31 agosto 2012

Un ladrón de arte y un policía de Galway

Roger mide 1,68, y es la viva encarnación de ese viejo dicho que afirma que los hombres que tienen grandes coches deportivos están sobrecompensando por lo que les falta en ciertos aspectos personales. Él, además, no se detiene en el coche; también tiene la casa de diseño y la mujer aparentemente florero, y se las da de ser más listo que nadie. Quizás porque, para mantener su tren de vida, tiene un segundo "trabajo" como ladrón de obras de arte. De todo esto nos enteramos en cuanto empieza "Headhunters", con un tono bastante más desenfadado de lo que lo que podríamos suponer a priori, y ese arranque obliga a que no nos tomemos demasiado en serio esa persecución en el tramo intermedio-final completamente pasada de rosca (que incluye un gag de humor bastante negro con dos policías muy gordos que es ya la traca definitiva). Las peripecias de Roger robando a sus clientes (se dedica a contratar altos ejecutivos para otras empresas) tienen también ese tono ligeramente de no tomárselo muy en serio, sobre todo cuando vemos a qué se dedica en su tiempo libre su cómplice, que nos ayuda a pasarle un poco por alto las "sobradas" que salpican la historia.

Porque "sobradas" en esta adaptación de un libro de Jo Nesbo, otro autor de novela criminal escandinavo muy de moda actualmente, hay unas cuantas, pero es cierto que la película logra crear varios momentos de verdadera tensión y que lo que cuenta, al final, es la bajada de humos a su protagonista, demasiado pagado de sí mismo. Roger se cree muy listo hasta que se encuentro con otro tipo más listo que él, y lo que es peor, cruel y despiadado, y que no va a detenerse ante nada para conseguir sus propósitos. Si sobrevive al proceso, Roger puede dejar de ser un capullo y convertirse en una persona más a gusto consigo misma, y lo cierto es que ese proceso resulta muy entretenido de ver.

Entretenimiento, y unas cuantas risas a costas de los prejuicios que todo el mundo tiene contra todo el mundo, es lo que ofrece "El irlandés", película por la que Brendan Gleeson fue nominado el año pasado al Globo de Oro al mejor actor de comedia. Sin ningún histrionismo, y muchas veces sólo levantando una ceja, Gleeson da vida al sargento de la Garda (la policía irlandesa) Gerry Boyle, destinado a una zona rural cercana a Galway, con un paisaje marcado por llanuras de tundra por las que apenas se ve más que a ovejas. Por allí aparece un agente del FBI que sigue la pista a unos narcotraficantes que dan la impresión de haber salido de una película de los hermanos Coen (impagable su conversación sobre cuál es su filósofo preferido), y  la gran química que se establece entre Don Cheadle y Gleeson (y entre Gleeson y Fionnula Flanagan, que interpreta a su madre) facilita que la película se vea en un suspiro.

Una crítica aparecida en Estados Unidos decía que, en el fondo, no es más que una buddy movie ambientada en Irlanda, pero la incorrección de muchas de las cosas que Boyle dice ("¡Soy irlandés! ¡El racismo es parte de mi cultura!") y la manera en la que se ríe de los prejuicios hacia los negros, los de pueblo, los de Dublín, los que sólo hablan gaélico, los ingleses y cualquier otro grupo de población que se os ocurra le dan un bienvenido soplo de frescura. "El irlandés" es una pequeña comedia de policías y criminales repleta de caras conocidas, eso sí, y con el añadido de esos espectaculares paisajes de Connemara, un lugar que siempre ha tenido imán para el cine, y no sólo por "El hombre tranquilo".

30 agosto 2012

La importancia de saberse importante

Hay que series que nacen ya con la imposición de ser grandes, clásicos instantáneos, eventos televisivos de la temporada, importantes, en suma. Una miniserie que tenga a Tom Stoppard adaptando "El final del desfile", de Ford Madox Ford, que está considerada como una de las grandes novelas en inglés del siglo XX, co-producida por BBC y HBO y protagonizada por dos actores al alza como Rebecca Hall y, sobre todo, Benedict Cumberbatch, tiene la obligación de ser grande desde unos títulos de crédito a lo kaleidoscopio que parecen estar dándonos una pista del modo en el que se nos va a contar la historia de Christopher Tietjens, su mujer y la sufragista con la que estuvo a punto de tener una aventura entre 1908 y la década de los años 20. Esa aspiración trascendental impregna todo el primer capítulo de los cinco que componen "Parade's End", el primer estreno importante de la BBC tras la inmersión total deportiva de los Juegos Olímpicos, pero no es una aspiración que tenga que espantar a sus espectadores.

El modo de contar la historia es, ciertamente, un poco peculiar, con saltos temporales (especialmente al principio) y de punto de vista que probablemente intenten ser fieles al modo en el que está escrito el libro (si alguno lo ha leído y puede aclarar si es así, sería muy bienvenido), y con unos recuerdos que se nos presentan sesgados, literalmente, por la perspectiva de Tietjens, que es el que los rememora. No es complicado, de todos modos, colocar enseguida las piezas de la historia; Tietjens es un funcionario del servicio de estadísticas que se ajusta a todos los estereotipos del victoriano reprimido, caballeroso y aburrido (su pasatiempo favorito es corregir la Enciclopedia Británica), mientras su mujer, Sylvia, es una cabra loca de clase alta que vuelve locos a los hombres, y que sabemos que engañará en cuanto pueda a Christopher aunque sólo sea, como le dice a su madre, para comprobar si tiene sangre en las venas. Por otro lado, Valentine, la sufragista que conoce por casualidad y de la que está claro que se enamora casi a primera vista, es idealista y parece tener una personalidad mucho más complementaria con la de él que Sylvia, pero Tietjens está atado por las convenciones sociales y por sus propios principios.

Será interesante ver cómo continúa "Parade's End" en cuanto estalle la Primera Guerra Mundial, pero lo cierto es que radiografía con acierto, y en apenas un par de pinceladas, a todos sus personajes y a toda la hipocresía y bajas pasiones que latían bajo la superficie de las clases altas de la Inglaterra eduardiana, tan obsesionadas con las apariencias y lo que es correcto. Hall y Cumberbatch están realmente muy bien, y hasta hay unos toques de humor que funcionan bastante bien, además de una fotografía y unos planos realmente espectaculares (la directora Susanna White es una veterana de las adaptaciones literarias de la BBC, y de las miniseries de HBO). Eso sí, lo que no creo que sea justo es utilizar esta miniserie para atacar "Downton Abbey". Sí, las dos se ambientan en el mismo periodo histórico, pero sus pretensiones son diferentes. aunque he de decir que Janet McTeer no desentonaría nada rivalizando en frases lapidarias con la Condesa Viuda de Grantham.

