No estamos hablando de cierta ejecución en "The Americans" (de un personaje secundario en una situación en la que no era una sorpresa que eso pasara) o incluso de una muerte que ha dolido especialmente a los fans de "Arrow", sino de personajes que llevaban el peso de la trama por igual con sus protagonistas masculinos, hasta el punto de que la serie giraba en torno a la relación entre los dos.

(Es muy difícil hablar de este tema sin dar spoilers de las dos series que han optado por estos caminos, así que vosotros veréis si queréis seguir leyendo.)

La crítica de televisión de Variety, Maureen Ryan, apuntaba que esta primavera estaba siendo una de las épocas más raras que había vivido como "plumilla" televisiva, y no le falta parte de razón. Que una serie mate a su co-protagonista femenina puede ser noticiable dentro de su mundo y de sus fans, pero poco más. Que lo haga otra, ya es una coincidencia curiosa. Que, de repente, se sume una tercera parece estar indicando un patrón. Y estos patrones no son rarezas en la televisión estadounidense. Hace algunos años, por ejemplo, unas cuantas series decidieron acabar sus temporadas haciendo que algunos de sus protagonistas sufrieran tumores cerebrales ("Anatomía de Grey" y "Bones" son las que me vienen ahora a la cabeza), y en otra ocasión, lo que se llevó fue dar saltos temporales de varios años para refrescar tramas. Ahora bien, hay que tener en cuenta que los casos de esta tres series son distintos, del mismo modo que todos esos títulos que cayeron en el "síndrome de la lesbiana muerta" tampoco son iguales.

La primera que cayó en la trampa fue "Sleepy Hollow", que cerró su tercera temporada haciendo que Abbie Mills se sacrificara por su compañero, Ichabod Crane. La serie estaba construida, desde la primera temporada, sobre la relación entre Ichabod, un hombre del siglo XVIII con los valores de los ilustrados de la Guerra de Independencia estadounidense, y Abbie, una mujer policía del siglo XXI. Sin embargo, el título empezó a perder el rumbo creativo en la segunda temporada y, por lo que parece, Nicole Beharie llevaba ya un tiempo negociando con los productores su salida. FOX aún no ha confirmado qué futuro tiene "Sleepy Hollow", con sus escasas audiencias y su casi nula visibilidad en los medios. Sin Abbie, a la serie le falta un pilar fundamental.

Después, le llegó el turno a "The Blacklist", que aparentemente mató a su co-protagonista, Elizabeth Keen, provocándole complicaciones en el parto de su hijo con Tom Keen. Megan Boone, su actriz, está embarazada en la vida real, así que no sería nada raro que la serie se hubiera marcado un "Prison Break" y la terminara trayéndola de vuelta más adelante, por mucho que algunos actores de la ficción se despidieran de ella en las redes sociales. Giros de guión más traídos por los pelos hemos visto en "The Blacklist". Y luego tenemos la que ha terminado por incendiar internet, "Castle", que ha decidido que, si es renovada por una novena temporada, no seguirá contando en ella con Stana Katic (Kate Beckett).

Aquí se mezclan negociaciones para renovar la serie a un precio mucho más reducido con una supuesta mala relación entre Katic y Nathan Fillion, el otro protagonista, y el resultado es la extraña decisión de continuar una serie basada en la dinámica romántica entre ambos personajes sólo con uno de ellos. Aún no sabemos cómo va a despedir "Castle" a Beckett (y a Lanie Parish, la forense), ni si ABC acabara renovando la serie (es lo más probable), pero la tendencia está clara. Incluso aunque los casos de las tres series sean distintos, se han juntado en un momento en el que ya había habido varias muertes de personajes femeninos importantes en otros títulos, y se ha acabado creando un panorama extraño.

No busquemos, de todos modos, teorías conspiratorias. Es cierto que la composición de las salas de guionistas y quiénes son los jefes en las series acaban determinando muchas veces qué personajes tienen más probabilidades de morir que otros, pero no hay una "mano negra" que ha decidido que hay que liquidar a las co-protagonistas femeninas para dejar a los hombres solos al frente. Lo que sí ha habido es una serie de coincidencias lo bastante curiosas como para que se acabe hablando de ellas.

¿Y cuántos más pensáis que, en realidad, Laurel y Liz Keen acabarán volviendo?

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