26 febrero 2016

Racismo, sexismo y el juicio de O.J. Simpson


Para los espectadores españoles, igual puede ser un poco complicado ponernos en el estado mental de los estadounidenses cuando les hablan del juicio de O.J. Simpson. Una ex estrella de la NFL, primer hombre negro en ser la imagen de una multinacional como Hertz, que había participado como actor en algunas películas de la factoría ZAZ y que, en 1994, tenía un estatus de ídolo de masas, era acusado del brutal asesinato de su ex mujer, Nicole, y de un amigo de ella. Desde que la policía llegó a la casa de Nicole Brown Simpson, las cámaras de televisión lo registraron y retransmitieron todo: la detención de O.J., su huida en el famoso Ford Bronco blanco (emitida en directo), las sucesivas ruedas de prensa de su "Dream Team" de abogados, los nueve meses de juicio, la llamada al 911 de Nicole, el libro de Faye Resnick contando los trapos sucios de su amistad con los Simpson...

Para hacernos una idea de lo que eso supuso en la sociedad estadounidense, tendríamos que imaginarnos el caso de Rocío Wanninkhof (o el crimen de los marqueses de Urquijo, o el de las niñas de Alcásser) con un acusado que fuera Butragueño, o El Juli, por ejemplo, y con una cobertura del juicio que no sólo estuviera en los telediarios y en los magazines de la mañana, sino que se viera por televisión en riguroso directo, como si fuera el 24 horas de "Gran Hermano", durante casi un año. Si nos imaginamos eso, tendremos una idea aproximada de por qué a lo que relata "The people v O.J. Simpson" se le denominó el Juicio del Siglo.

En él, se entremezclaban tres aspectos que lo convierten, dos décadas más tarde, en un interesante caso de estudio de cómo es la sociedad norteamericana actualmente. Era el principio de la obsesión por los famosos, de esa cultura de las celebrities que ha endiosado a gente como las Kardashian, cuyo padre fue uno de los abogados defensores de OJ; también había un sexismo latente que queda muy claro en la miniserie de FX en la manera en la que es criticada Marcia Clark, la fiscal encargada del caso, y prácticamente se culpabiliza a la víctima; y entraban en juego asuntos de discriminación racial que la serie deja muy claros al arrancar su primer capítulo con los disturbios de Los Ángeles de 1992.

Manejar los tres temas al mismo tiempo es complicado pero, en los cuatro capítulos emitidos hasta ahora, esta primera temporada de "American Crime Story" consigue equilibrarlos bastante bien. Las puyas hacia la fama de las Kardashian son un poco gratuitas, pero irresistibles, y desde el principio se muestra que aquello no era un mero juicio de asesinato, por muy sensacionalista que fuera; aquello era casi un referéndum sobre la manera en la que el sistema judicial estadounidense trata a los hombres negros. "The people v OJ Simpson" es especialmente relevante por esos asuntos sociales que confluyeron en ella, y porque su retrato de las dificultades que Clark tuvo que pasar durante el caso le dan un toque diferente.

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