07 septiembre 2017

Audrey Horne tiene la clave


ALERTA SPOILERS: Como se va a comentar su escena final, no sigáis leyendo si no queréis saber nada de "Twin Peaks: The Return".

"Twin Peaks" ha sido un revival que no se ha plegado a ninguna de las convenciones que podríamos esperar de uno. Se ha resistido tozudamente a bañarse en la nostalgia de sus grandes éxitos pasados, aunque retomara momentos de sus dos primeras temporadas y de la película "Fuego camina conmigo". Tampoco ha intentado ofrecer una vía fácil de enganche para los espectadores que no hubieran visto "Twin Peaks" y que quisieran subirse al carro ahora. Y, sobre todo, no ha querido explicar casi ninguno de sus enigmas. Sí ha dado cierre a algunas historias (como la de Big Ed y Norma, o la bonita despedida a la Señora del Leño), pero ha jugado según sus propias normas, y las de nadie más.

Los últimos diez-quince minutos de la temporada son el ejemplo más evidente. Cooper viaja a Texas a buscar a Laura Palmer, que ahora vive allí con el nombre de Carrie Page. Su intención es llevarla de vuelta a Twin Peaks y a casa de su madre (esa Sarah Palmer en la que habita un ente sobrenatural) y, probablemente, conseguir así derrotar a BOB y sus secuaces. Pero todo el viaje, los largos trayectos en coche o la actitud de Cooper son extraños. Hay algo que no encaja en todo lo que vemos, y no sólo en esa noche en el motel que pasa con Diane, La sensación se confirma cuando ambos llegan a la casa y les abre una mujer que no es Sarah. ¿Qué está pasando allí? ¿Han viajado en el tiempo, como cree Cooper al preguntarse en qué año están? ¿Es otra trampa de los entes de la Logia Negra?

Es probable que la clave para comprenderlo (o, al menos, en parte) esté en la subtrama de Audrey Horne, Ha sido una de las que más ha frustrado a los fans. No volvemos a verla hasta el episodio 12 y, entonces, la encontramos separada por completo de la acción principal y hasta del resto del personajes del pueblo. Parece estar encerrada en casa, con su marido Charlie, y no para de hablar de gente a la que nunca antes se ha visto en la serie. El tema recurrente de todas sus apariciones es ir al Roadhouse a buscar a un tal Billy, y recriminar a su marido que no le deje hacerlo. Pero Audrey nunca consigue salir de la casa.

Lo cierto es que, desde el principio, toda su historia tiene un aire extraño. La manera en la que David Lynch la presenta transmite la sensación de que Audrey no está en Twin Peaks, está en otro lugar, atrapada. ¿Una dimensión alternativa, quizás? El aspecto de Charlie (que recuerda un poco al enano de la Habitación Roja), la verborrea sobre nombres que no significan nada para nosotros, el hecho de que siempre opte por quedarse en casa... Todo tiene el aire de que lo que está pasando con Audrey no es lo que estamos viendo. Y cuando por fin va al Roadhouse, y recupera su baile de siempre, y se asusta por los tipos que se pelean y pide a Charlie que la lleve de vuelta a casa, el hechizo se rompe.

Porque eso parece que le ha pasado a Audrey. No sabemos dónde está ni por qué está allí, pero ha estado viviendo en una "ilusión", o en otra dimensión, hasta que ocurre algo que consigue que escape de allí. ¿Pueden estar Cooper y Laura en la misma situación al final de la serie? ¿Es el grito animal de Laura la llave para que salgan de su propio Roadhouse? ¿Obedecía a eso la trama de Audrey, a ofrecernos una explicación de lo que íbamos a ver al final?

Lynch no es como otros creadores televisivos; él no va a explicar nada de lo que hemos visto. Si esta teoría es buena o paparruchas, queda sólo a nuestro entender.