26 octubre 2016

El propósito de la violencia


Desde hace un tiempo, se suele analizar mucho el uso que las series hacen de la violencia, en general, y de la violencia hacia las mujeres, en particular. En verano, "Westworld" se vio envuelta en cierta polémica justo por las brutales acciones que sufrían algunos de sus personajes femeninos, como Dolores, y "Juego de tronos" acaba recibiendo siempre reprimendas desde diferentes sectores justo por lo mismo. Es curioso, no obstante, que las dos caras de este debate se encarnaran el domingo en dos series que no pueden tener menos cosas en común como "The Walking Dead" y "Poldark".

La primera de ellas estrenaba su séptima temporada en AMC presentando, ahora sí que de verdad, a Negan, su gran villano para esta entrega, y lo hacía dejándolo sacar su lado más sádico y cruel. Entre las cosas que se vieron, figuraba cómo el propio Negan disolvía a batazos una cabeza humana. Y cuando decimos que la disolvía es que, cuando terminaba, no quedaba de ella más que un charco de sangre en el suelo. La segunda, por su parte, emitía el octavo episodio de su segunda temporada en la BBC, en el que su protagonista (prototipo del héroe romántico del XIX) iba a hablar con su una antigua amante suya y acababa violándola. En The Guardian criticaban que, aunque embellecieran la escena e intentaran hacerla pasar por un momento de pasión, la ex amante de Ross Poldark se había resistido. Que luego todo quedara en un reencuentro apasionado no libraba a la serie de la controversia; por menos se le montó una polémica muy seria a "Juego de tronos" por una escena entre Jaime y Cersei en la quinta temporada.

En cuanto a "The Walking Dead", la controversia tiene dos vertientes. Por un lado, está el hecho de que AMC, aunque es un canal de cable, es de cable básico, es decir, que cualquiera que contrate la televisión por cable lo recibe, no hay que suscribirse para poder verlo. Y por el otro, hay críticos que se preguntan cuál es el propósito de todo esto. En Vulture crucificaban a la serie por utilizar una "violencia vacía", por fantasear con ella y reducir el arco de sus personajes a que pasen por todas las miserias y humillaciones posibles. Su esquema se reduce a presentar un nuevo villano cada cierto tiempo, alguien que cada vez es más cruel y brutal (e histriónico) para que presente un reto mayor para sus protagonistas, pero no se preocupa demasiado por construir a dicho malo. Mata a gente de la manera más salvaje, se comporta como un señor feudal y hace daño porque puede, porque ha decidido que el rey de ese mundo postapocalíptico y es él. Y ya está.

Visto en retrospectiva, el Gobernador ha sido el villano mejor construido que ha tenido la serie, aunque alargaran demasiado su trama. Tenía unas motivaciones y un propósito claro (mantener a salvo a su comunidad), que es algo que todavía no sabemos si veremos también en Negan. Ahí está el quid de la cuestión en las críticas que se le han hecho a su alto factor gore; no es tanto que "The Walking Dead" sea una serie violenta, como que toda esa violencia no tiene más propósito que salpicar de sangre la cámara. Ni siquiera tiene el factor ligeramente irónico de una película de Quentin Tarantino. Y ése ha sido siempre el problema de base de la serie.

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