29 agosto 2012

La subjefa y el sheriff

La última escena de "The Closer", de la que no espoileamos nada si decimos que muestra a Brenda en un ascensor, nos deja una imagen muy apropiada como cierre, que resume buena parte de las cosas que hacían a Brenda Leigh Johnson como la hacían. Las tres principales características externas de la subjefa desde el principio, sus "gracias, muchas gracias", su gran bolso negro y sus chocolatinas, vuelven justo para esos momentos finales, permitiendo que nos podamos despedir de ella como Dios manda. Brenda también salda viejos asuntos pendientes en el último capítulo, y después de los golpes emocionales que se ha llevado a lo largo de la séptima temporada, no está mal que el final le conceda un pequeño respiro. Porque esta última temporada nos ha mostrado cómo todos los actos de Brenda tienen consecuencias, y todas las veces que ha engañado a los sospechosos y no ha jugado limpio con ellos para lograr una confesión han terminado volviéndose contra ella.

La demanda del abogado Goldman y su cruzada contra otro abogado, con un lado muy oscuro, Phillip Stroh, han marcado un camino en el que Brenda empezaba a ver que no podía seguir mucho más así, con esos métodos y ese modo de tomarse su trabajo de un modo tan personal. Al final, las tramas familiares de Brenda han acabado pesando más que las laborales en su deriva personal, y en las tramas familiares incluimos también su relación con los detectives de Crímenes Prioritarios y, especialmente, con el sargento Gabriel. Éste siempre fue su ojito derecho (en la tercera temporada, creo, hay una impagable escena en la que le enseña cómo notificar una muerte a la familia para conseguir al mismo tiempo información sobre el fallecido), y la confrontación que tienen al final es uno de los momentos más tensos del último capítulo. La despedida de Brenda, a pesar de cierto tono demasiado melodramático (que empezó a notarse un poco ya en la sexta temporada), ha sido muy apropiada y en sintonía con cómo es ella y su evolución en la serie.

Ya comentamos un par de veces antes que "Longmire" se había convertido, casi sin pretenderlo, en una pequeña revelación veraniega. No es una serie innovadora y no tiene aspiraciones de serlo; sus pretensiones son bastante más modestas, centrándose en entretener y en ofrecer un retrato creíble casi más que de los personajes, del ambiente que se respira viviendo en un pueblo pequeño de un estado con una naturaleza tan del salvaje Oeste como Wyoming. Como comentan en "Quinta temporada", uno de los aspectos más interesantes de estos primeros diez episodios es el modo en el que nos acercan el modo de vida de una reserva india. Unas cuantas series lo han hecho con anterioridad (ahora recuerdo parte de la segunda temporada de "The Killing", con su casino indio, y un genial capítulo de también la segunda de "Life"), pero "Longmire" va un poco más allá e integra más a los cheyennes en las historias del condado, y no sólo porque el mejor amigo de Walt sea un cheyenne.

En las escenas entre Walt, Vic, Branch y, especialmente, el ingenuo Ferg y Ruby, la secretaria (que es la abuela Saracen de "Friday Night Lights") se nota que los dos responsables de la serie vienen de "The Closer", porque terminan mostrando la relación entre todos ellos a través de pequeños detalles. Las miradas que Vic le lanza a Walt cada vez que aparece en escena cierta vecina viuda no tienen precio, por ejemplo, y las puestas al día en la austera comisaría a veces recuerdan a las que Brenda hacía con Gabriel, Provenza y compañía. Hasta se le pilla el truco a Longmire, que no es uno de esos sheriffs carismáticos de la películas del Oeste, y tampoco se encuadra en el tipo del pistolero (que es un poco el de Raylan Givens en "Justified"); Walt está chapado a la antigua, tiene unos principios muy sólidos que sigue a conciencia, pero también tiene en su interior mucha melancolía y mucha rabia. Es más un personaje de western que del noir, y oculta también unos secretos que son el cliffhanger con el que nos quedamos hasta el próximo verano.

28 agosto 2012

La crítica "objetiva"

Una crítica pertenece, por decirlo de algún modo, a quién la escribe; el crítico la hace desde su personal punto de vista, desde sus experiencias y sus gustos, y como tal, una crítica es subjetiva. Parece una perogrullada, pero a veces hay que recordarlo porque luego se leen cosas como esta "guerra" de comentarios cruzados que se dio hace meses en "¡Vaya Tele!", por culpa de dos entradas sobre la cuarta temporada de "Fringe" (ésta y ésta). No era la primera vez que alguien que no estaba de acuerdo con lo que se decía en una entrada se quejaba de que aquello no era una "crítica objetiva", y no ha sido después la última, pero es que no deja de resultar curioso que se esgrima eso, la supuesta falta de objetividad, como un "ataque" contra una crítica que no nos gusta.

Dejando de lado el debate de si la objetividad existe en realidad o no (y de si es lo mismo que la imparcialidad), quien vaya buscando críticas "objetivas" de algo va en camino de llevarse decepción tras decepción. A no ser que las escriba la versión periodística de HAL 9000, todas dependerán de la subjetividad del crítico. Y hasta escrita por HAL 9000 estaría filtrada por su punto de vista, por muy desapasionado o maquiavélico que fuera. El asunto, claro, es adivinar qué entienden esos comentaristas por "objetiva". No resulta fácil porque, como digo, es algo que se esgrime sólo en los casos en los que no se está de acuerdo con la crítica en cuestión. ¿Buscan imparcialidad? ¿Un análisis casi matemático de la serie, que se puede hacer con sus audiencias, pero poco más? ¿Quieren un reportaje, más que una crítica?

