09 septiembre 2016

Las comedias se renuevan


Allá por mediados de la década pasada, era bastante habitual leer artículos que afirmaban que la comedia estadounidense estaba en decadencia. La cosecha de dramas de 2004 estaba acaparando toda la atención con sus mezclas de géneros, su apuesta por la serialización (en cadenas en abierto) y sus repartos corales y diversos, y las comedias no parecían saber cómo salir de las convenciones más tradicionales de las sitcom. Había destellos de intentos por diferenciarse ("Cómo conocí a vuestra madre" arrancó justo de esa manera), pero el género perdía rutinariamente la partida, en audiencias y ante la crítica, frente a los novedosos dramas que se estrenaban entonces.

Con el cambio de década, la situación empezó a variar. Los dramas de las networks perdieron fuelle y, aunque el cable emitía series de gran calidad, si alguien quería buscar originalidad e historias que se salieran de la norma, tenía que irse a las comedias. Los finales de las series de NBC de los jueves (sobre todo, "30 Rock") apuntaban a una época poco boyante para las sitcom en abierto, pero el cable estaba retomando el testigo con fuerzas renovadas. Entre FX y Comedy Central se han encargado de estrenar títulos de aire más independiente, y Amazon y Netflix han ido tomando después el relevo.

FX, principalmente (y su hermana FXX), es la que se está animando con series más de corte personal para sus creadores, o que prueban conceptos que parece complicado que otra cadena se atreviera a tocar, como "Man seeking woman". La sombra de "Louie" es alargada, en este caso, y FX está confiando en comedias "de autor", en series muy definidas por sus creadores y, al mismo tiempo, protagonistas. Dos de sus últimos estrenos, "Atlanta" y "Better things", entran en esa línea. Sus respectivos responsables (Donald Glover y Pamela Adlon) son también sus protagonistas, y son sus sensibilidades y sus inquietudes las que mueven los episodios.

Cuando CBS anunció su parrilla de nuevas comedias para la temporada de otoño, a muchos críticos se les cayó el alma a los pies. Eran todas sitcom muy tradicionales, tanto en forma como en fondo, y no pocas de ellas tenían como protagonistas a hombres blancos de mediana edad que no saben cómo quedarse en casa ("Man with a plan" y "Kevin can wait"). Parecían haberse quedado ancladas a mediados de los 90. A este paso, las networks perderán también el reducto que les quedaba en los Emmy para sacar más nominaciones que el cable.

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