Las críticas, así en general, se mueven además por olas, o modas, o tendencias, o cómo queráis llamarlo. Lo que hoy es terrible, pasado mañana, con la perspectiva que da el tiempo, puede transformarse en algo grande, y lo que no gusta en Estados Unidos puede ser idolatrado en Francia, como le pasó a Alfred Hitchcock con "Psicosis". Ahora mismo, puede dar la sensación de que, para ser un crítico a la moda, hay que despreciar toda "Perdidos", afirmar que "Breaking Bad" es la única serie que debería emitirse en televisión, adorar cualquier cosa que venga de Inglaterra aunque sea "The only way is Essex" y mirar por encima del hombro cualquier cosa que huela mínimamente a fantasía o ciencia ficción, por lo que también hay que considerar "Juego de tronos" como una del montón. Pero todo esto puede cambiar en cinco años, porque el tiempo termina poniendo las cosas en su sitio y los seres humanos tenemos derecho a cambiar de opinión.

En una crítica puedes reconocer que hay otras opiniones además de la tuya, o procurar que no te ciegue el fanatismo (ni en sentido vejatorio ni laudatorio), o comentar no sólo lo que más te ha gustado, sino también lo que menos te ha convencido, intentando argumentar una cosa y la otra, pero nunca dejará de ser subjetiva y nunca dejará de ser una opinión.

26 agosto 2012

Casi famosos (XLVI)

La nueva temporada casi está aquí, pero en lugar de intentar adivinar qué series pueden tener éxito, y cuáles apuntan al fracaso más absoluto, lo que vamos a hacer es regresar de las vacaciones con un clásico de este blog: los avistamientos de casi famosos, o lo que es lo mismo, actores que ahora son conocidos antes de que lo fueran, o justo en el momento en el que consiguieron despuntar.

No, no es una doble de Sydney Bristow en un capítulo olvidado de "Alias", sino Franka Potente en la película que la hizo famosa, "Corre Lola, corre", que fue también el trabajo que puso en el mapa a su director, Tom Tykwer. Potente ha tenido luego una carrera de lo más variopinta, con participación en las dos primeras películas de la saga de Jason Bourne y varios episódicos en televisión ,incluido uno de "House" hace ya casi tres años. Ahora podemos verla en "Copper", la nueva serie de BBC America, y también aparecerá en la segunda temporada de "American Horror Story". Oh, y durante un breve tiempo estuvo saliendo con Elijah Wood. Y sí, ese dragón que se ve tatuado en su brazo en "Copper" es real, no maquillaje.

Otra actriz que vamos a ver la próxima temporada seriéfila es Dakota Johnson, hija de Don Johnson y Melanie Griffith, y que es una de las protagonistas de la sitcom de Fox, "Ben & Kate". Su debut en el cine llegó en 1996, junto a su hermana Stella, al interpretar las dos a las hijas del personaje de Griffith en "Locos en Alabama", la primera cinta como director de Antonio Banderas, su padrastro. Johnson ha aparecido después en varias películas, incluido un papel diminuto como un ligue de Justin Timberlake en "La red social".

Cuando Chris Messina apareció en "A dos metros bajo tierra", ya había interpretado varios episódicos en "Ley y orden" y había tenido pequeños papeles en películas como "Estado de sitio", pero hasta que no se lió con Claire Fisher no empezó a llamar la atención en Hollywood. El año pasado llevaba estas barbas en la cuarta temporada de "Damages", y ahora lo vemos como el "villano" oficial de "The Newsroom", intentando romper con sus informes de audiencias la burbuja de periodismo ideal de Will McAvoy. En otoño estará en otro proyecto, la comedia "The Mindy project", una de las más esperadas de la temporada.

En la serie original de "Star Trek", la aparición de una chica verde hizo que muchos espectadores creyeran que había algo mal con el color de sus televisores, como se cuenta en este vídeo en el que vemos el proceso de pintar de verde a Rachel Nichols en el reboot de "Star Trek" a cargo de J.J. Abrams. Nichols se hizo más conocida por su aparición como una nueva agente en "Alias", pero ha estado dando vueltas por bastantes series y filmes hasta acabar protagonizando "Continuum", esa serie de ciencia ficción canadiense que ha terminado siendo extrañamente disfrutable. Por cierto, que Gaila, la chica verde de Orión de "Star Trek", se acuesta con Kirk, por supuesto.

Música de la semana:  Desde la primavera, no ha sido raro encontrarse canciones de Best Coast apareciendo en diferentes series, incluyendo "New Girl" o "Awkward", recientemente, aprovechando que tenían disco nuevo. En la serie de MTV se pudo escuchar una de las baladas de ese disco, "Up all night".

25 agosto 2012

La música más sobreexplotada



Es bastante habitual que en trailers y promos varias de series y películas se reutilicen músicas concebidas originalmente para otros títulos.Sin ir más lejos, en el vídeo que tenéis arriba, creo que del primer trailer que se hizo público de "Watchmen", suena "The beginning is the end is the beginning", una versión que Smashing Pumpkins hicieron para la "cara B" de "The end is the beginning is the end", la canción que compusieron para "Batman y Robin". Que yo sepa, luego este tema no se ha convertido en el recurso más fácil a la hora de ponerle música a trailers y anuncios, pero podría haber ocurrido. Pasó, durante un breve momento, con la estupenda banda sonora que Wojciech Kilar hizo para el "Drácula" de Coppola ("vampirizada" también por Ryan Murphy para la primera temporada de "American Horror Story"), y siempre hay canciones que se ponen de moda y que se escuchan después por todas partes (ese silbidito pesado...).

Así, a bote pronto, me vienen a la cabeza varios temas, entre fragmentos de bandas sonoras y canciones, que están sobadísimos de tanto usarlos en trailer, promos y vídeos de fans de YouTube. ¿Se os ocurren más?

- "Wake up". Arcade Fire (empleada en el trailer de "Donde viven los monstruos").

- "The battle". Hans Zimmer (de la BSO de "Gladiator").

- "Dream is collapsing". Hans Zimmer (de la BSO de "Origen").

- "In the house, in a heartbeat". John Murphy (de la BSO de "28 días después").

- "Sweet disposition". The Temper Trap (empleada en la BSO de "500 días juntos").

- "Lux aeterna". Clint Mansell (de la BSO de "Réquiem por un sueño". La campeona de la sobreexplotación).

- "Aquarium". Camille Saint-Saëns (de "El carnaval de los animales". Otra muy, muy utilizada).

Casi se me olvidaba una última:

- "Yumeji's theme". Shigeru Umebayashi (de la BSO de "Deseando amar".

24 agosto 2012

Lo ya visto

Meses de secretismo y de generación de hype tienen siempre una potencial consecuencia indeseada: que la película que ayudan a promocionar luego no esté a la altura de ese hype. De los tres taquillazos más esperados del verano, sólo "Los Vengadores", con su falta de pretensiones más allá del entretenimiento, consigue no decepcionar. Tanto la secuela de "El caballero oscuro" como "Prometheus", el regreso de Ridley Scott a la ciencia ficción y, de algún modo, al universo de "Alien", tienen ciertas ínfulas de contar algo más trascendental en medio de la acción o el misterio, ya sea una especie de comentario sobre la sociedad capitalista actual o un intento de reflexión sobre la aspiración humana por saber de dónde venimos, y esas ínfulas las terminan lastrando.

Aunque lo justo sería decir que lo que ocurre con "Prometheus" es que es una película que ya hemos visto muchas otras veces en otras películas, ya fueran "Horizonte final", "Planeta rojo" o hasta "Misión a Marte". "Alien" fue la plantilla por la que todas esas cintas se rigieron, y aunque "Prometheus" no es una precuela de "Alien" (por mucho que incluya un par de referencias a ella), sí es verdad que se mueve en el mismo mundo creado por ella y por "Blade Runner". David, el androide interpretado por Michael Fassbender, es un replicante que resulta ser lo más interesante de la película (además de un momento cien por cien Ripley de Noomi Rapace); sus intenciones nunca están muy claras, oculta muchas más cosas de las que expresa (incluido lo que parece el atisbo de sentimientos) y es casi un HAL 9000 de carne y circuitos en toda regla. No deja de ser curioso que el perssonaje mejor dibujado sea un robot.

Con "Copper", la primera serie de producción propia de BBC America, también existe en el piloto la misma sensación de que esto ya lo hemos visto antes muchas veces. Se pueden encontrar en ese capítulo inaugural trazas de "Deadwood", "Gangs of New York" y hasta la miniserie sobre "Jack, el destripador" protagonizada en los 80 por Michael Caine. Los métodos del detective Kevin Corcoran, de una aún balbuceante policía metropolitana de Nueva York, son expeditivos, brutales y hasta corruptos, por muchos buenos principios que tenga, y se ajustan a la degradación en la que vivían los inmigrantes que se instalaban en el barrio de Five Points a mediados del XIX. La serie, co-creada por Tom Fontana (responsable entre otras de "Oz" y "Homicidio") y producida por Barry Levinson, pretende ser algo así como ser un procedimental de época que trate de modo realista las condiciones de vida de las clases menos favorecidas del Manhattan de la Guerra de Secesión, y aún hay que darle algo de margen para ver si de verdad lo consigue.

Por el momento, "Copper" aún tiene que engrasar y conjuntar mejor sus piezas, algo que muchas veces se da con el rodaje que se adquiere con el correr de los capítulos. Está claro que las conexiones de Corcoran con algunos miembros de la alta sociedad neoyorquina, gracias a su experiencia en la guerra, van a complicar más el tapiz de la serie, y el piloto termina con lo que bien puede ser su principal motor para el arco de la primera temporada. Puede que su consciente americanización le haya restado naturalidad, y puede ser que cuaje en algo interesante dentro de cinco o seis episodios. Pero el puzzle no está formado aún, sólo se ven las piezas sueltas.

17 agosto 2012

Britten en su laberinto

ALERTA SPOILERS: A estas alturas, todos habréis visto ya el final de "Awake", pero si no es así, y si no sabéis qué relación puede tener con "Origen", y hasta con "Life on Mars", es preferible que no sigáis leyendo.

A veces, comentar ciertos episodios por Twitter, aunque sólo sea de forma velada, te puede ayudar a formarte una opinión más completa de ellos. El final de "Awake" y, en concreto, su última escena es un claro ejemplo de ello; Thursnext me abrió otra posibilidad en la que, inicialmente, no había reparado pero que luego se hace bastante clara viendo cómo está contado todo el tramo final del capítulo, como si fuera uno de esos sueños dentro de sueños, a lo matrioshka, de "Origen". Kyle Killen, el creador de la serie, reconoce abiertamente la influencia de "Twin Peaks" y da validez a la teoría de que, cuando Britten parece a punto de aceptar lo que ocurrió en el accidente y afrontar que en él murió su mujer (que va vestida de negro durante todo el episodio, y lo que representaría que la realidad "real" era la verde), encuentra otra puerta para escapar, otra excusa para crearse otra ensoñación en la que no tenga que comprender que tanto su esposa como su hijo fallecieron en el accidente.

Creo que podemos asumir que todo lo que nos cuentan que pasó antes de dicho accidente, y la trama de corrupción policial que lo motivó, forma parte del mundo real, no es ningún sueño o universo paralelo creado por la mente de Britten. Todo aquello, la trama de venta de heroína incautada por Narcóticos montada por los capitanes Harper y Kessel y el detective Hawkins, cómo Britten se interpone en ella sin saberlo y como esa circunstancia lleva a que intenten matarlo, es la realidad previa sobre la que Britten construye sus sueños, unos sueños en los que está más perdido que Teseo en el laberinto, o que Leonardo DiCaprio en la ya mencionada "Origen". Él ya dejó muy claro desde el principio de la serie que poseer esas dos realidades en las que podía pasar el tiempo alternativamente con su mujer y con su hijo era lo mejor que podía pasarle, y que no pensaba renunciar a ello. Así que, ¿por qué no crearse otra realidad en la que ambos están vivos, un sueño dentro de otro sueño, como descubre en su última sesión con la psiquiatra del universo verde.

Habría sido curioso ver por dónde llevaban Killen y Howard Gordon la serie en su segunda temporada. Con la conspiración ya solucionada, el propio Killen ha mencionado que habrían vuelto a centrarse más en las historias personales de los primeros episodios y, probablemente, habrían intentado desenredar el ovillo que podía sacar a Britten de sus universos oníricos escherianos. ¿Dónde estaría él en realidad? ¿En coma? ¿Ingresado en un psiquiátrico? ¿Tendría de verdad el mismo dilema que Sam Tyler? Es una pena que su audiencia en NBC fuera paupérrima hasta para los estándares de esa cadena, porque desde luego era una serie que estaba intentando contar una historia menos convencional de lo habitual en la televisión estadounidense, y con un Jason Isaacs realmente memorable anclando toda la serie a su alrededor.

Killen lleva tres de tres en cuanto a proyectos que intentan hacer algo original y que terminan siendo casi malditos ("Lone Star", el guión de "El castor" y, ahora, "Awake"), proyectos en los que sus protagonistas principales llevan algún tipo de doble vida. ¿Tendrá mejor suerte con su próxima idea, "Scenic route"?

13 agosto 2012

Aviso de programación



Ya os habréis dado cuenta en esta última semana, más o menos, que el ritmo de publicación por aquí ha sido bastante más relajado que de costumbre, y eso es achacable a dos cosas; los Juegos Olímpicos de Londres y las vacaciones veraniegas. La publicación de entradas aún va a hacerse más escasa en la próxima semana y media, así que mejor os aviso de que, hasta el 25 de agosto, aproximadamente, este blog va a estar de hiato vacacional. No es que no vaya a haber cosas que comentar, entre el final de "The Closer" y lo que la BBC decida estrenar en breve, pero yo no voy a tener tiempo de hacerlo hasta entonces.

Por eso, esta entrada es mucho más corta de lo habitual, pero tampoco quería dejaros sin nada para pasar un poco el tiempo. El vídeo de arriba, por ejemplo, está hecho por un fan, incluyendo creo que a todos los acompañantes que ha tenido "Doctor Who" en sus casi 50 años de historia, y nos sirve para recordar que, el año que viene, la BBC emitirá lo que parece más un documental sobre ese medio siglo en antena del Doctor que una tv movie, como se ha venido anunciando, aunque también parece que podría ser de verdad una película sobre cómo William Hartnell se convirtió en el primer Doctor.

Mientras tanto, también podéis escuchar el final de temporada de "Yo disparé a JR", que volverá a principios de septiembre, y en el que contamos con Mar, de "Series a la parrilla", para comentar la segunda temporada de "Boardwalk Empire", entre otras cosas.

Ir a descargar

- 0':"Go on"
- 12': "Awkward"
- 26': La segunda temporada de "Boardwalk Empire"
- 60': "Warehouse 13", "Alphas" y "Continuum".

12 agosto 2012

La burbuja olímpica

Durante un poco más de dos semanas, cada cuatro años entre finales de julio y mediados de agosto, mi atención mediática se queda atrapada por los Juegos Olímpicos. Es así desde Barcelona 92 y sus "¡Hola!" de la ceremonia de inauguración, y cada vez que los Juegos se disputan en ciudades con un horario más bien benévolo, como Londres, es inevitable que me ocurra. Los Juegos son uno de los mayores espectáculos televisivos del mundo, además del mayor evento deportivo, y uno que mueve millones de dólares a su alrededor, y a menos que te interese un poco el deporte en general (no hablamos aquí de que sólo te guste el fútbol), son una cita ineludible.

Aunque deportivamente puede decirse que Londres 2012 ha sido un éxito, televisivamente ha quedado en evidencia como uno de los Juegos peor realizados de los últimos tiempos. En el atletismo, para el realizador sólo existían las carreras, prefiriendo ofrecer imágenes de los velocistas en la pista de calentamiento antes que dar, en directo, los saltos que decidían las medallas en salto de altura, por ejemplo. Y en la gimnasia, se demoraba en planos de los competidores esperando antes que enseñarnos los ejercicios que sí estaban produciéndose en ese momento. A cambio, se puede decir que estos han sido los Juegos de Internet, porque a través de las webs de, por ejemplo, las televisiones que los emitían (como TVE) se podían seguir prácticamente todas las disciplinas tanto en directo como en diferido y hasta en modo multipantalla. Y el debate entre el directo y el diferido ha tenido su máxima expresión en la NBC, que ha emitido bastantes de las pruebas más importantes en diferido en su prime time y, a veces, hasta editando partes para dar más emoción al asunto, como hizo con la final por equipos de gimnasia femenina. Le han llovido palos por todas partes, pero ha tenido un éxito rotundo de audiencia.

Pero está claro que las imágenes que más se quedan son las que todos hemos podido ver por la tele, filtradas por nuestros propios intereses y gustos. A falta de la ceremonia de clausura de hoy, y de la final de baloncesto entre España y Estados Unidos, vamos a repasar, como ya hice en Pekín 2008, algunas de esas imágenes, como la victoria del nadador francés Yannick Agnel sobre el estadounidense Ryan Lochte en el último relevo del 4x100, tomándose de la revancha de lo sucedido en Pekín; las inesperadas medallas de Mireia Belmonte también en natación, abriendo para España unos Juegos que han sido los de las mujeres; el 4x100 de récord del mundo y final estratosférico de Jamaica (con Usain Bolt confirmando sus palabras de que es una leyenda viva); el jaleo en el Estadio Olímpico cada vez que competía algún atleta británico (con Mo Farah haciendo un doblete que casi nadie logra en 5.000 y 10.000 metros); el emocionante bronce del balonmano femenino español tras dos prórrogas; los bañadores inspirados en peces el equipo español de natación sincronizada y la perfección total de las rusas; las lágrimas de Chris Hoy al recoger su última medalla de oro en el velódromo, pues se retiraba después de los Juegos, y también las del dominicano Félix Sánchez en lo más alto del podio de los 400 metros vallas tras superar una lesión que casi le obliga a dejar el atletismo; los errores de los árbitros y con los relojes en esgrima y gimnasia; la hazaña del waterpolo femenino español, colgándose una plata con la que nadie contaba, excepto ellas... Y así podríamos seguir y seguir, porque los Juegos es también el momento en el que acabas enganchándote al voley playa y al taekwondo, por ejemplo.

La llama olímpica está a punto de apagarse en Londres, y hasta que llegue Río 2016, por aquí las series volverán a ser las reinas de la programación.

Música de la semana:  Como no podía ser de otro modo, la canción elegida esta semana es una de las que ha podido escucharse a los largo de estos 20 días de Juegos Olímpicos de Londres. Pero no es ni una de las que sonaron en la ceremonia de inauguración, ni las de Katy Perry, Rihanna y The Clash que animaban la espera ante la entrega de medallas en natación y gimnasia (o esa omnipresente banda sonora de "Carros de fuego"), sino una utilizada en un ejercicio de uno de los deportes olímpicos. En concreto, la empleó el equipo australiano de natación sincronizada en su rutina libre, y llamó la atención porque era "Thunderstruck", de AC/DC.

10 agosto 2012

Chandler Bing está triste

No deja de ser curioso que, para alejarse lo más posible de sus personajes de "Friends", Matthew Perry y Lisa Kudrow han optado por meterse en series cuyos protagonistas son mezquinos, o están tristes, o no saben qué hacer con su vida o tienen una imagen de sí mismos que no se corresponde con la que los demás tienen de ellos. Kudrow ha interpretado versiones de esas mujeres un poco antipáticas y menos seguras de sí mismas de lo que parecen en "The Comeback" y en "Web therapy", y Perry se ha decantado por los tipos más bien deprimidos y tristes en "Mr. Sunshine" y en la nueva comedia para este otoño de NBC, "Go on". La cadena la preestrenó esta semana después de sus emisiones de prime time de los Juegos Olímpicos de Londres, y así hemos podido echarle un vistazo a lo que bien puede ser una especie de continuación de "Mr. Sunshine".

Si allí Perry era un hombre taciturno rodeado por un montón de excéntricos, aquí es un locutor de un programa deportivo radiofónico que ha perdido a su mujer, y que va obligado a un grupo de apoyo para superarlo. Por supuesto, él se salta las reglas del grupo y va a su rollo, utilizando el humor como defensa contra su dolor, para acabar reconociendo que a lo mejor sí necesita ayuda. Los componentes del grupo han llevado a algún crítico a comparar el piloto de "Go on" con el de "Community", pero da la sensación de ambas comedias no van a tener más en común que el hecho de que su protagonista se vea forzado a acudir a un grupo de apoyo o a un community college.

"Go on" también se enmarca, teóricamente, en un nuevo intento de NBC por emitir comedias que lleguen a un espectro más amplio de espectadores (ahí entra "Animal practice" con su mono), pero no parece que su humor y su temática vayan realmente a cumplir ese objetivo. Ryan King, el personaje de Perry, puede funcionar por contraste con el resto, que sí están bien definidos casi enseguida, pero los chistes del piloto no son especialmente graciosos y hasta están muy telegrafiados. Con las comedias, rara es la que está totalmente definida desde su primer capítulo, así que habrá que esperar un poco para ver cómo va evolucionando "Go on", y en qué tramas y relaciones terminan centrándose más. De momento, esa versión deprimida de Chandler Bing no tiene demasiado tirón.

08 agosto 2012

Una conspiración a través del tiempo

ALERTA SPOILERS: Parecía mentira cuando se estrenó, pero "Continuum" ha terminado siendo una de las series del verano. Si no habéis visto el final de su primera temporada, que abre interesantes posibilidades para una hipotética segunda, mejor no sigáis leyendo.

¿Qué pretendía el Alec Sadler del futuro al organizar el viaje al pasado de los terroristas de Liber8 y de la agente Cameron? La sospecha del piloto, de que el todopoderoso magnate tecnológico de 2077 había planeado el "accidente" durante la ejecución del grupo de Kagame, se termina confirmando en un final de temporada que muestra que "Continuum" empieza a cumplir su potencial al insinuar un mundo bastante más amplio que el de la mera persecución de Kiera de Liber8. La introducción de ese misterioso señor Escher que mantiene la tapadera de Cameron en la policía, y la aparición de ese loco que también llegó del futuro, y que habla de otros viajeros de 2077 que llegaron a 2012 solos, abren bastante más el campo de la historia, un campo que ya estaba bastante abierto en cuanto Alec se entera de los planes de su yo futuro.

La serie apenas ha tocado algunos de los clásicos de las historias de viajes en el tiempo, aunque sí ha hecho de la posibilidad o no de cambiar la historia uno de los puntos sobre los que gira su trama. ¿Se puede realmente evitar algo que ya sucedió en el punto de la línea temporal del que tú procedes? Y si no es así, ¿por qué estás en 2012? Esa pregunta es la que ha ido minando en los últimos capítulos la confianza de Kiera, convirtiéndola en un personaje un poco más interesante que al principio. Sigue queriendo volver al futuro a ver a su marido y a su hijo, pero como bien le dice Kellogg (en un emparejamiento extraño, pero que se veía venir), ellos no existen en 2012. Aquí está sola, y las convicciones que traía de 2077 bien pueden estar equivocadas.

En ese aspecto, ha habido varios episodios que se han dedicado exactamente a eso, a desmontar su exterior de Robocop del gobierno corporativo del futuro, entre la trama del secuestro de la presidenta de una multinacional a cargo de Liber8 (un capítulo que explora un poco más la posible lectura social de la serie), los momentos en los que fallan su traje y su chip todopoderoso, obligándola a hacer su trabajo más en el estilo old school de su compañero, el detective Carlos Fonegra, y la toma de la granja de la familia de Alec, en la que ella llega a confesarle a un Carlos medio en coma buena parte de su verdadera identidad. No vamos a decir que Kiera es una especie de Buffy, o Sydney Bristow, u Olivia Dunham en su versión de mutante de X-Men, pero "Continuum" se ha preocupado por humanizarla un poco, y eso siempre ayuda en este tipo de series.

La primera temporada termina, cómo no, con un cliffhanger, sin que escuchemos lo que Alec le cuenta a la agente Cameron sobre los auténticos motivos por los que fue enviada al pasado. Es de suponer que, si hay segunda temporada (que, según Simon Barry, su creador, tendría 13 episodios), ese plan del Sadler de 2077 tendrá más importancia. Porque si no quería evitar, por ejemplo, ese atentado tan de Oklahoma en el centro de Vancouver, ¿qué es lo que pretende?

07 agosto 2012

El problema del Joker

El Joker debe ser, probablemente, el villano más conocido de Batman. Es tan imprevisible, loco, peligroso y tan atrayente, al mismo tiempo, que no es extraño que, cuando Tim Burton se lanzó en 1989 a hacer su propia adaptación del hombre murciélago, lo eligiera como némesis de su héroe. Aún era menos extraño que lo hiciera si tenía a Jack Nicholson para sacara a pasear todos sus histrionismos, y eso que elegir a Michael Keaton y su 1,75 de altura para hacer de Bruce Wayne/Batman era algo más cuestionable (como comparación, Val Kilmer y Christian Bale miden ambos 1,83). La jugada, no obstante, le salió bien a Burton, que tuvo uno de los mayores éxitos de su carrera con esta película (aún le salió mejor a Nicholson, que redujo su sueldo pero, a cambio, pidió un porcentaje de la recaudación en taquilla), pero cuando llegó el momento de hacer la inevitable secuela, la sombra que arrojaba el Joker era demasiado alargada.

Burton, con su querencia por los freaks, los inadaptados y los raros, en general, llenó "Batman vuelve" de villanos, dándole el mayor protagonismo a un Pingüino bastante grotesco. Y aunque se puede decir que su Catwoman fue todo un acierto, y que la idea que tenía el director de centrarse más en los malos que en Batman iba más con su personalidad, el film fue un fracaso. Las películas posteriores de Joel Schumacher, aparte de los otros problemas que tenían (aunque "Batman forever" era entretenida, al menos, a pesar de Jim Carrey como Enigma) pecaban exactamente de lo mismo, de tener 300 villanos que, ni en conjunto ni por separado, podían hacer olvidar al Joker.

Cuando le llegó el turno a Christopher Nolan, muy sabiamente escogió otro malo menos icónico para "Batman begins", ya que esa película tenía que centrarse en la rabia que viaja con Bruce Wayne a todas partes y que canaliza convirtiéndose en Batman, y se reservó al Joker para la secuela, "El caballero oscuro", que es de largo la mejor de todas las películas hechas sobre el justiciero con capa. Y lo es un buena parte porque el Joker de Heath Ledger es un psicópata totalmente loco, y porque la lectura que se hace del lado oscuro de los vigilantes enmascarados es realmente muy interesante. El enfrentamiento casi a tres bandas entre el Joker, Harvey Dent y Batman (que a su vez tiene esa pelea interna entre él mismo y Wayne, como si fueran dos partes separadas de su personalidad) le da a la cinta un toque que, lamentablemente, se pierde en "El caballero oscuro. La leyenda renace". Y se pierde porque da la sensación que a Nolan le da un ataque de megalomanía para intentar superar al Joker, sin darse cuenta de que su sombra sigue siendo muy alargada.

Nolan tiene tantos detractores como admiradores incondicionales, y desde "El caballero oscuro" parece que es imposible poder enfrentarse a una de sus películas con cierta mesura. Parece que no se acepta nada que no sea "obra maestra" o "basura infecta", cuando en realidad en el término medio hay muchos matices, y es por ahí por donde se sitúa el 98% de las películas. De todas formas, este capítulo final de su trilogía de Batman es el menos logrado de todos. Narrativamente, "Origen" está mucho meejor hilada y contada que ésta, que al principio da la sensación de no ser más que una sucesión de viñetas sin mucho en común unas con otras. Bane no es un malo especialmente memorable, y al final más parece que el Russell T. Davies del cierre de la cuarta temporada de "Doctor Who" se hubiera puesto a reescribir el guión. Se buscar pensar a lo grande para despedirse a lo grande, y lo único que se salva es una Anne Hathaway muy solvente como una Catwoman que es totalmente Han Solo, y un Joseph Gordon Leavitt cuyo personaje se ve venir desde que se encuentra por primera vez con Wayne. Mucho ruido y pocas nueces.

05 agosto 2012

En cumplimiento del deber

El deber, la ambición, algo así como el honor, los principios, la testarudez y la voluntad por tapar como sea cualquier metedura de pata para salvar el propio culo. Todas esas virtudes y defectos las poseen los policías que aparecen en "Line of duty", la serie de BBC 2 centrada en un equipo de la brigada anticorrupción que tendrá una segunda temporada que, desde luego, va a ser muy bienvenida porque esos tres detectives de AC-12, Kate Fleming, Steve Arnott y su jefe, Ted Hastings, han resultado tener suficiente interés para que los veamos investigando un nuevo caso, después de haber "resuelto" el que involucraba a Tony Gates. Lo ponemos entre comillas porque una cosa queda muy clara en la serie, y es que, por muy buenas intenciones que tengas, al final del día los buenos casi nunca ganan a los malos.

Como ya dijimos cuando empezó "Line of duty", a su creador, Jed Mercurio, le interesa más mostrar cómo el trabajo diario de un policía (y, por extensión, de cualquier trabajador público) está constreñido por un buen número de protocolos, normativas y papeleos varios que, sin embargo, no impiden que en el departamento se vean dos tipos de corrupción; la clásica del detective "en nómina" de un mafioso, y la de las altas esferas, en las que el politiqueo y la mediocridad de los jefes llevan a que se cometan errores dramáticos como el que abre la serie, que la sobrevuela como un recordatorio de lo podrido que está todo el sistema. Los detectives que intentan cumplir su deber acaban dándose de bruces con cortapisas gubernamentales y las propias miserias de sus compañeros y del resto de sociedad, pero hasta los que parecen los villanos oficiales pueden estar movidos por impulsos más nobles.

Los cinco episodios de "Line of duty" construyen el retrato de ese policía idolatrado por todos, pero con muchos claroscuros, que es Tony Gates, la gran figura trágica de esta primera temporada, obligado por sus miedos personales a una huida hacia delante que no puede acarrear nada bueno. A su alrededor se despliega la trama no sólo de la investigación de AC-12 sobre él, sino también del trabajo diario de los patrulleros en los barrios más desfavorecidos y varias subtramas más que acaban interrelacionadas todas con la historia principal. No quiero desvelar mucho porque lo interesante es ver la serie sin saber más que lo básico de ella, y hasta algunas de las revelaciones finales, que parecen venir de ninguna parte, se apuntan con anterioridad, y nosotros podemos adelantarlas si unimos las piezas.

"Line of duty" mezcla un ritmo en la trama más de los policiacos estadounidenses con un retrato del día a día de los detectives más de la "escuela" inglesa, con poco glamour y mucho entorno de oficina frío y hasta desagradable. Y aunque es la integridad, a veces mal entendida, de Arnott lo que va impulsando la trama, son Fleming y Hastings los dos personajes más interesantes, si descontamos a  Gates. Ellos son más conscientes de las tonalidades de grises que componen el mundo.

Música de la semana:  Como ya apuntábamos ayer, hoy se cumplen 50 años de la muerte de Marilyn Monroe, así que vamos a recordarlo con una de las canciones más celebres de las que interpretó en su carrera cinematográfica, "My heart belongs to daddy", en "El multimillonario". Esta canción la escribió Cole Porter para el musical "Leave it to me", de 1938, y como suele ocurrir, a partir de ahí se convirtió en un standard jazzístico que ha entrado en el repertorio de muchísimos cantantes, incluida la sueca Lisa Ekdahl, que la cantó en el festival de jazz de Niza en 1998.

04 agosto 2012

Temario de agosto



1.- Los Juegos Olímpicos tienen la curiosa capacidad de absorber por completo mi atención y desviarla de las series, sobre todo si el horario está más cercano al español como ocurre con los de Londres. Televisivamente, TVE está haciendo la cobertura habitual entre La 1 y Teledeporte, pero donde estos Juegos son diferentes es en Internet. Ahí, además de ver lo que emitan en directo en ese momento las dos cadenas, o ver en diferido otras pruebas ya finalizadas, se puede acceder a la señal oficial en directo de otros deportes, sin comentarios, sólo con el sonido ambiente. Esto quiere decir que, si no quieres ver el tenis y el ciclismo en pista que están emitiendo en la tele, puedes ver por internet un partido de voley playa en el que se escucha a las jugadoras pedirsse los toques de balón y organizar la estrategia. Y viendo después el follón que la NBC está organizando en su retransmisión de los Juegos, con servicio de streaming en directo por Internet pero la emisión en diferido, en prime time (y editando las pruebas como si fueran un reality), de las competiciones más interesantes para Estados Unidos, está visto que Londres 2012 son los Juegos de Internet.

2.- Todos los veranos hay siempre series que empiezas a seguir un poco porque su argumento te llama la atención y porque crees que pueden entretenerte, y lo único que buscas en ellas es precisamente eso, que te entretengan. Sin embargo, conforme pasan los capítulos, te van enganchando y acabas siguiéndolas con más interés del que parecía en un principio. El verano pasado, una de esas series fue "Alphas", y éste, puede decirse que está siendo "Longmire". Escorada definitivamente hacia el western, la serie ha ido creando, sobre todo, un mundo propio alrededor del condado de Absaroka y ha logrado que Walt Longmire adquiera cierto peso y entidad. Lo suyo no es un caso de carisma como Raylan Givens, por ejemplo, sino que va más en la línea del sheriff cansado que sigue adelante porque es su deber, pero que está lleno de defectos. Eso sí, como se veía desde el principio, es la relación de Walt con su ayudante Vic y con su amigo Henry lo más entretenido de la serie.

3.- Mañana se cumplen 50 años de la muerte de Marilyn Monroe, razón por la que el vídeo que encabeza la entrada es su famosa interpretación de "Diamonds are a girl's best friend", quizá la canción más conocida de "Los caballeros las prefieren rubias". En el último año se ha escrito y hablado mucho sobre la vida y obra de esta actriz, especialmente por los estrenos de "Mi semana con Marilyn", de una ópera sobre su vida y de "Smash", así que no vamos a saturar más de información sobre su complicada adolescencia, sus inseguridades y problemas personales y su innegable talento ante la cámara (y para la comedia). De su legado vamos a dejar sólo dos ejemplos, que vienen muy al caso del vídeo de arriba: el videoclip de "Material girl", de Madonna, y la mezcla de las dos canciones de "Moulin Rouge".

01 agosto 2012

Capítulos a puñados

Maratones. Son un daño colateral de la afición a las series, o una de sus principales virtudes, dependiendo de nuestro punto de vista. Se pueden hacer para ponernos al día con una serie con la que, por lo que sea, nos hemos quedado retrasados, o para ver una que no hemos visto nunca, y que nos termina enganchando sin remedio. En "Quinta temporada" dedican hoy su atención a diseccionar un poco por qué las series se prestan tanto a estos atracones en los que puedes liquidarte 24 episodios en una semana así, sin despeinarte... Y prácticamente sin salir de casa más que para ir a trabajar y viendo episodios a la hora del desayuno, la comida, el café y la cena.

Todos hemos hecho estos maratones, aunque a veces no de los títulos que a priori podríamos pensar. Yo no soy muy dada a ellos, por ejemplo, excepto en contadas excepciones. Por ejemplo, vi toda la primera temporada de "Prison Break" en algo menos de una semana, pero es que esa serie, al principio, era realmente muy adictiva. Más o menos en el mismo tiempo (y por la misma época) vi la segunda temporada de "Verónica Mars", y ese visionado maratoniano eliminó una queja de lentitud en su trama que suele pasar desapercibida cuando se comprime tanto el disfrute de la serie. Alguien lo apuntaba en el post de "El País"; al darte maratones, las caídas de ritmo, que pueden frustrar mucho en el seguimiento semanal, casi no se notan, y a cambio enseguida se hace aparente si la serie maneja un arco temático que unifica toda la temporada, y se aprecian mejor los viajes de los personajes.

En visionado comprimido disfruté también de las dos primeras temporadas de "Battlestar Galactica" (lo cual puede resultar una inmersión bastante intensa en la serie), y la segunda de "The Wire" cayó en un maratón de algo menos de dos semanas. En ese caso, resultó bastante sorprendente que la creación de David Simon se prestara a ello, porque no es conocida por tener historias frenéticas, pero toda la trama organizada alrededor del puerto de Baltimore acabó volviéndose bastante adictiva. Claro, que adictivos de verdad son los culebrones y, en ese aspecto, pocos superan a "Bleak House", que por mucha adaptación de Dickens que sea, tiene un esquema de telenovela que engancha mucho. Además, que 13 de sus 15 episodios duren sólo media hora colabora a que sean devorados en un fin de semana.

A propósito de todo este tema, los blogueros televisivos estadounidenses debatieron hace algún tiempo sobre la conveniencia o no de hacer maratones de series, a raíz de la opinión de un crítico que pensaba que esos atracones eran un error porque impedía disfrutar de las series tal y como las habían concebido sus creadores. Surgieron muchas respuestas que defendían la opción de darse maratones justo por lo que comentábamos antes, porque permiten distinguir los arcos temáticos de una temporada y porque, qué demonios, nadie debería impedirte tragarte toda "24" en un mes sólo porque ése no es el modo en el que se pensó originalmente. Aunque es verdad que se pierde algo de esa sensación de no poder esperar a que pase una semana para ver el próximo capítulo.